jueves, 31 de julio de 2008

Consejo romántico número 210. ¿Desconexión temporal...?

Hola. Soy Jesica Arroyo, ayudante de Manu Moreno.

Estoy aquí para avisaros de que, por motivos ajenos a su voluntad, Manu lleva tres días ausentes. Pero pronto estará aquí de nuevo con todas y todos nosotros y se pondrá al día con los consejos y sugerencias románticas, los cuales, los está escribiendo cada día, pero en su libreta.

Me despido cordialmente en nombre de Manu. Y como él acabaría diciendo: gracias.

lunes, 28 de julio de 2008

Consejo romántico número 209. En verano no apetece casi nada que esté caliente, ¿verdad?

Ya estoy aquí de nuevo... Y como hace tan sólo unos minutos hemos hablado de baños, ahora toca lo que viene después del baño... No seas mal pensada ni tan mal pensado, me refiero a secarse con la toalla.

Como recordarás, el pasado 7 de enero, en el consejo romántico número 6, te sugerí que cuando tu pareja esté saliendo del baño o de la ducha la sorprendieras gratamente echándole una toalla recién calentada con la plancha. Asimismo, el pasado 31 de enero, en el consejo romántico número 30, perfeccionamos el anterior detalle, por lo que te recomendé que además de calentar la toalla, en vez de dársela simplemente para que tu pareja se secara, te dedicaras durante el tiempo necesario a secarla muy despacito y muy dulcemente... ¿Recuerdas?

Pero claro, ahora en verano, como decíamos en el consejo romántico anterior (208), no apetece casi nada que esté caliente. Por eso, mi recomendación romántica de hoy va de toallas, pero no calentitas, sino de toallas muy simpáticas... Así que, ¿qué te parece si enlazando con el consejo romántico anterior (208) le haces a tu pareja un animalito con una toalla y a continuación te prestas a secarle los pies después del baño relajante que le has preparado?

Aquí abajo te dejo un vídeo en el que te enseñan paso a paso como hacer un elefante con una toalla de manos y otra de cara.

Ojalá te guste, y no esperes para sorprender a tu pareja. Conseguirás que sonría...

Hasta mañana. Gracias.

Consejo romántico número 208. Más vale tarde que nunca...

Pues si... siempre hay una primera vez... Y ayer fue la primera vez que falté a mi cita diaria con todas vosotras y con todos vosotros.

¿Ha sido por desidia? No. ¿Ha sido por descuido? No, claro que no. ¿Ha sido por holgazanería? No, eso nunca. ¿Entonces por qué ha sido? Fue porque estuve de viaje (como el sábado, aunque ese día no fallé) y no me pude llevar mi ordenador. Y a pesar de que busqué encarecidamente un ordenador público donde poder escribir mi sugerencia romántica, me resulto imposible lograrlo. Pero bueno, en vez de quejarme, hoy tendré sesión doble y ya está. Siempre y cuando cuente con tu aprobación y tu disculpa.

Es curioso, pero el título del consejo romántico número 207 (el anterior a éste), que sólo pretendía ser un juego de palabras, parece que ha sido un presagio de lo que iba a suceder ayer. Por eso, el título de la sugerencia de hoy es muy parecido al título del consejo anterior.

Y ahora paso a narrarte lo que me hubiera gustado contarte ayer. Como recordarás, alguna que otra vez hemos hablado sobre lo gratificante y romántico que resulta ser prepararle a la pareja un relajante baño caliente, o bien, dárnoslo junto a ella. Por ejemplo, de esto hemos hablado el pasado domingo 24 de febrero (consejo romántico número 54) y el viernes 4 de julio de 2008 (consejo romántico número 185). Pues bien, ahora que estamos en verano la cosa cambia drásticamente... Apetece cualquier cosa menos un baño espumoso con agua caliente. Sin embargo, ¿qué te parece prepararle a la pareja un barreño con agua fresquita y sales minerales aromáticas para relajar y mejorar la circulación sanguínea de sus pies, esa parte del cuerpo, a veces tan descuidada (según los podólogos...)? Y si ya quieres rizar el rizo... puedes acabar con un relajante masaje en sus pies.

Hasta mañana, que es hoy mismo, ya que hoy hay sesión doble.

Gracias por tu comprensión.

sábado, 26 de julio de 2008

Consejo romántico número 207. Más vale nunca que tarde...

Me encuentro en un sitio precioso, aunque no existe cobertura de móviles y tampoco acceso ilimitado a Internet. Por eso, hoy seré más breve que nuca. Tanto... que casi me voy ya. Pero antes quiero dar una sugerencia romántica. Aunque realmente quiero aconsejar que no se haga algo que hoy, precisamente, ha hecho una persona que conozco, y que no debería haberlo hecho, porque es el acto más anti-romántico que se puede hacer. Se trata de que esta persona, con nombre de varón, se portó muy mal hace dos días con su pareja, con nombre de mujer. Por eso, han estado enfadados desde entonces; y hoy, al varón, no se le ha ocurrido otra cosa que regalarle a su chica un precioso y caro ramo de flores.

¿Crees que es el mejor momento para ser romántico, si habitualmente no lo eres? No, claro que no. Actos como éste son los que hacen que muchas veces, algunas mujeres no valoren algunos detalles románticos de los varones. O mejor dicho, alguno detalles anti-románticos.

Mi sugerencia amorosa de hoy es que no seas romántica ni romántico para enmendar un enfado ni corregir un error que hayas cometido. El romanticismo debe ser genuino, espontáneo, fresco, sincero... sin motivo aparente, más que el de estar enamorada o enamorado.

En fin, creo que ha quedado claro y, además, me finaliza el poco tiempo del que dispongo en este cíber.

Hasta mañana, y muchas gracias.

P.D.: por favor, vota en la encuesta si no lo has hecho todavía.

viernes, 25 de julio de 2008

Consejo romántico número 206. ¿Sabes a qué sabes...? Averígualo y mejora tu sabor...

Aunque parezca algo curioso, lo cierto es que las mujeres eligen a su Príncipe Azul por sus besos... Sí, sí, por su forma de besar.

Para la mayoría de los varones conseguir un primer beso de una chica es un reto suficientemente importante y motivante. Y la mayoría de las veces se queda en superar dicho reto, y nada más. Sin embargo, realmente, lo que cualquier persona del sexo masculino se debería proponer como desafió, no es simplemente besar a una mujer, sino besarla bien, porque... como decía en el párrafo anterior, las mujeres escogen al hombre adecuado por su forma de besar.

¿Y en qué consiste besar bien...? La mejor respuesta la puede dar alguien que tenga nombre femenino. Pero lo que sí te puedo responder yo mismo es que conseguir besar bien es muy importante porque puede ser determinante para que la relación florezca o no. Por tanto, si eres chico y tienes pareja significa que tus primeros besos fueron al menos aptos para ella.

Como ya sabes, hay estudios sobre cualquier cosa, y científicos con tiempo libre para elaborarlos. Y según los científicos, las mujeres generalmente juzgan a los hombres casi exclusivamente por la calidad del primer beso. No lo digo yo, lo dicen los científicos y las científicas.

Y como en muchas otras cosas, la responsabilidad (dicen estos científico y científicas) de los besos gravita principalmente en los varones, ya que las mujeres han desarrollado los besos como un instrumento evolutivo para seleccionar al padre adecuado de sus futuros hijos.

Estos estudios e investigaciones sobre “la psicología de los besos” ha revelado que se produce un "complejo intercambio de información" entre las dos personas mientras se besan. El contacto entre los labios, entre las lenguas y el intercambio de saliva se ha desvelado como un instrumento muy eficaz para los dos sexos a la hora de hacer apreciaciones y valoraciones subconscientes de cada uno respecto de la otra persona. Incluso estos estudios explican que la respiración de la mujer revela sus niveles hormonales y su fertilidad; mientras que en los varones, su saliva tiene rastros de la hormona masculina testosterona.

En fin, después de todo lo anterior, está claro que besar no es sólo importante al principio, sino durante toda la relación de pareja. Por tanto, mi sugerencia romántica de hoy es que seas consiente mientras besas a tu pareja (tanto si eres mujer como si eres hombre) de qué haces, de cómo lo haces, de qué sientes, de qué siente tu pareja, de qué hacías antes y que ya no haces, de que harás a partir del próximo beso, o incluso de que harás ahora mismo para mejorar este beso...

Mientras tu pareja se apasione con tus besos no deberás temer que otros labios la besen nunca jamás... ¿sí o qué?

Por cierto, algún día volveremos a hablar sobre este asunto de los besos y daremos algunas pistas sobre cómo mejorar nuestra forma de besar.

Hasta mañana, y ahora vete a besar a tu pareja, y cuando acabes (sin prisas) te vienes aquí y lee los consejitos atrasados.

Gracias.

jueves, 24 de julio de 2008

Consejo romántico número 205. Un poquito de por favor y otro poquito de gracias...

Se llama Roberto; le conocen por Rober; trabaja conmigo y es un buen vendedor de publicidad. Esta mañana le acompañé a visitar a un cliente potencial. Daba gusto escucharle. Seguía todas las fases de la venta profesional y eficaz. Primero fue cortes, educado y competente durante la salutación de rigor. Luego usó una técnica muy efectiva para captar la atención del cliente. Luego usó perfectamente la técnica de preguntas para averiguar sus necesidades y motivaciones de compra. A continuación, argumentó todas las ventajas que para este cliente potencial tiene anunciarse en nuestra revista. Después rebatió todas las pegas y objeciones que le puso. Y por ultimo, usó una técnica de cierre con alternativa que remató la venta. Fue espectacular. Puso en marcha de forma exquisita todo lo que había aprendido sobre cómo vender publicidad. Presenciar aquello fue genial.

Asimismo, durante la reunión de ventas que duró aproximadamente unos 45 minutos, Rober pronunció la palabra mágica “gracias” en seis ocasiones, y dijo “por favor” ocho veces.

Esta tarde, he podido estar con Rober y su novia. Me han enseñado la reforma del piso en el que viven. Mi visita duró más o menos una hora. Y cuál fue mi sorpresa cuando comprobé que durante mi estancia en su bonita casa, Rober no le dijo a su encantadora chica ni una sola vez “gracias” ni “por favor”.

Moraleja... ¿Hace falta que te la cuente?

