domingo, 31 de agosto de 2008

Consejo romántico número 234. Las apariencias engañan...

Mayte y Miguel tienen un amigo soltero y sin ningún compromiso que se llama Agustín. Esta tarde, Agustín y Miguel han estado juntos tomando un café. Y cuando Miguel ha vuelto a casa le ha propuesto a Mayte que salieran esta noche al centro a tomar unos vinos y unas tapas. Así, podrían prestarle el comedor y el salón de su casa a Agustín, que ha conocido hace poco a una chica y quiere regalarle una cena romántica esta noche. Y como Agustín todavía vive con sus padres... ¿qué mejor lugar que la casa de ellos dos?

Mayte quiere tanto a Agustín que lógicamente no ha puesto ninguna pega al respecto. Es más, Miguel se ha brindado incluso a prepararles la cena y ella se ha prestado a ayudarle, para que a las 22,00h todo estuviera listo para la cita.

Estaban ellos dos más ilusionados que el propio Agustín. No se han olvidado de ningún detalle: velitas, incienso, flores, música, lambrusco muy frío...

Ya son las 22,00h y el supuesto anfitrión no ha llegado todavía, y para colmo, su “móvil está apagado o fuera de cobertura en este momento”. Mayte empieza a ponerse nerviosa. ¿Habrá merecido la pena tanto esfuerzo?

Ya pasan de las 22,10h y el timbre sigue mudo... La invitada tampoco llega. ¡Menos mal!

Y a las 22,13h, antes de que la pasta perdiera su punto, Miguel se acerca a Mayte, la abraza dulcemente, y le dice: “Vamos a cenar, mi vida. No esperes a Agustín, no vendrá. ¿No te acuerdas de que salía esta tarde para Barcelona? Yo mismo le llevé a las 19,00 al aeropuerto. Venga, vamos a cenar...”.

Todo era una trama de Miguel para su chica... Claro, y luego dicen que el Amor se acaba. ¡Y una leche...! El Amor de Mayte por Miguel y el de él por ella no se acabará jamás. ¿A que no?

Hasta mañana, y muchas gracias.

sábado, 30 de agosto de 2008

Consejo romántico número 233. No sólo es necesario tener talento, sino también talante...

Hola a todas y a todos. Una vez más, y por motivos ajenos a mis deseos y a mi voluntad, no he podido estar aquí en los últimos tres días.

El pasado miércoles 27 de agosto, cuando como cada mañana llegué a la oficina y entré en la herramienta de administración del blog para comprobar si me habíais dejado algún comentario, Google me había enviado el siguiente mensaje:

Este blog se ha bloqueado debido a una posible infracción de las Condiciones de uso. No podrás publicar nuevas entradas hasta que el blog sea revisado y desbloqueado.

Este blog se suprimirá dentro de 20 días a no ser que solicites una revisión.

Ni te puedes hacer una idea de lo que me entró por el cuerpo ni de lo que me pasó por la cabeza... Imagínate, he estado aquí casi cada tarde dejándoos una pizquita de mí, y después de ocho meses ya son tantas pizquitas, que cuando pensé en la posibilidad de que me quitaran el blog me puse a temblar. Al final todo ha quedado en un susto. Por lo visto, creo que hay por ahí blogs que son gestionados por robots informáticos y son usados para generar spam; y éste, tan romántico y delicado, creían que era uno de esos... Vaya ocurrencia: un robot romántico.

Lo importante es que ahora cuando he vuelto después de haber mirado muchas veces, por fin me lo han desbloqueado.

Mi sugerencia romántica de hoy será breve. Y está inspirada en un buen amigo mío que lo está pasando mal...

Mi amigo es un gran tipo, de esos que parecen casi perfecto, porque no suele meter la pata casi nunca. Y digo casi nunca porque hace poco la metió hasta la ingle... Él nunca dice nada que no haya procesado antes en su cabeza. Y como es rápido de mente, procesa a una velocidad vertiginosa, por eso, suele llamar la atención por decir cosas adecuadas y pareciendo espontáneas a la vez. Pero a veces, no es capaz de controlar la ira cuando se siente atacado en su punto débil: el Amor. Y esas veces le pasa como al pez, que muere por la boca.

Se lo he dicho en muchas ocasiones: “antes de decir o de hacer algo de lo que te puedas arrepentir después, cuenta como mínimo hasta mil ciento diez... porque éste es el tiempo suficiente y necesario para evitar problemas”.