Uno de los diez mandamientos de las relaciones amorosas es: cuando le pidas algo a tu pareja hazlo usando la expresión milagrosa “por favor” y, sobre todo, agradéceselo como a la persona que más merece todo tu respeto. Para ello, nada mejor que empleando la palabra mágica “gracias”. Por favor y gracias deben utilizarse muy frecuentemente, aunque haya mucha confianza en la pareja. Mejor dicho: hay que usarla más cuanto más confianza exista.

POR FAVOR, hacedme caso al menos esta vez. GRACIAS.

Hasta mañana.

miércoles, 23 de julio de 2008

Consejo romántico número 204. A partir de ahora, cada día será diferente...

Cada día igual... No falla, se repite una y otra vez en el 85% de los ordenadores del planeta... Me refiero a esa musiquilla característica del sistema operativo Microsoft Windows (en cualquiera de sus variantes) que se escucha cuando se enciende el ordenador. Y para colmo, mucha gente (no todo el mundo) tiene una de esas aburridas imágenes como fondo de pantalla.

Se me ocurre que una forma sencilla de tener un detalle romántico y agradable con tu pareja consiste simplemente en ponerle como fondo de escritorio alguna sorpresa: una foto de ambos, una foto tuya, un dibujo hecho a medida con alguna inscripción amorosa (y luego guardado como tipo JPEG)... en definitiva, cualquier cosa que le produzca una sonrisa.

¿Te imaginas la sorpresa que se llevará tu pareja cuando al encender su ordenador (o el vuestro) se encuentre con esa imagen colocada expresamente para ella...? Y ya debe ser “la repera” poder hacerlo en el ordenador de su trabajo. Algunas y algunos, pensando un poco, estoy seguro de que pueden lograrlo.

En fin, consigue que cuando tu pareja escuche esa estúpida melodía no la relacione con el tedioso inicio de la jornada laboral, sino con la aparición, como por arte de magia, de esa maravillosa imagen.

Hasta mañana y una vez más... muchas gracias.

martes, 22 de julio de 2008

Consejo romántico número 203. Con un chorreón está aún más rico...

Dicen que hace dos fines de semana, Mayte y Miguel estuvieron en El Puerto de Santa María. Los que les reconocieron, cuentan que se les veía muy felices. Lo cual no es noticia...

Estuvieron visitando todos los lugares más emblemáticos de esta bella ciudad costera: el Castillo San Marcos, más conocido como el Castillito; el Mercado de Abastos; la Ribera del Marisco; la Plaza de las Galeras, donde se coge el famoso Vaporcito que va desde El Puerto de Santa María hacia Cádiz... También estuvieron paseando por las calles Larga y Luna, donde se encuentra el comercio tradicional, así como el 90% de todas las entidades financieras de la ciudad. Además, pasearon por el centro histórico donde pudieron disfrutar de divertimento cultural y social.

El Puerto de Santa María, por su situación y su distribución urbanística, permite ir a pie a los principales sitios de interés. Por eso, Mayte y Miguel volvieron el lunes con un moreno espectacular, además de porque pasaron algunas horas en las maravillosa playas de El Puerto...

El sábado por la noche, estuvieron tomando un helado en uno de los varios paseos marítimos de esta localidad. Miguel se pidió su preferida tulipa de chocolate con tres bolas de helado: turrón, coco y leche merengada. Y a Mayte se le antojó un pastelito de color beige con unos frutos secos encima... Se trataba de la exquisita tarta imperial, el dulce típico de El Puerto de Santa María. A Mayte le encantó su textura y su sabor. Se comió tres porciones, y eso que a ella no le gustan los dulces en demasía.

El martes, ya desde la oficina, y como no podría ser de otra manera tratándose de super Miguel, hizo varias llamadas hasta que por fin se topó con una pastelería de El Puerto en la que se ofrecieron a mandarle una tarta imperial para Mayte. El problema no estaba en transportar una tarta a tantos kilómetros, sino en que este exquisito dulce típico está realizado a base de mantequilla y almendras. Y la mantequilla en pleno julio es difícil de transportar y manipular. Pero... como cuando se tiene claro lo que se quiere, siempre se encuentra un cómo..., el viernes pasado le llevaron a Mayte directamente a su trabajo una tarta imperial con forma de corazón.

Mayte cogió el viernes un kilito de más, pero está tan enamorada de Miguel que ese mismo viernes por la noche lo perdió de nuevo...

Hasta mañana, que volveré un día más (si tú no lo remedias) con otra sugerencia romántica.

Gracias.

P.D.: Por cierto, a las que (y a los que) como a mí, les gusten mucho los pastelitos, les recomiendo que la tarta imperial la tomen con un chorreón de vino dulce, tipo Pedro Ximenez. ¡Mmm, qué rico! Y pensar que ahora me voy al gimnasio, en vez de irme a El Puerto de Santa María...

Consejo romántico número 202. Ni una más ni una menos...

Jod... He vuelto a llegar tarde por un solo minuto. Cómo corre el dichoso reloj...

Los periódicos y diarios suelen destinar una sección a los anuncios por palabras, también denominados anuncios clasificados.

Poner un anuncio por palabras es muy sencillo, basta con llamar por teléfono a la redacción del periódico y dictar el contenido del mismo.

A veces, incluso podemos elegir el formato del anuncio: la tipografía, la forma de resaltarlo o de destacar ciertas palabras (empleando negritas, marcos o cambios de tamaño, aspecto y tipo de letra...).

En un anuncio por palabras destacan tres características: la brevedad, la concisión y la presencia de los términos destacados.

- La brevedad es fundamental, ya que se paga en función del número de palabras que componen el anuncio. Y en el caso de que anunciarse sea gratuito, el número de palabras está igualmente limitado por el espacio concedido. En cualquier caso, hay que dar la información necesaria ocupando el menor espacio posible.

- Debido a la brevedad de estos anuncios, la redacción de los mismos debe ser concisa. Habrá que suprimir verbos, artículos, preposiciones y conjunciones que se sobrentienden. La redacción ha de ser concisa, aunque también correcta.

- La primera o las primeras palabras del anuncio se suelen destacar para captar la atención del lector potencial y así facilitar la localización de lo que busca. Esto es lo que se entiende por términos destacados.

Seguro que te preguntarás “¿y a qué viene todo esto...?” Aunque seguro que si me conoces un poco, ya sabes qué es lo que voy a sugerir hoy, ¿verdad?

Pues sí, eso es. Puede ser un detalle romántico el hecho de insertar un anuncio por palabras en el diario o en el periódico que tu pareja lee cada día. Y si no suele leer la prensa a diario, asegúrate de que ese día sí lo haga. Además, dale pistas para que acabe leyendo el anuncio que tú has contratado, y que lógicamente, es un mensaje (directo o encubierto) redactado expresamente para tu pareja. Lo que pongas... depende sólo de tus sentimientos y de tu creatividad. Y aunque el motivo por el que los anuncios clasificados suelen ser breves y concisos se debe a que el anunciante paga por cada palabra que se publica, en este caso, no seas tacaña ni tacaño y utiliza el número de palabras adecuado. Ni más ni menos.

Por cierto, te recuerdo que lo mío es el marketing, así que si te faltan ideas para sorprender a tu pareja con tu anuncio, no dudes en pedirme ayuda. Te la regalaré muy gustosamente. Bueno, te regalaré ideas, no el coste del anuncio...

Hasta mañana, e infinitas gracias.

Por cierto, permíteme poner aquí abajo esta foto tan bella que me mandó Alberto hace unos días. Es preciosa...

domingo, 20 de julio de 2008

Consejo romántico número 201. Cada noche, antes de acostarte...

Mucha gente se pasa el día sermoneando a su pareja, criticándola, buscándole fallos y errores... Claro, es muy fácil criticar y buscar desaciertos. Además, quien se dedica a buscar este tipo de cosas, las acaba encontrando. Es muy sencillo, y no tiene ningún mérito. En cambio, aplaudir, elogiar, prestar atención a los aciertos... es un menester más complicado, pero mucho más beneficioso para la pareja.

Mi sugerencia romántica de hoy es sencilla pero muy eficaz: durante un mes, cada noche, antes de acostarte, anota una cosa que aprecias y valoras de tu pareja. Antes de que finalice el periodo de los treinta días, habrás anotado 30 cosas. Y para aprovechar el mini-esfuerzo realizado durante estas cuatro semanas, puedes enviarle la lista, ordenada, clasificada y bien redactada dentro de una tarjeta romántica.

En ocasiones, te dejo sugerencias sencillas pero prácticas. Pero, a veces, estas propuestas por ser tan simples invitan a leerlas, “a sonreírlas” y “a asentirlas”; y no a llevarlas a cabo. Ojalá tú sí las pongas en práctica, porque funcionan. ¡Vaya que si funcionan...!

Hasta mañana. Muchas gracias.

sábado, 19 de julio de 2008

Consejo romántico número 200. Como mínimo, una vez al día...

Hoy he estado en Sanlúcar de Barrameda, y a la vuelta, venía pensando que hay etapas de mi vida que no tengo inmortalizadas a modo de fotografía. De haber sabido en aquellos momentos, en los que obvié o evité hacerme fotos, que hoy me produciría esa sensación tan... ¿desagradable?, habría puesto remedio. Y como nunca es tarde cuando la dicha es buena, he pensado que a partir de ahora voy a ponerle remedio para que en el futuro nunca más me invada esa sensación.

Y pensado, pensando... pensé. Pensé que debe ser muy frustrante para cualquier pareja no haber perpetuado los momentos clave de la relación. Por eso, mi sugerencia romántica de hoy es muy sencilla: haced cada día al menos una fotografía vuestra. Así, dentro de un año, tal día como hoy, habréis eternizado como mínimo 365 momentos maravillosos, ya que cada día se producen en cualquier pareja varios momentos románticos y extraordinarios dignos de fotografiar.

Imagínate, dentro de 10 años serán como mínimo 3.650 (más 2 o 3 de los años bisiestos) momentos inolvidables. Además, ahora con las cámaras fotográficas digitales son muy fáciles de almacenar y de visionar.

Por cierto, Alberto... Espero tu comentario sobre este consejo, porque sé que eres un amante de la fotografía, y allí a donde vas llevas tu cámara.

Hasta mañana, y gracias por seguir visitándome y leyéndome.

viernes, 18 de julio de 2008

Consejo romántico número 199. Nunca abandones el tablero de juego...

¿Recuerdas el consejo romántico número 178, del pasado viernes 27 de junio? Allí decíamos que a veces buscamos las cosas donde no están y otras veces le quitamos importancia a lo que realmente la tiene.

¿Hay algo más importante que mejorar tu relación de pareja? ¿Y quién mejor que tú misma o tú mismo para establecer que es aquello que puedes hacer en pro de una mejora de tu relación amorosa...? ¿Quién mejor que tú misma o tú mismo para decidir qué cambios deseas en vuestra vida en común...? No obstante, la relación es un juego de dos. Por eso, colócate en el tablero con tu pareja y hablad los dos de todo esto, es decir, de cómo mejorar vuestra relación de pareja durante el próximo año. Por eso, mi consejo romántico de hoy es directo: haced, individualmente, una lista de las cosas que cada uno de vosotros podéis y debéis hacer para mejorar vuestra relación durante los próximos doce meses. Y cuando tengáis cada uno vuestra propia lista, examinadla entre los dos, con el objeto de conseguir una lista mejorada y consensuada. Además, para que nunca lo olvidéis, haced referencia semanalmente a esta lista en vuestras conversaciones de pareja y hablad de vuestra evolución. Y cada mañana, cuando te levantes, debes proponerte tener en cuenta durante todo el día cada punto de esa importante lista.

Esto tan simple puede darle un giro de 180 grados a tu relación, si es que deseas realmente que lo vuestro gire tanto. Si ese es vuestro caso, no lo demoréis más.

Hasta mañana. ¿Has votado en la nueva encuesta...?

Muchas gracias.

jueves, 17 de julio de 2008

Consejo romántico número 198. Amor se llama el juego...

Me gusta escribir. Bueno, realmente a todo el mundo le gusta escribir. Y si a alguien no le gusta es porque todavía no ha probado a hacerlo. Si nunca has escrito, hazlo ahora. Mejor hazlo cuando pasen unos minutos, cuando hayas acabado de leer este consejo romántico, o este post, como diría una moderna o un moderno...

Ponte delante de un papel en blanco. O mejor delante del procesador de texto de tu ordenador. Y dale rienda suelta a tu imaginación. Empieza a escribir, lo que sea, cualquier cosa, pero no dejes de hacerlo. Verás que divertido es y cómo engancha.

Yo escribo desde hace mucho tiempo. Tengo un montón de cosas escritas. Unas son interesantes y otras lo son aún más. Claro, interesantes para mí... No creas que soy un estúpido pedante.

Lo cierto es que antes de publicar mi primer libro me resultaba muy fácil escribir porque sabía que nadie me iba a leer. Por otra parte me frustraba un poco, porque la literatura es literatura sólo cuando se comparte con los demás. Igual que el arte es arte no sólo porque existen creadores, sino porque hay alguien al otro lado que sabe apreciar la obra.

Ahora todo es diferente. Ahora cuando escribo sé que en un rato tú estarás ahí, leyéndome. Y pocas cosas son tan gratificantes como saber eso. Pero a la vez, pocas cosas requieren tanta responsabilidad como escribir para ti.

Mi mejor amiga me dijo una vez que cuando me lee, es como si me estuviera escuchando. Me decía que escribo tal y como hablo. Realmente no sé si quería decir que no domino es arte de escribir, o que por el contrario domino el arte de hablar. De cualquier manera, aprovecho para decir que si escribo como hablo, es porque hablo como pienso. Y simplemente me limito a ponerle tildes a lo que pienso y ya está, sin florituras ni aspavientos.

Ahora suena de fondo una canción del maestro Sabina: “Amor se llama el juego”.

“... El agua apaga al fuego y al ardor los años, amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño. Y cada vez peor y cada vez más rotos y cada vez más tú y cada vez más yo sin rastro de nosotros...”

Así definía en el año 92 el grandioso Joaquín Sabina a eso tan bello que denominamos Amor. No obstante, sólo estaba dando una visión poética de las dolorosas rupturas.

Yo no sé cuántos exámenes has hecho a lo largo de tu vida, pero de lo que estoy seguro es de que algunos los has aprobado y otros los has suspendido. Tampoco sé cuantas películas has visto en el cine, pero sí sé que algunas te han gustado y otras no tanto. Pero... ¿te has dado cuenta de que a lo largo de tu vida todas tus relaciones de pareja han fracasado menos una? Menos la última... Bueno, si en este momento no tienes pareja, entonces esa “menos una” está todavía por llegar.

Las relaciones de pareja son una de esas pocas cosas de la vida en la que sólo la última es la que de verdad cuenta... Piénsalo y verás.

Pero... ¿es cierto que igual que el agua apaga el fuego, el tiempo apaga el Amor...? No, no es cierto. Aunque lo diga una preciosa letra del poeta Sabina. A veces, los poetas, con tal de conseguir una bonita rima se ven obligados a escribir cosas que son sólo relativamente ciertas.

El ocaso del Amor no es tan previsible como se cree. Aunque si creemos que el Amor desaparecerá, al final, conspiraremos para acabar teniendo razón. Cuidado, a veces, nos motiva más tener la razón que ser realmente felices. Por eso, hay que tener mucho cuidado con lo que creemos...

Como tantas veces hemos dicho, cuando en una pareja comienza el vínculo amoroso, todo es de color rosa violáceo. Cualquier cosa que haga cada uno es digno de ser celebrado. Todo resulta ser hermoso. Él es el más cariñoso y galante de todos lo caballeros, y ella es la más hermosa y dulce de todas las princesitas.

Pero con el paso del tiempo... ¿deben cambiar forzosamente estas visiones? ¿Recuerdas la plantita de la que tanto hemos hablado...? Sí, ésa que hay que regar, abonar y cuidar cada día, por siempre. Y luego, con el paso del tiempo, por ejemplo, cuando ya han pasado diez años, la plantita ya debe ser un imponente árbol. La plantita (el Amor) debe haber evolucionado, madurado, proyectado y cumplido ciertos sueños y deseos.

El Amor no muere. Al Amor lo matan. Pero... matar al Amor no es un asesinato, sino un suicidio. Nos matamos nosotros mismos al descuidar el Amor, al descuidarnos a nosotros mismos.

Parece que no, pero sin quererlo, posiblemente he dado hoy más sugerencias románticas que otras veces. Lo que pasa es que están “escondidas” entre tanto texto. Búscalas, aunque supongo que ya las has encontrado.

Hasta mañana. Y no te vayas sin votar en la nueva encuesta.

Gracias.

miércoles, 16 de julio de 2008

Consejo romántico número 197. Romantic body painting.

¿Conoces el body painting? Se trata del arte de pintar sobre el cuerpo humano. Es decir, consiste en convertir el cuerpo en un lienzo.

Ya en la prehistoria, el cuerpo humano fue el primer soporte que se utilizó para pintar. Nuestros ancestros se decoraban la piel con pigmentos a modo de símbolos, y con el objeto de hacerla más atractiva (o más temible).

Con el paso del tiempo, la práctica de adornarse la propia piel quedó reducida al aderezo facial. Sin embargo, en la actualidad existe una disciplina que recupera aquel arte primitivo: se llama body painting, con unos medios mucho más sofisticados que los que usaban nuestros antepasados, como puede ser la henna, las pinturas naturales o acrílicas, etc.

Y volviendo a lo romántico... Si el hecho de tocar a la persona amada ya produce de por sí una sensación tan excitante, imagínate dibujar y pintar sobre su cuerpo, utilizando las manos para extender la pintura sobre su piel, o un pincelito muy suave paras las zonas más delicadas.

No se trata de pintar la mejor obra de arte de la historia de la pintura. Cada cual pinta como puede o como sabe. Se trata de pasar un rato agradable en pareja, dando y recibiendo caricias mientras se dibujan motivos sugerentes, sensuales e incluso eróticos.

Existen pinturas comestibles con sabores a frutas; incluso de chocolate. Por tanto, con este juego sensual podemos emplear no sólo los sentidos de la vista y del tacto, sino también los sentidos del gusto y del olfato. Es una manera diferente y emocionante de enriquecer la relación sexual.

Y cuando terminéis, habrá llegado el momento de lavarse. Lo cual será otra gran oportunidad para seguir intimando, ayudando a tu pareja lavándole todo su cuerpo, apreciando cómo se van entremezclando los diferentes colores, cómo se van deslizando por su piel, por su vientre, por sus muslos, por sus nalgas... ¿A que ésta es una idea bastante estimulante? Pues... si quieres, la podemos denominar romantic body painting.

Hasta mañana. Por cierto, necesito tus comentarios, quiero que me expreses tus opiniones, que me ayudes a crear un blog romántico cada día mejor y más a tu gusto. Todo aquello que quieras contarme será bienvenido y agradecido. Estoy a tu disposición para recibir todo aquello que desees enviarme a través del formulario que hay en el margen derecho del blog.

¡Gracias!

martes, 15 de julio de 2008

Consejo romántico número 196. Hagamos balance...

Las que (y los que) me conocéis desde hace algún tiempo, sabéis qué opino sobre el día de San Valentín. Ya hablé sobre este asunto en los consejos número 77, 44 y 8, entre otros.

Siempre he defendido la idea de que cualquier día es perfecto para celebrar que estamos enamoradas y enamorados. También me habéis leído decir que el romanticismo auténtico es ése que consiste en tener detalles amorosos simplemente porque estamos enamoradas o enamorados y porque nos lo pide el corazón. Por otro lado, está también el otro romanticismo, el impuesto, como por ejemplo tener que hacer un regalo en el día de San Valentín, que sirve a los comercios para vender más, y a algunos (y algunas) para enmendar los descuidos que se cometen durante el resto del año.

Pues bien, ha llegado el momento de hacer balance... ¿Cuántos detalles románticos hemos tenido con la pareja en los últimos 152 días, es decir, desde el pasado 14 de febrero?

Alberto, tranquilo amigo mío, ya sabes que no hablo de ti...

Eso de boicotear el día de San Valentín no es propaganda barata. De verdad, no lo es. Me encantaría motivar a algunas y a algunos, para que a su vez éstas y éstos motiven a algunas otras y a algunos otros, y que entre todas y todos podamos aumentar el nivel de romanticismo.

¿Acaso hay algo más maravilloso que conseguir una sonrisa de la persona amada con un simple gesto amoroso e inesperado?

Son tantos los pequeños detalles de los que ya hemos hablado en este espacio: dejarle por la mañana encima de la mesa una nota a tu pareja en la que le digas que cambiarías todo lo que tienes a cambio de poder compartir todo el día con ella, pero que, sin embargo, te tienes que ir a trabajar. Robar, o mejor hurtar, o mejor aún tomar, o mejor quizá coger, una rosa de un jardín y entregársela mientras le dices que cuando viste esa preciosa flor te acordaste de ella. Levantarte por la mañana media hora antes para que al despertarse ella pueda disfrutar del rico desayuno que le has preparado. O cualquier otro detalle de los que ya hemos hablado a lo largo de estos siete meses.