Él está muy enamorado de una mujer, a la cual conoce desde hace poco y a la que respeta y atiende con ternura y elegancia. Sin embargo, hace unos días perdió el talante y la insultó. Ahora ella ha perdido el encanto por él y lo ha dejado.

Mi amigo no contó hasta mil ciento diez. Por eso, déjame que te sugiera una cosa... Cuida siempre un aspecto esencial de tu relación de pareja: el talante.

Tener talante no es ser hipócrita, ni aguantarse nada, ni fingir. Tener talante es usar mano izquierda, es tener habilidad en el trato, es ser cortés, es tener tacto, es saber cuándo se debe hablar y cuándo se debe callar.

Desarrolla tu talento, y más aún tu talante...

Hasta mañana, y ojalá nada ni nadie nos impida reencontrarnos aquí.

Gracias.

martes, 26 de agosto de 2008

Consejo romántico número 232. La mayoría de las mujeres se llaman María…

¿Has visto alguna vez esos pequeños cuadritos de madera en los que se explica el significado de un nombre propio? Y me pregunto yo, ¿realmente una persona es como refleja esa explicación? No, por supuesto que no. Afortunadamente, cada persona es como quiere ser. Y como cada ser humano quiere ser de una manera diferente, podemos concluir con que cada persona es diferente.

Ahora bien, si tú quieres puedes tener un detalle romántico con tu pareja regalándole uno de esos cuadritos pero con la verdadera definición de su nombre, la que tú mismo elijas, porque nadie mejor que tú sabe cómo es persona que amas. Redacta de forma detallada y amorosa cómo es tu pareja, y ponle como título su nombre.

Además, si lo quieres hacer forma más laborada crea un acróstico de su nombre para decirle con palabras bonitas y románticas lo que tu pareja significa para ti. Como sabes, un acróstico es una composición poética en la que las letras iniciales de cada verso, leídas verticalmente, forman una locución (palabra o frase). Y se llama acróstico a la locución formada por esas primeras letras.

Qué bonito resultará ese poema dedicado expresamente a la persona que tú amas. Y luego, si no quieres hacer un cuadro como el comentábamos antes, puedes simplemente enviárselo por correo electrónico o bien por correo ordinario en una carta manuscrita.

Haré una prueba. Y como casi todas las mujeres tienen como nombre o como parte de su nombre a María, haré el ejemplo con ese bonito nombre.

MARIA

M
e encanta tu precioso nombre,
Azucarado y delicioso como tú,
Reflejo de lo que me provocas cuando lo pronuncio,
Impulsiva y misteriosa,
Apasionada y delicada, como sólo tú…

Hasta mañana. Muchas gracias.

lunes, 25 de agosto de 2008

Consejo romántico número 231. ¿A caso te crees que es mágico y nuca se acaba...? Y no hablo del Amor.

Recuerdo que antes de emanciparme yo creía que el rollo de papel higiénico era interminable, porque en casa de mis padres nunca se acababa. Siempre estaba el rollo cargado de suficiente celulosa con un trozo colgando esperando a que tiraras de él.

Cuando me fui de casa y se acabó el primer rollo en mi nuevo cuarto de baño de mi nuevo piso, descubrí que nada era como creía hasta entonces: los rollos de papel higiénico, al igual que las cajas de pastelitos de cabello de ángel, también se acaban y hay que sustituirlos por otro nuevo... Esa lección la aprendí tarde. Aunque nunca es tarde si hay aprendizaje. No obstante, también sé muy bien que hay hombres que no han vivido nunca solos, sino que pasaron de vivir en casa de mamá a vivir en su propia casa con la esposa o con la novia. Es decir, siempre han vivido al lado de una Santa Mujer... Porque parece ser que en el ADN de las mujeres viene determinada la predisposición a renovar el rollo de papel higiénico cada vez que se acaba.

Si eres varón y sigues perseverando con tu pareja (mujer) en la eterna polémica de “quien lo acaba lo recambia”, te recomiendo que leas lo que a continuación sigue porque puede ser un detalle amoroso que tu chica jamás olvidará.