No seamos románticas y románticos sólo a mediados de febrero, ni cuando lo marque esta consumista sociedad. Mejor seámoslo cuando nos lo dicte el corazón. Y si, a pesar de tener pareja, tu corazón no te ordena ser romántica o romántico... permíteme recomendarte que te instales un nuevo software en el corazón. Te recomiendo que leas el consejo romántico número 192, del pasado viernes 11 de julio.

Hasta mañana. No me faltes, por favor.

Gracias.

lunes, 14 de julio de 2008

Consejo romántico número 195. El arbolito del Amor...

Existe un árbol precioso denominado científicamente como Cercis siliquastrum. Su nombre común en español es “árbol del amor”. Y se llama así por el color rosa violáceo de sus flores y por la forma de corazón de sus hojas. También se le llama el “árbol de Judas” porque en este pequeño y poco ramificado árbol fue donde se ahorcó Judas Iscariote, después de traicionar a Cristo; aunque en la Biblia cuentan que se ahorcó en una higuera. También se le conoce comúnmente como cercis, árbol de Judea, ciclamor, algarrobo loco.

Puede alcanzar una altura de entre los 6 y los 12 metros. Crece en todo tipo de terrenos, aunque prefiere suelos calizos, profundos y muy bien drenados. Asimismo, necesita posiciones bien soleadas. Florece de Abril a Mayo.

Los frutos de este árbol se emplean en farmacología popular como astringente. Las flores tiernas también se consumen en ensaladas y en escabeche. Su madera no es de buena calidad, porque se tuerce fácilmente y se descompone pronto a la intemperie.

Es un árbol ideal para jardines y paseos, por la sombra que producen y por su bonita floración. Tiene una larga raíz central, por eso, sufre mucho cuando se transplanta una vez adquirido un cierto tamaño. De ahí que se deba plantar en un sitio definitivo lo antes posible. Lo ideal es en primavera, antes de que broten las yemas.

Aunque este árbol soporta las bajas temperaturas, prefiere mejor un clima cálido. Resiste bien la falta de agua. Sin embargo, no aguanta los encharcamientos. Tampoco soporta las prolongadas heladas. Aguanta hasta -10ºC.

Se lleva mal con el viento, porque le puede partir los tallos. Las ramas rotas y en mal estado son propensas al coral, por eso, las ramas que estén dañadas deben ser retiradas al final del verano.

Se pueden abonar una vez al año, preferiblemente antes de la floración en primavera. Son muy sensibles a los pulgones y a las cochinillas.

¿Qué por qué te cuento esto...? Muy sencillo. Mi consejo romántico de hoy es plantar una árbol del Amor con tu pareja, en vuestro jardín, en vuestro parque favorito (sin que os vean), en el campo, dónde sea... Así, de vez en cuando, podréis ir a ver como crece, al igual que lo hace vuestro amor. No sé tú, pero yo lo pienso hacer... ¿A que sí?

Hasta mañana y muchas gracias.

Consejo romántico número 194. ¿Es bueno convivir antes del matrimonio...?

Vaya, aunque este consejo romántico lo he colgado justamente a las 00,00h, es decir, metidos ya en el lunes 14 de julio, realmente, corresponde al de ayer domingo día 13. Pues sí, he llegado tarde por un minuto. Lo siento. Pero... más vale un minuto tarde que no llegar nunca.

Ayer traté de desmantelar un mito muy arraigado sobre las relaciones amorosas, el de pensar que a medida que la pareja se vaya conociendo con el transcurso del tiempo aumentará la facilidad para comunicarse. Pues bien, hoy quiero demoler otro mito, con el que seguro que voy a polemizar mucho, porque éste sí que está muy enraizado. Se trata de pensar que “convivir en pareja antes del matrimonio ayuda a saber si la relación será feliz una vez que se hayan casado”.

Lógicamente, yo no me atrevería jamás a decir lo contrario, ante una suposición que parece tan evidente e indudable. Sin embargo, se han hecho numerosas investigaciones que señalan que las parejas que conviven antes del matrimonio tienen más probabilidades de separarse o de divorciarse que las que “se arriesgan” a casarse antes de convivir.

Y tiene su explicación razonada. Convivir antes del matrimonio hace que el compromiso entre las dos personas se atenúe en vez de fortalecerse. Cuando una pareja convive antes de casarse, tanto si lo saben como si no, y tanto si lo quieren como si no, de forma inconsciente, posiblemente busquen convencerse de que la conveniencia es buena y de que el Amor que sienten mutuamente es muy sólido, y ambos se involucran buscando pruebas de que el matrimonio será la mejor opción, pero temiendo que no lo sea.

Para explicarme mejor, usaré una metáfora del mundo comercial: es como si se tratara de clientes que se llevan a casa el “producto para probarlo y sin ningún compromiso” y no de “compradores del producto”. Cuando a alguien le dejan que pruebe algo sin compromiso, en tanto que es sólo una prueba, no es tan exigente como si lo hubiera adquirido pagando su precio a cambio. En este caso, se es lo más exigente posible.

El hecho de que la relación no se haya formalizado por escrito, es decir, que haya esa “simplificación administrativa” cuando la pareja convive sin casarse, hace que no surja la motivación necesaria para luchar por la relación cuando la misma atraviesa por alguna dificultad. Es como si se pensara “para qué esforzarme demasiado en mejorar esta relación, si puedo huir de ella porque poco o nada me ata”. Lo malo, es que cuando se convive antes de casarse, esta forma de pensar tiende a mantenerse incluso cuando la pareja se casa. Luego se observa que una vez casados, muchos siguen siendo reacios al compromiso.

Una vez leí un libro del afamado sicólogo R. Sternberg, uno de los que dicen cosas más interesantes sobre el Amor, y hablaba del “síndrome del lobo enjaulado”, haciendo referencia a las dificultades de adaptación que tenían las personas que se casaban después de haber convivo juntos antes de la boda. Dificultades para adaptarse al nuevo rol del compromiso, ya que estaban acostumbradas a la “libertad” que suponía la convivencia sin ataduras. Decía que el matrimonio y sus exigencias son como si fuesen una jaula que incomoda y de la que se tiende a huir.

Hasta mañana, que será hoy mismo. Y que además, procuraré llegar a tiempo. ¿Que no?

sábado, 12 de julio de 2008

Consejo romántico número 193. Con el paso del tiempo no mejorará si no es buena desde el principio...

Existe un mito muy arraigado sobre el Amor de pareja, y que hoy quiero desmontar, aprovechando que una lectora y amiga nuestra me ha escrito ayer para hacerme una consulta. Por cierto, me ha hecho una consulta a mí. Hay gente que me hace consultas a mí... Por un lado, esto me halaga mucho; pero por el otro, me deja pensativo. ¿Y por qué me hacen consultas a mí...? Bueno, seguiré pensando por qué a mí.

El mito que hoy quiero rebatir es el de que “con el paso del tiempo, y a medida que la pareja se vaya conociendo más y mejor, aumentará la facilidad para comunicarse”.

Gracias a este mito o creencia errónea, muchas parejas van posponiendo la necesidad de dialogar sobre los puntos clave de la relación desde el principio de la misma. Y lo van aplazando creyendo que con el tiempo tendrán mejores ocasiones para hacerlo. Es decir, van demorando una cosa que es muy “importante”, porque no es “urgente”. Y como ya comenté alguna vez en este blog, si una cosa importante la vamos postergando porque no es urgente, con el paso del tiempo, seguirá siendo importante y, además, se habrá convertido en urgente. Y esto será más difícil de “pelar”.

Las dificultades para comunicarse y entenderse que surgen al principio de la relación, suelen ser vistas como normales, y se acostumbran a tolerar en demasía durante los primeros meses y años. Sin embargo, la evidencia no enseña que a medida que va pasando el tiempo y nos vamos involucrando más en la relación, empieza a aparecer (y a aumentar) el temor a perder a la pareja si se le cuentan ciertos secretos o se tocan ciertos temas.

Mucha gente asocia el hecho de hablar de las dificultades con un elevado riesgo de perjudicar la relación de pareja; especialmente si sus propias habilidades sociales y de comunicación no están bien desarrolladas.

Tanto la confianza como la comunicación eficaz se deben dar desde el principio de la relación. Y si no es así, no podemos esperar a que se vaya a dar después, cuando han aumentado los riesgos y se tiene mucho más que perder. Por tanto, al contrario de lo que se cree, si al principio no se habla de lo importante para la relación, con el paso del tiempo se hará aún menos.

Querida amiga, como bien sabes, la forma en que nos comunicamos es determinante en nuestra calidad de vida. Y lo mismo ocurre con las relaciones de pareja: cuanto antes y mejor nos comuniquemos mejor será la convivencia y la relación con nuestra pareja. Pero... una comunicación eficaz en la pareja requiere de un gran esfuerzo por ambas partes. Es necesario saber comunicarse de forma adecuada, pero sobre todo, hay que aprender a comunicarse con la pareja bajo una serie de valores como son el respeto, la confianza, la libertad y la sinceridad. Y es muy importante que no se permitan los malos entendidos, las conversaciones pendientes, y sobre todo, nunca debemos “herir” a nuestra pareja, ni siquiera de forma involuntaria ni inconsciente ni indeliberada.

Hasta mañana, y muchas gracias a todas y a todos los que cada día, o sólo de vez en cuando, os dais un paseíto por este sitio.

viernes, 11 de julio de 2008

Consejo romántico número 192. Soporte técnico del AMOR, buenos días.

Un cliente llama al Servicio Técnico del AMOR, y ésta es la conversación que se desarrolla:

SERVICIO TÉCNICO: Soporte técnico del AMOR, buenos días.

CLIENTE: Buenos días. He estado revisando mi equipo y he encontrado un nuevo programa que se llama AMOR; pero no me funciona. Por favor, ¿me podría ayudar?

SERVICIO TÉCNICO: Claro que sí, esa es nuestra función. Aunque desde aquí no se lo puedo reinstalar. Tendrá hacerlo usted mismo, aunque yo le dirigiré por teléfono. ¿Le parece bien?

CLIENTE: Sí, perfecto. Haré lo que usted me diga, aunque le advierto de que esto no es lo mío, pero creo que si usted me da las instrucciones oportunas podré instalarlo yo mismo. ¿Empezamos, por favor?

SERVICIO TÉCNICO: Sí, claro. Lo primero que tiene que hacer es abrir su CORAZÓN. ¿Sabe dónde se encuentra ubicado?

CLIENTE: Si ya lo tengo. Pero en este momento hay otros programas que se están ejecutando. ¿Puedo instalar el programa AMOR mientras siguen ejecutándose los otros?

SERVICIO TÉCNICO: A ver, dígame, ¿cuáles son esos otros programas?

CLIENTE: Puies... déjeme mirar. Tengo aquí DOLORDELPASADO.EXE, BAJAAUTOESTIMA.EXE, RABIA.EXE y RESENTIMIENTO.EXE. Estos son los que se están ejecutando en este momento.

SERVICIO TÉCNICO: Vaya, genial, no habrá problema. El nuevo programa AMOR borrará automáticamente el que se llama DOLORDELPASADO.EXE. No obstante, puede que se queden guardados algunos residuos de este programa en la memoria permanente, pero ya no afectará en el futuro. El paquete AMOR reemplazará el denominado BAJAAUTOESTIMA.EXE con un nuevo módulo llamado ALTAAUTOESTIMA.EXE. Sin embargo, tiene usted que eliminar completamente los programas RABIA.EXE y RESENTIMIENTO.EXE. Estos dos programas no permitirán que el AMOR se instale de forma correcta. ¿Los puede usted eliminar ahora mismo?

CLIENTE: No sé cómo hacerlo. ¿Me puedes usted guiar?

SERVICIO TÉCNICO: Por supuesto que sí. Vaya al menú inicio, luego a lista de programas y a continuación busque el programa PERDON.EXE. Ejecútelo cuantas veces sean necesarias pare que RABIA.EXE y RESENTIMIENTO.EXE hayan sido borrados completamente.

CLIENTE: A ver... Ya, listo. Ahora parece que AMOR ha empezado a instalarse automáticamente. ¿Esto es normal?

SERVICIO TÉCNICO: Sí, claro. En breve recibirá un mensaje que la avisará de que el AMOR estará activado mientras su CORAZÓN esté encendido. ¿Puede ver ya ese mensaje?

CLIENTE: Sí, ahora ya lo veo. ¿Esto significa que se ha instalado correctamente?

SERVICIO TÉCNICO: Sí, pero recuerde que sólo dispone del programa base. Ahora necesita conectarse con otros CORAZONES para poder recibir actualizaciones permanentes.

CLIENTE: Vaya, mier... Acaba de aparecer un mensaje de error. ¿Qué hago?

SERVICIO TÉCNICO: ¿Qué dice exactamente ese mensaje?

CLIENTE: Dice "ERROR GRAVE - PROGRAMA NO ACTIVO". ¿Qué significa esto?

SERVICIO TÉCNICO: Quédese tranquilo. Éste ese es un problema muy común. Sólo significa que su programa AMOR está configurado para ejecutarse en CORAZONES externos, pero no ha sido ejecutado en el suyo. Es una de esas cuestiones técnicas algo complicadas de la programación. Pero para que usted me entienda... significa que tiene que AMAR a su propio equipo antes de poder AMAR a otros.

CLIENTE: ¡Vaya! Y entonces... ¿qué puedo hacer ahora?

SERVICIO TÉCNICO: Le recomiendo que localice el directorio llamado AUTOACEPTACION.

CLIENTE: A ver, a ver... Sí, ya está, aquí lo tengo.

SERVICIO TÉCNICO: ¡Genial! Veo que usted todo lo pilla muy rápido.

CLIENTE: Je je je. Gracias. Más que nada es el interés que tengo y la ayuda que usted me presta...

SERVICIO TÉCNICO: De nada. Ahora haga "click" con el botón izquierdo del ratón en los siguientes archivos, para copiarlos al directorio MICORAZON: AUTOPERDON.DOC, AUTOESTIMA.TXT, VALOR.INF y REALIZACION.HTM. El sistema reemplazará cualquier archivo que haga conflicto y entrará en modo de reparación para arreglar cualquier programa que esté dañado. Por otro lado, usted debe eliminar AUTOCRITICA.EXE de todos los directorios, y después borre todos los archivos temporales y vacíe la papelera de reciclaje, para asegurarse de que se eliminan completamente y nunca se vuelvan a activar.

CLIENTE: Entendido. ¡Ey...! Mi CORAZON se está llenando con unos archivos muy bonitos. Por ejemplo, ahora SONRISA.MPG se está desplegando, y en el monitor aparece que CALOR.EXE, PAZ.EXE y FELICIDAD.EXE se están duplicando en todo mi CORAZON.

SERVICIO TÉCNICO: ¡Bien, genial! Esto indica que AMOR está instalado correctamente y que a la vez se está ejecutando. Ya lo puede manejar usted mismo desde ahí, sin mi ayuda.

CLIENTE: Muchas gracias.

SERVICIO TÉCNICO: De nada. Pero permítame una última cosa antes de acabar.

CLIENTE: Sí, dígame.

SERVICIO TÉCNICO: El AMOR es un software gratuito. Asegúrese de dárselo, junto con sus diferentes módulos, a todas las personas que conozca y que se encuentre en el camino. Y si usted no es capaz de ayudarle a instalarlo, le ruego que les dé mi número de teléfono. Yo, personalmente les ayudaré con mucho gusto.

CLIENTE: Muchas gracias. Ha sido usted muy amable.

SERVICIO TÉCNICO: Gracias a usted por habernos llamado. Buenos días.

Y gracias a todas vosotras y a todos vosotros por sintonizar este canal.

GRACIAS.EXE

jueves, 10 de julio de 2008

Consejo romántico número 191. ¿Y esos celos...?

¿Has sentido celos alguna vez? No te sientas culpable, los celos son un sentimiento natural, y de por sí no tienen por qué ser absolutamente malos. No sólo son normales, sino hasta son necesarios para mantener una relación amorosa y fortalecer el compromiso recíproco. Son tan necesarios (en su justa medida) para la relación, como el Amor y el sexo. De hecho, la mayor parte de los celos no son patológicos, sino una parte de nuestra sicología que está creada para mandar señales y mantener a la pareja fiel.

Los celos bien manejados enriquecen la relación de pareja, ayudan a mantener la pasión y a ampliar el compromiso entre ambas personas. En cambio, la ausencia total de celos denota falta de romanticismo. Ya lo dijo San Agustín hace tanto...: “si no está celoso, no está enamorado”.

En la propia naturaleza podemos apreciar cómo el macho protege a su hembra de otros machos. Los celos son un mecanismo natural de supervivencia, y en el reino animal permite la perpetuación de la especie.

El ser humano, por otro lado, tiene una ventaja respecto del resto de los animales: su capacidad de pensar. Con los pensamientos, el humano es capaz de dominar a los demás animales. Pero los pensamientos, mal gestionados, trabajan en su contra. Así las cosas, podemos concluir con que los celos son infundados son imaginados o creados en la propia mente, por un mal manejo de la suerte de pensar.

La capacidad de pensar del ser humano es una ventaja, sin embargo, se ve contrarrestada por los inconvenientes que pensar tiene. Si no... ¿por qué el ser humano, a diferencia del resto de los animales, puede llegar a tal grado de maldad, de egoísmo, de hipocresía, de prepotencia o de violencia gratuita (entre otras muchas cualidades negativas)? Está claro... porque pensamos.

Y como todo en la vida, los excesos son malos, y los celos no están libres de caer en los excesos. Los celos infundados se originan en la mente, por culpa de la baja autoestima. Hay personas que CREEN que necesitan a una pareja para ser feliz, y mientras esa persona no llega y están solas CREEN que no valen nada. Luego, cuando encuentran a esa pareja, la hacen suya, se sienten poseedoras de la otra persona, y eso les eleva la autoestima. Y ante la idea de perderla, sufren, mucho, porque al perderla su autoestima otra vez se vería mermada. Y ahí comienzan los celos infundados, ante el pensamiento de poder perder a la pareja.

Quien ama, siente celos. Pero... sentir celos no implica amar de verdad. Lo que sí es un axioma que no necesita demostración es que sentir celos infundados sí implica tener una baja autoestima.

Cuando no tienes confianza en ti mismo tu mente te juega muchas malas pasadas. Te planteas la duda de si tu pareja habrá pasado mejores momentos con sus anteriores relaciones que contigo. Es decir, se tienen celos hasta de su pasado.

Nadie, sino uno mismo, es culpable de sentir celos por la pareja. Bueno, rectifico: los culpables, en esto de las relaciones amorosas, no existen. Sólo existen responsables. Por tanto, nadie, sino uno mismo, es responsable de sentir celos por la pareja.

Nadie, sino uno mismo, es el responsable de cómo piensa, de cómo se siente, de cómo fabrica sus propios celos. Y sólo uno mismo es el responsable de eliminarlos. Y para ello sólo existe un requerimiento: querer eliminarlos de verdad.

Ojalá existiera un “predictor” que al untarle un poco de saliva nos señalara si los celos que sentimos son fundados o irreales. Pero no, no existe ese medidor de celos... Aunque déjame que te cuente un secreto que funciona con un elevado porcentaje de precisión: si tu pareja se pasa el tiempo hablándote de sus anteriores relaciones, entonces tu pareja aún guarda sentimientos por esas personas; aunque sólo te hable de ellas para criticarlas. Si éste es tu caso, esto significa que a lo peor tu pareja no ha cerrado todavía sus heridas y, por tanto, tus celos a lo mejor si tienen motivos para existir. En este caso, sólo puedes hacer dos cosas. La primera, pararla y decirle de forma amorosa algo del estilo: “mi Amor, te ruego que no me hables más de tu pasado romántico. Yo sólo quiero dedicarme a que pases conmigo los mejores momentos de tu vida. Por eso, céntrate en ti y en mí, por favor”. Si además de decírselo de forma amorosa, lo haces con un toque de humor o de broma, conseguirás suavizar la situación y tu pareja entenderá aún mejor el mensaje que tratas de lanzarle.

La segunda cosa que puedes hacer, si tu intuición te dice que tu pareja aún ama a otra persona, es darle su tiempo y su espacio, es decir, déjala en paz. Ni siquiera todo el Amor del mundo que seguro que eres capaz de darle, logrará que se olvide de la otra persona si aún está enamorada de ella. Déjala escapar, aunque la ames con locura. Además, esto en sí mismo es un bonito acto de Amor. Déjala partir; sabes que es por su bien; aunque te duela también te hará alguna vez sonreír de tranquilidad.