Es muy sencillo; se trata de que cojas un rollo de papel higiénico al que le quede sólo un poco de celulosa (no mucho, como para un uso de tu chica; así no complicas el asunto...); luego lo desenrollas con mucho cuidado y en el canuto de cartón, de forma bien visible, escribes un mensaje amoroso, por ejemplo: “Amor mío, te prometo que a partir de ahora sustituiré el rollo de papel higiénico cada vez que se me acabé. TE AMO, PRINCESA”. Luego, vuelves a enrollar el papel en el cilindro, con más cuidado aún, para que no se note lo que has hecho anteriormente; y por último, coloca nuevamente el rollo en el dispensador. Imagínate la sorpresa que tu pareja se llevará cuando acabe con el poco papel que queda y lea lo que allí pone. Trata de estar cerca para ver su cara y escuchar su suspiro...

Jo, soy un hacha... No me doy un beso en la cara porque no llego, si no... Hasta mañana, y gracias.

domingo, 24 de agosto de 2008

Consejo romántico número 230. Una relación de pareja debe ser siempre para estar mejor...

Hoy no dispongo de mucho tiempo. Sin embargo, trataré de ir al grano de forma efectiva.

Una verdad evidente que no requiere demostración, pues se justifica a sí misma, es que una relación de pareja debe ser siempre para estar mejor que a solas. En una relación de pareja feliz cada uno de los enamorados hace lo que está a su alcance para hacer mejor la vida a su pareja y a sí mismo. Si no, no hay relación amorosa. Habrá otra cosa, pero no una relación de pareja.

Tener pareja no es para competir ni para cambiar a la otra persona ni para descargar las propias neurosis... Tener una pareja es para sumar, nunca para restar... ¿recuerdas lo que decíamos el jueves 26 de junio en el consejo romántico número 177?

Una pareja de amigos míos han discutido hoy de forma leonina porque a ella le tocaba hacer una de las tareas programadas y no se encontraba bien de salud. Así que él se ha enfadado. Lógicamente, él hubiera actuado de forma romántica si se hubiera ofrecido hoy a hacer esa tarea, ya que ella se encontraba mal y estaba cansada. Para él, la relación se ha convertido en un contrato inflexible en el que cada una de las partes contratantes debe cumplir sin excepciones cada una de las cláusulas... Esto, claramente... resta, no suma.

Muchas gracias por estar ahí todavía. Hasta mañana

sábado, 23 de agosto de 2008

Consejo romántico número 229. Mañana debes serlo de forma especial...

Si preguntáramos a la gente que pasa por la calle si en su relación de pareja se cuida el romanticismo, seguramente la mayoría de la gente contestaría con algo parecido a: “hombre, ya no es lo mismo que al principio de la relación…”. Así las cosas, es normal que de forma generalizada exista la creencia de que el romanticismo decae con el paso del tiempo y que el deseo de conquista del principio se acaba disipando con la costumbre que produce estar seguro del Amor de la pareja. Esto no es nada nuevo ni para las lectoras ni para los lectores de este blog. Sin embargo, yo sigo insistiendo, porque de tanto insistir sé que al final me saldré con la mía…

El romanticismo no tiene por qué desaparecer con el tiempo. De hecho no debe desaparecer, sino lo contrario: renovarse y mejorarse. Si no, la relación se convierte en un “estar por estar”, sin más. Y aquí es donde empiezan a surgir la rutina y el aburrimiento, los conflictos absurdos y las discusiones sin fin.

Lo malo es que muchos… y cuando digo muchos, me refiero a muchos de ellos… Pues eso, muchos hasta sienten vergüenza al usar el término “romántico”, y huyen de ser comparados como tal porque piensan que ser romántico es sinónimo de estar desfasado, de ser sensible, blando, poco varonil… Cuando lo que realmente significa es ser suficientemente hábil a la hora de expresar el sentimiento más deseado y ensalzado por todo el mundo: el Amor.

Ojo, no estoy diciendo que la persona que no es romántica no ame. Sólo pretendo recalcar que el romanticismo es el camino más corto para manifestar y demostrar el interés, la admiración, el respeto, la pasión, el Amor… por la persona amada.

Y como ya hemos dicho alguna vez, es un error creer que el romanticismo consiste en regalar cosas materiales. Los regalos materiales están en decadencia… por lo menos en este blog. Hacer un regalo caro no significa Amar más, sino simplemente tener más dinero. Aquí, a lo largo del tiempo, hemos visto que el romanticismo está impregnado en todo lo que rodea a las dos personas enamoradas. Y no debemos permitir que esas pequeñas grandes cosas nos pasen inadvertidas delante de nuestros ojos.