Ya te he confesado antes un secreto. Pero me sé otro... Déjame que éste también te lo cuente. Es el siguiente. Si desde el comienzo de vuestra relación tu pareja te dice: “nuestra relación debe basarse en la confianza mutua. Por favor, cuéntame todo sobre tu pasado amoroso”. ¡Cuidado...! Esto denota que tu pareja es tremendamente insegura. Prepárate para sufrir junto a ella...

Detrás de la palabra “confianza”, está ocultando su baja autoestima. Si aprecias un “interés neurótico” en tu pasado, debes prevenirte ante los muchos problemas que se te avecinan. ¿Que qué puedes hacer...? Y yo qué sé. Pero, ojito...

Por el contrario, si tu pareja no te habla de su pasado romántico y, además, te demuestra cada día que te ama a ti, ¿por qué ibas a tener celos? En el caso de que los tengas, sin duda estos son infundados, sólo son generados por tu imaginación.

Y si tu pareja realmente te ha sido infiel, entonces, tus celos estás más que justificados. Por tanto, pon a un lado de la balanza el Amor que sientes por ella, y si pesa más que el otro platillo, pues adelante....

Cuanto más baja sea la autoestima de una persona, más celosa es. No lo dudes nunca. La buena noticia es que la baja autoestima se puede curar. La autoestima se hace baja de forma involuntaria e inconsciente. Por tanto, imagínate cuánto podemos lograr sin ponemos en marcha un plan de cura de forma voluntaria y consciente... Trabaja con tu autoestima y asunto arreglado. En esto, las (y los) profesionales de la salud mental pueden ayudarte mucho.

Se lo suficientemente celoso (celosa) como para demostrarle lo mucho que la amas y te importa, pero NO seas lo suficientemente celoso (celosa) como para que te abandone agobiada (agobiado).

Hasta mañana. No me faltes, que preguntaré por ti.

Gracias.

miércoles, 9 de julio de 2008

Consejo romántico número 190. ¡No me jodas más, corazón...!

Cuando algo nos produce algún tipo de dolor físico necesitamos un alivio inmediato. Por ejemplo, si nos pinchamos en el pie solemos reaccionar de forma instintiva retirándolo del elemento punzante y enseguida nos llevamos la mano hacia la herida.

En cambio, cuando nos duele el alma, cuando nos duele el corazón (y no me refiero al que bombea sangre, sino al otro, al que se enamora...), reaccionamos de manera parecida, pero nunca nos da los resultados deseados. Cuando nos duele el corazón deseamos encarecidamente, sin demora, que eso que nos produce dolor desaparezca de forma inmediata. Por ejemplo, si la pareja nos abandona, sólo deseamos que vuelva con nosotros. Esto es lo único que nos produce alivio inmediato. Posiblemente no sea lo mejor, sin embargo, en nuestra mente no cabe otra posibilidad. Ni si siquiera somos capaces de imaginar olvidarla. Es en este momento cuando deberíamos ser capaces de diferenciar lo que nos dicta nuestro corazón de lo que nos marca nuestra mente.

Si nos guiamos sólo por nuestro corazón podemos meter la pata. El motivo es evidente: el corazón no piensa... Para pensar ya contamos con la mente. El corazón se diseñó y se creo sólo para sentir. Que no es tarea fácil. Y por si fuera poco, además de que el corazón no razona, en este momento está malherido. Es lo mismo que si intentamos oler con las orejas, y encima si éstas están heridas...

En estos momento en el que nuestro corazón está lastimado es muy habitual que los demás nos bombardeen con consejos. Claro, ellas y ellos, con sus corazones totalmente sanos se atreven a decirnos qué debemos hacer... Sin embargo, ellas y ellos, en nuestras mismas circunstancias no actuarían como ahora nos recomiendan a nosotros. Como reza el dicho popular: “los toros se ven mejor desde la barrera”.

De manera que cuando la pareja nos abandona, y sentimos ese deseo irrefrenable de escuchar su voz, nuestro corazón se posa en nuestro hombro y nos susurra: ¡Llámala ahora mismo, no esperes más! Cuando sentimos esas ganas de verla, nos dice: ¡Ve a buscarla, no te demores! Cuando necesitamos que nos quiera, nos dicta: ¡Mándale inmediatamente un ramo de flores! Y nosotros, antes la necesidad aliviar nuestro dolor de forma inmediata, le hacemos caso. Y es aquí cuando nos metemos en un terreno pantanoso.

Cuando nos duele el corazón o el alma reaccionamos de forma inmediata para que ese dolor se esfume rápidamente. Pero si atajamos por el camino más corto, sentiremos alivio a corto plazo, y estaremos prolongando el dolor a un plazo más largo. Por esto, para aconsejar está la mente, no el corazón. Lo malo es que es muy difícil separar la razón del sentimiento, pero no queda más remedio que hacerlo, para evitar hundimos. No es fácil. Nada fácil. Las cosas importantes no son fáciles. Lo fácil sería guiarnos por el corazón. Pero lamentablemente, esto nunca nos da el resultado que deseamos ni merecemos.

En resumen, querido lector Carlos A., ojalá no te hubieras encontrado nunca en esta tesitura, pero como te ha llegado el momento, di: “Querido corazón, tú mejor apártate y quédate calladito, no opines más. Deja que la mente gestione esta situación, porque tú estás malherido. Mejor descansa y recupérate, tómate unas merecidas vacaciones y coge fuerzas para cuando llegue otra vez el momento de sentir. Apártate y no me jodas más”. Pero cuidado, querido Carlos A., tienes que estar advertido de que tu corazón se hará el sordo y el desentendido y en cuanto te distraigas volverá a meter baza con uno de sus ridículos consejos rápidos. Debes estar alerta para no dejarte sorprender. No te dejes vencer. Más adelante tu corazón agradecerá a tu mente por haberle apartado y haberse hecho cargo de la situación.

Hasta mañana. Y gracias a todas y a todos por estar ahí, y por vuestros correos electrónicos y vuestros comentarios.

martes, 8 de julio de 2008

Consejo romántico número 189. ¡Basta ya!

Hola Davinia. Gracias por el correo electrónico que me mandaste esta mañana. Y con tu permiso, te contestaré públicamente a tu consulta. Y como yo no soy nadie para decirte qué debes hacer, permíteme que sí te cuente una historia que en el año 2004 leí en alguna parte, de autora (o autor) anónima (o anónimo). Lógicamente, después de tanto tiempo sólo recuerdo la idea que transmitía. Espero contarla lo más fielmente posible. Y estoy seguro de que te servirá...

Hace un mes, tal día como hoy, no era un día especial sino un día cualquiera, y él decidió ir a recogerla al trabajo, con un ramo de flores. La noche anterior discutieron y él le dijo muchas cosas desagradables que la ofendieron sobremanera. Pero ese día, por la tarde, cuando la recogió en su flamante coche con ese precioso ramo de flores, ella creyó que él estaba arrepentido, y lo que la noche anterior le dijo no le salió del corazón, porque esta tarde le está regalando flores.

Un día de hace tres semanas, que era un día cualquiera, él decidió mandarle al trabajo un bonito ramo de flores. El día anterior, por la noche, él la zarandeó y la empujó contra la pared, y cuando ella estaba inmóvil, él la cogió por el cuello y la apretó fuertemente durante un buen rato. Ella no dejaba de llorar, temblando aterrorizada. Afortunadamente, no pasó de ahí. Y al día siguiente por la mañana ella se despertó toda magullada y dolorida por todas partes. Pero ella creía que él estaba arrepentido porque al medio día él le envió al trabajo un hermoso ramo de flores.

Hace dos semanas, siendo un día cualquiera, como cualquier otro día de la semana, él llegó a casa para almorzar, y le trajo un ramo de flores. La noche anterior discutieron, y él le pegó un puñetazo en su ojo izquierdo y la amenazó de muerte. Al día siguiente por la mañana ella lo pasó muy mal mientras se maquillaba, porque la cara la tenía hinchada y dolorida. Ni siquiera el abundante maquillaje pudo ocultar el corte que tenía en su ceja y el derrame de su ojo. Al final, ella decidió no ir a trabajar, para que nadie se diera cuenta de nada. Pero ella creía que él estaba arrepentido porque cuando él llegó al medió día para comer le trajo un gran ramo de flores.

La semana pasada, un día cualquiera, nada especial, por la noche él le volvió a pegar. Pero esta vez fue de forma más agresiva aún. La pobre piensa que no puede dejarlo, porque teme que no pueda sacar adelante a sus tres hijos. Ella le tiene pánico, pero supone que depende de él. Por eso, no quiere dejarlo. Además, ella cree que él está arrepentido, porque otra vez le ha regalado flores...

Hoy no es un día cualquiera. Hoy es un día muy especial. Hoy es el día de su funeral. Anoche, ese hijo de perra por fin se salió con la suya... Ha logrado matarla. La golpeó sin cesar. Si ella hubiera tenido la fuerza para dejarle y el valor para denunciarlo hoy no hubiera recibido tantas flores...

¡Basta ya de violencia machista!

Hasta mañana. Gracias.

lunes, 7 de julio de 2008

Consejo romántico número 188. Antes debemos cambiar nosotras y nosotros mismos...

Estaba María del Carmen esperando a su amiga Gloria en la puerta del supermercado donde ésta trabaja. Habían quedado para ir de compras a las rebajas. Cuando ambas se encontraron, como de costumbre, se abrazaron y se besaron, como si hubiera transcurrido un siglo desde la última vez que se vieron. Sin embargo, nunca pasaba más de dos días sin que quedaran para tomar algo.

Justo después de los saludos y de los arrumacos de rigor, María del Carmen se quedó admirando el anillo tan brillante y bonito que portaba Gloria en uno de sus delgados dedos de la mano izquierda.

— ¡Guau, qué pedazo de anillo!— exclamó María del Carmen.

— Me lo regaló Jorge anteayer— respondió Gloria, asintiendo con su cabeza y portando una sonrisa muy dulce mientras acercaba su mano izquierda a María del Carmen. Ésta, se quedó atónita ante aquel pedrusco tan lindo.

— ¿Y qué celebrabais...? Ya veo que no me cuentas nada, chica.

— No celebrábamos nada —respondió Gloria. Simplemente me preparó una cenita en casa, y entre el segundo plato y el postre se sacó del bolsillo una cajita roja y me la entregó. Yo me quedé tan sorprendida... Y lo más bonito de todo fue lo que ponía en una pequeña nota que iba enroscada dentro de la sortija. En ella decía: gracias por entenderme, por apreciarme, por valorarme, por apoyarme, por amarme...

— ¡Vaya, ojalá...! —continuó María del Carmen con lágrimas en sus hermosos ojos y sin poder terminar su frase.

Gloría estaba segura de que su amiga iba a decir que ojalá ella tuviera también un marido como Jorge. Pero lo que realmente dijo la conmovió profundamente.

—Ojalá yo fuese una esposa como tú —concluyó María del Carmen a duras penas. Gloria la miró, desconcertada, e impulsivamente añadió:

— Ven, vamos a entrar en la heladería para tomarnos una horchata bien fría.

— Sí, por favor. Me encantaría.

Cuando ambas estaban sentadas en una mesa cercana a la puerta, Gloría le preguntó a su amiga:

— ¿Qué querías decir antes con eso de que ojalá fueses una esposa como yo?

María del Carmen esbozó una sonrisa de plástico, para quitarle hierro a la cosa, pero no podía dejar de lagrimar. Con voz temblorosa terminó diciendo:

— Carlos es un hombre maravilloso. Siempre lo fue y siempre lo será. Sin embargo, nunca supe agradecerle todo lo bueno que hizo por mí desde el primer momento en que nos conocimos. Cuando éramos novios, él me llevaba al trabajo cada mañana e iba a recogerme cada tarde, y yo, en vez de agradecérselo, le reprochaba que lo hacía para vigilarme, para controlarme. A cada detalle que tenía conmigo yo siempre le buscaba la parte negativa, y lo malo es que siempre se la encontraba. A partir de un momento, lógicamente, Carlos dejó de ser tan detallista y dejó de demostrarme su Amor, y entonces, empecé a reprocharle que ya no me amaba. Yo no me merezco a un hombre como Carlos, sin embargo, él permanece ahí, cada día y desde el primero. Y sé que me ama, que me adora, que me desea... pero yo no sé corresponderle. Por eso, él no me regala un anillo así... Porque no me lo merezco. Ahora siento envidia sana por ti, pero yo soy la culpable de no ser tan feliz como me gustaría.

Gloria le dio a su amiga un pañuelo de papel, y cuando ésta se enjugó las lágrimas de sus mejillas, espontáneamente, ambas se abrazaron.

— Querida amiga, si de verdad quieres que tu relación de pareja cambie, eres tú la que primero tienes que empezar a cambiar. No esperes de los demás un cambio que tú misma no seas capaz de introducir desde ahora mismo...

— ¡Qué rica está esta horchata! Es la mejor de todo Madrid, ¿verdad? —concluyó María del Carmen sonriendo.

Mañana estaré aquí, con otra sugerencia, o consejo, o historia, o yo qué sé. De lo único que estoy seguro es de que volveré un día más...

Gracias.

domingo, 6 de julio de 2008

Consejo romántico número 187. La vida en un simple gesto...

Marcos trabajaba en una agencia de seguros. Y cada día a las 20,00h volvía a casa caminando. Una tarde de julio, al poco de salir de la oficina, advirtió que delante de él también caminaba una chica con un paso ligero. Ella portaba unas bolsas en ambas manos, y debajo de su brazo derecho llevaba una cartera negra, a juego con sus zapatos de tacón. Ella dio un traspié y se le cayeron al suelo la cartera y todas las bolsas. Y Marcos, que era un galán, corrió para socorrerla.

La chica tenía un tipo muy atractivo, pero Marcos no imaginaba que, además, tuviera una cara tan bonita. Él se arrodilló para ayudarla a recoger las cosas que se habían salido de las bolsas. Y como los dos iban en la misma dirección, él se ofreció a llevarle las bolsas más pesadas.

Durante la caminata estuvieron charlando. Marcos supo que ella se llamaba María, que le encantaba bailar, hacer deporte y el cine, que trabajaba de peluquera en un salón de belleza y que acababa de romper con su pareja.

Primero llegaron a casa de María, y le invitó a que entrara para tomar un café. Pasaron una tarde muy agradable charlando y riendo. Y tras intercambiarse los números de teléfono, a eso de las 21,30h, Marcos se fue a su casa.

El viernes de esa misma semana quedaron para salir a cenar. Y al cabo de una cita más, sin darse cuenta, estaban saliendo juntos.

María y Marcos llevan ya tres años de relación, de los cuales, los dos últimos los llevan viviendo juntos.

Anoche estaban cenando en un restaurante italiano, charlando sobre su boda. Están a punto de casarse. Ya sólo faltan tres semanas. Y entre risa y risa, María le recordó aquel día, tres años atrás, en que se habían conocido, y le dijo: “Nunca me preguntaste por qué aquel día volvía a mi casa tan cargada de bolsas”. Marcos permaneció expectante. Y ella continuó diciendo: “Había ido a casa de mi madre para coger sus pastillas para dormir, y volvía a mi casa con intención de suicidarme, cargada con algunas cosas mías que estaban en casa de mi mamá. Pero después de haber pasado aquel maravilloso rato contigo, charlando y riéndonos, me di cuenta de que si me hubiera matado me habría perdido aquellos momentos y muchos otros que podían haberles seguido, y que así han sido... Así que, ya ves, Marcos, aquel día, cuando me recogiste las bolsas del suelo, hiciste mucho más... Me salvaste la vida... GRACIAS. TE AMO”.

Hasta mañana, y gracias por continuar ahí.

sábado, 5 de julio de 2008

Consejo romántico número 186. Por fin llegaron las vacaciones de verano. Pero... ¿esto es bueno o malo?

Ayer viernes arrancó la primera fase de la operación salida de verano. Mucha gente se dispone a viajar en este fin de semana con destino a las costas de nuestro país.

Las vacaciones de verano son un tiempo para descansar, para olvidarse de las rutinas y del estrés de un año entero de trabajo y de colegio, y para recargar las pilas para el próximo curso.

Que las vacaciones son para descansar es algo obvio. Pero sabemos por experiencia que, muchas veces, todo aquello que se da por obvio no se suele cumplir. No es tan evidente que aquellas mujeres que a la vez son pareja y madre descansen durante las vacaciones del verano. Es muy habitual que estas mujeres tengan que seguir con sus obligaciones diarias: hacer las labores del hogar; hacer los desayunos, las comidas y las cenas; cuidar a las hijas y a los hijos... En cambio, el varón sí suele usar el periodo estival para descansar: leer la prensa, montar en bici, nadar, tomar el sol...

Bueno, en estos tiempos que corren parece que el párrafo anterior está un poco desfasado en el tiempo. Si eres varón y piensas esto... ¡enhorabuena! Si eres mujer y lo anterior ya no te incumbe... ¡Felicidades! Sin embargo, estoy seguro de que hay muchas mujeres que sí se sienten muy aludidas en el párrafo que antecede a éste. Y mientras esta injusta situación se siga produciendo, no será extraño que una de cada tres parejas se separen tras las vacaciones de verano...

Durante el resto del año, muchos conflictos de pareja son debidos al cansancio o al agotamiento producido por la vida estresante y acelerada que se suele llevar a diario. Por eso, es muy importante aprovechar las vacaciones de verano para hacer más vida en pareja: dedicar más tiempo a dialogar, a hacer más cosas juntos, a hacer más el Amor... Ya que durante el resto del año andamos muy justos de tiempo y los horarios no son del todo compatibles. Lo importante es que al final del verano hayamos aprovechado el tiempo, nos hayamos divertido, disfrutado y descansado. Pero para que esto sea posible, es necesario que se dé en todos los miembros de la familia, y principalmente en la pareja.

Es importante tener en cuenta que las vacaciones de verano pueden ser el momento perfecto para redescubrir a la pareja y reforzar la relación. Pero también pueden ser el detonante para acelerar la ruptura de la pareja. Por eso, mi consejo romántico de hoy trata de lo primero, y os lanzo algunas ideas sencillas para evitar los conflictos y reforzar la relación amorosa durante el verano:

- ajustar vuestras expectativas sobre las vacaciones. Unas vacaciones son perfectas según lo que entendáis vosotros por vacaciones perfectas, no lo que entiendan los demás;

- planificar vuestras las vacaciones, tratando de llegar a acuerdos sobre las actividades a desarrollar. Y hay que saber que “sacrificarse por el otro” no funciona nunca. Lo que sí funciona es buscar la satisfacción del otro sin renunciar al propio bienestar. Hay que negociar eficazmente, buscando que no haya ni un vencedor ni un vencido, respetando las preferencias de cada uno;

- incluir a vuestros hijos en la planificación de las vacaciones, teniendo en cuenta sus preferencias y necesidades. Dejar que participen en los acuerdos, si es que tienen edad para participar;

- cultivar durante las vacaciones un clima de tolerancia y de comprensión. Para ello es necesario ser flexibles. Y recuerda: el comportamiento se contagia, es decir, si te comportas de forma desagradable, conseguirás que tu pareja se comporte de la misma manera;

- buscar momentos para desarrollar actividades en solitario. No es necesario hacerlo todo juntos; lo importante es que el tiempo compartido sea maravilloso y no la cantidad de horas que se pasen juntos.

- hacer un reparto equitativo y justo de las tareas obligadas: domésticas, cuidado de los hijos...;

- derrochar sentido del humor y reír juntos;

- aprovechar los conflictos vacacionales para aprender a convivir;

- aprovechar las vacaciones para mejorar la comunicación en la pareja;

- y sobre todo, al final del verano hay que recordar los momentos agradables por encima de los problemáticos.

Hasta mañana, y felices vacaciones. Gracias queridas amigas y amigos.

viernes, 4 de julio de 2008

Consejo romántico número 185. ¿Y hoy de qué hablamos...?

De vez en cuando recibo correos electrónicos de personas muy cariñosas desde diferentes y lejanos puntos del mundo. Incluso algunas han dejado algunos comentarios en este blog. Esto de Internet es un gran invento. Y si no, cómo es posible que este humilde mini espacio virtual y romántico llegue tan lejos.

Esta mañana he recibido un correo electrónico de un chico que vive en Medellín (Colombia). Conoció en un chat a una chica también colombiana pero que vivía en Barcelona. Ahora viven los dos juntos en la cuidad condal y tienen dos niñas preciosas.

Me contaba esta mañana en su correo electrónico que le gustó mucho el consejo romántico número 179 del pasado sábado 28 de junio, porque le traía muy buenos recuerdos de cuando eran novios a distancia. Además, este chico me decía que en aquella época, en la que les separaban miles de kilómetros, pasaban horas cada día escribiéndose en el messenger, oyéndose por el Skype y viéndose a través de sus respectivas web cams... Por lo que me contaba, es como si cada día que estaban separados fuese como el primer día que se conocieron, y tenían tantas cosas que decirse... Sin embargo, ahora que llevan tres años casados, y se tienen mutuamente cada día, pasan jornadas enteras que casi no se cuentan nada. Cada uno se ha convertido en parte de la decoración del apartamento en el que viven y que está ubicado en un pueblo de Barcelona.

Me pedía en su carta alguna recomendación sobre cómo empezar conversaciones interesantes con su mujer, porque cada vez que lo intentan, se mira el uno al otro y ambos pasan un mal trago, que les llevaba incluso a discutir.

Una manera muy potente para crear conversaciones dentro de la pareja es tomarse unos minutos cada día (o algunos días) para bañarse juntos. No ducharse, sino bañarse. Simplemente consiste en meterse juntos en el agua, a temperatura muy caliente, y sin ninguna pretensión erótica (al menos al principio). Se trata de que ambos se sientan cómodos juntos, piel con piel, relajados, y que se dejen llevar... Al cabo de pocos minutos se sorprenderán mutuamente riéndose y conversando sobre cualquier cosa. Es curioso, pero esto nunca falla. Me consta que muchas de las mejores conversaciones de una pareja nacen de esta forma tan deliciosa.

El primero de los baños debe ser sencillo, sin velas, sin música, sin demasiadas complicaciones. Pero es muy probablemente que después del primer baño, los siguientes estén aderezados con velas, incienso, música, vino, fresas...

Hasta mañana y que tengáis un feliz baño... Gracias a todas y a todos por seguir aquí un día más.

jueves, 3 de julio de 2008

Consejo romántico número 184. ¡Cuidado, estamos en rebajas...!

Estamos a principios de julio, y este año se han adelantado las rebajas. Millones de personas... Bueno, en esta ocasión y por culpa de la “crisis”, son algunas menos... Miles de personas se están lanzando a la calle para comprar gangas; para comprar de todo, tanto lo que no necesitan como lo que tampoco... sólo porque, aparentemente, están a un precio más bajo.

Yo, que desde hace mucho me dedico al marketing, sé que en muchas ocasiones, las habilidades y las técnicas de marketing se pueden usar para seducir en exceso a la compra innecesaria y compulsiva. Y aunque este blog trata sobre el Amor y el Romanticismo, y no sobre ninguna otra cosa, en esta ocasión no puedo evitar recomendar que se planifiquen las compras durante las rebajas. Además, es aconsejable que se compre lo que realmente se necesita y se va a utilizar. También es recomendable visitar aquellas tiendas en las que se compra habitualmente. No hay que dejarse influir por la publicidad agresiva ni por los grandes carteles. También hay que saber que existe la posibilidad de cambiar lo comprado si no satisface las expectativas prometidas. Por eso, hay que guardar el comprobante de la compra por si surge algún problema. Y por último, hay que tener mucho cuidado con las tarjetas de crédito, porque cuando pagamos con ellas, tenemos la sensación de que la cartera sigue pesando lo mismo. Sin embargo, al mes siguiente, la cuenta corriente se queda tiritando... Y si se usa la tarjeta de crédito, hay que procurar que sea sólo para aplazar los pagos, nunca para endeudarse. Y por supuesto, evita los llamados créditos rápidos, puesto que los intereses que ofrecen las entidades que los conceden son abusivos...

¿Y qué hago yo hablando de todo esto...?

Bueno, pues aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid... mi sugerencia romántica de hoy es: aprovecha estos días para adelantarte y comprarle a tu pareja eso que hace unas semanas no se compró (o no lo compraste) porque el presupuesto no daba para excesos.

Por ejemplo, hace unas tres semanas, Mayte iba de compras con Miguel por un centro comercial, y pasaron al lado de una tienda de moda femenina. Mayte se quedó prendada de un vestido de verano que llevaba puesto un maniquí en el fondo de la tienda. Uno de esos vestidos que a ella tanto le gusta y que tan bien le sientan. De hecho, no pudo evitar entrar en el establecimiento para probárselo. Y cuando vio el precio, sintió tanta frustración que ni si quiera se lo probó. No era barato precisamente.

Como ya comentamos el pasado miércoles 18 de junio en el consejo romántico número 169, la “crisis” que está sufriendo la economía española está perjudicando grandemente a la buena marcha de la empresa de Miguel. Si hace sólo unos cuantos meses se hubiera producido esta misma situación, Miguel, sin poner objeción alguna, se hubiera sacado la cartera y hubiera comprado ese vestido y todos los complementos a juego de la tienda. Él siempre sucumbe ante ese gestito tan dulce que Mayte pone cuando algo le gusta de verdad... Sin embargo, ahora las cosas son diferentes: se están apretando el cinturón hasta la talla 32... Por eso, Miguel quiere comprar el vestido, pero Mayte no lo permite porque cuesta mucho dinero.

Cuando volvían al coche, ella miró con disimulo nuevamente dentro de la tienda. Miguel se percató de ello.

Ya han pasado tres semanas desde aquel día. Ella ya no se acuerda del vestido, pero Miguel apuntó en su agenda que para las próximas rebajas volvería a aquella tienda a probar suerte... Y así sucedió. El pasado martes, a primera hora de la mañana Miguel se presentó en la tienda, e hizo lo mismo que esas mujeres que entran en masa en unos grandes almacenes el día que comienzan las rebajas y que cada año se recoge en los informativos de todas las cadenas de televisión. El se apresuró hacia la tienda. Entró, y... ¡eureka! Allí estaba el vestido, sin manosear todavía y con un descuento del 50%. Que aunque seguía teniendo un precio alto, motivaba a comprarlo. Y eso hizo Miguel sin pensarlo.

Este próximo fin de semana, como casi cada fin de semana, saldrán alguna noche a cenar fuera de casa. Antes iban a buenos restaurantes. Ahora salen a tapear. Pero en esta ocasión, mientras ella se esté duchando antes de salir, Miguel le pondrá encima de su cama el vestido de estampados claritos con el cinturón azul.
Me encantaría ver la cara de Mayte...

Hoy he llegado por los pelos... Hasta mañana, y muchas gracias.

miércoles, 2 de julio de 2008

Consejo romántico número 183. Pero es que te amo tanto...

- Hola, mi vida, te amo.

- Ya lo sé. Yo también te amo.

- Te amo.

- Ya lo sé. ¿No me oíste? Dime algo nuevo, por favor.

- Te amo mucho.

- Ya me lo has dicho infinitas veces. Además, siempre con esa misma expresión en tu cara. Cambiemos de tema, por favor.

- Pero es que te amo tanto...

- Ya me estoy cansando. ¿Acaso no sabes decir otra cosa? Pareces un disco rallado.

- Te amo.

- Ya lo sé, ya lo sé, ya lo sé... Pero hay otras cosas mucho más interesantes de las que podemos hablar, ¿no crees?

- Sí, pero es que te amo mucho.

- No sigas, por favor. El amor no es lo único que hay ahora en mi cabeza. Hay muchas más cosas de las que me gustaría que hablásemos.

- Ya, pero es tanto lo que te amo.

- ¿Te has vuelto loco? Me habían dicho que el amor tiene efecto secundarios en algunas personas. Pero... no me imaginaba que se referían a esto...

- Te amo.

- ¡Ya no lo aguanto más. Se acabó! Esta es la última vez que escucho esa estúpida expresión. Si la vuelves a repetir me marcho.

- Te amo, princesa.

- Pues yo ya no te amo. Esta es mi ultima advertencia. Hablo en serio. ¿Tienes alguna otra cosa que decir?

- Sí. Te amo.

- Adiós. Y es para siempre. Olvídame.

- Pero... yo te amo.

Este diálogo, afortunadamente, es inventado. Cualquier parecido con la realidad no sería una coincidencia, sino una verdadera putada. No obstante, no dista demasiado del trasfondo de muchas conversiones de pareja. Ojalá no te sientas identificada ni identificado. ¿O acaso te reconoces en alguno de los protagonistas? ¿O tal vez has jugado en alguna ocasión en los dos lados de la pista?

Hasta mañana. Y gracias.

martes, 1 de julio de 2008

Consejo romántico número 182. A por otro medio año más...

Esta aventura del blog comenzó el martes 1 de enero de 2008. Aquél día no escribí ninguna sugerencia romántica, simplemente me limité a hacer una presentación del blog. Por tanto, si hoy estamos en el consejo romántico número 182, significa que llevamos 183 días del año, y como este año 2008 es bisiesto (366 días), implica que hoy justamente hace medio año que empezamos...

Hace 183 días me comprometí en presentaros cada día alguna sugerencia romántica diferente. Y aunque nunca falto a mis promesas, he de reconocer que no estaba seguro de poder llegar al punto en el que nos encontramos hoy. He de confesaros que el mérito no es mío, sino vuestro, ya que si sigo aquí cada tarde os lo debo a vosotras y a vosotros, por vuestro aliento en forma de comentarios y de correos electrónicos. Tanto si lo sabéis como si no, tanto si lo queréis como si no, me dais una motivación extra para cumplir con mi promesa. Y todas estas ganas con la que hago esto os la agradezco a vosotras y a vosotros, por estar ahí, por leerme y por dejar vuestra huella. GRACIAS.

El pasado sábado 28 de junio en el consejo romántico número 179, hablábamos sobre cómo acortar las distancias en las relaciones que se desarrollan, precisamente, a distancia. Hacíamos mención de que hay que mantener un contacto diario, usando todos los medios que las nuevas tecnologías ponen a nuestra disposición para comunicarnos: móvil, correo electrónico, messenger, Skype, web cam... También decía, jugando con las palabras, que debíamos usar las “antiguas tecnologías”: cartas a mano, postales, tarjetas...

Pues bien, hoy redundaremos en esto último. A veces, el romanticismo de un detalle reside en su sencillez, espontaneidad e inocencia. Por eso, qué te parece si le haces a tu pareja en una hoja de papel, un dibujo con crayones de cera como si fuera elaborado por una niña o por un niño, con figuras de palos, corazones y muchos colores. Luego, métela en un sobre que parezca serio y envíaselo por mensajería a su trabajo, con un mensaje en el remite del tipo: “Para la atención urgente de Fulanit@”. Tu pareja se emocionará mucho al comprobar que te has tomado la molestia en hacer algo tan gracioso para ella. Además de que la harás feliz, la distraerás durante un rato de sus labores cotidianas.

Nos vemos mañana, y como mínimo, durante medio años más... ¿que no?

Gracias por tu apoyo.