El romanticismo está presente en cualquier cosa: un simple mensaje de Amor; acercarle a tu pareja la toalla cuando va a salir del baño; llevarle un vaso de leche con chocolate a la cama, o sin chocolate; sorprenderla con su plato preferido; acompañarle a aquel sitio que tanto le gusta, o al que tanto le fastidia; llamarla simplemente para decirle que la amas y que la echas de menos, para desearle una buena tarde; arroparle cuando te levantas a hacer un pis o a beber; prepararle y llevarle el desayuno a la cama los domingos; o cualquiera de los pequeños detalles de Amor que hemos visto ya a lo largo de estos ocho meses…

Por tanto, el romanticismo no es cuestión de dinero, ni siquiera de tiempo. No hay excusas para no ponerse ahora mismo manos a la obra para ser romántica o romántico…

Por otra parte, también hay mujeres que piensan que ser atento, dulce y romántico es sólo una misión del hombre. A nadie le amarga un dulce, y a los hombres tampoco… El romanticismo es maravilloso venga de quien venga, hombre o mujer. No es correcto atribuir en exclusiva la función del romanticismo al hombre, puesto que es una maravillosa condición al alcance de todas y todos y valoradas por los dos sexos.

También es un error pensar que la persona romántica no es apasionada. Ser romántica o romántico, cuidar los pequeños detalles y equipar a la relación de dulzura y ternura es totalmente compatible con la pasión y el erotismo. Es más, las personas románticas somos más pasionales y eróticas, y disfrutamos de una sexualidad romántica y apasionada.

Con tantas creencias falsas es lógico que todavía hayan tantas resistencias a mostrar el lado más romántico en la relación de pareja.

Por tanto, mi consejo de hoy es simple: durante el día de mañana saca de forma consciente y de forma constante tu versión más romántica. Y empieza desde ahora mismo... Lo ideal es que lo hagas siempre, pero mi reto es sólo para mañana, y si ves que obtienes un extra de felicidad a cambio, entonces... repítelo cada día.

Hasta mañana, y muchas gracias.

viernes, 22 de agosto de 2008

Consejo romántico número 228. ¿Has copiado alguna vez...?

¿Has copiado en un examen?

Yo lo intenté una vez cuando sólo tenía 14 años y cursaba 2º de BUP. Se acercaba un examen de historia y me había pillado el toro para estudiar para esa prueba, así que un compañero de clase me animó a pillar un atajo... ¡Ufff!, ni te imaginas lo mal que lo pasé aquel día: sudor frío, temblor de rodillas, nauseas... Me prometí no hacerlo nunca más. Por otra parte, no merecía la pena ya que preparar aquella chuleta me ocupó más tiempo del que me hubiera llevado estudiar el libro entero... De cualquier manera, recuerdo que copiar en aquella época era todo un arte, sólo al alcance de los más descarados.

Hoy día las nuevas tecnologías están facilitando que copie en los exámenes incluso con menos riesgo de ser pillados que antaño.

Hoy he descubierto (seguramente pecaré de ingenuo) que existen unos rotuladores de tinta invisible que sirven para pintar en superficies porosas como la piel o el papel y que con la luz natural no se puede apreciar. Sin embargo, si se puede ver perfectamente cuando se ilumina con una luz ultravioleta que incorpora el propio rotulador en el tapón protector. Por lo visto, la han usado desde hace mucho tiempo los zánganos y las zánganas para copiar en los exámenes.

Y se me ha ocurrido que podríamos usar estos rotuladores para menesteres más honestos y románticos. Por ejemplo, dibuja un mensaje amoroso y secreto en alguna parte de tu cuerpo, el cual no se verá a simple vista con la luz común. Luego, juega con tu pareja a conseguir que ella ilumine esa parte de tu anatomía con la luz ultravioleta. Imagínate la sorpresa que se llevará cuando vea y/o lea lo que tú has dibujado y/o escrito...

Es sencillo y chulo, ¿verdad? Pues venga, busca dónde venden esos rotuladores y cómpralo pronto. Merecerá la pena.

Aprovecho la ocasión para recomendar a todas y a todos a que seamos más románticas y románticos, y a que no se copie en los exámenes.

Hasta mañana. Te espero por este sitio. No me falte. Yo no faltaré.

jueves, 21 de agosto de 2008

Consejo romántico número 227. Desafiemos a la Ley de Murphy.

Según la Ley de Murphy, si alguna vez te cruzas con alguna persona conocida y ésta te pide el número de teléfono de tu pareja, no encontrarás ni papel ni lápiz para anotarlo... Pues bien, se me ha ocurrido una manera de desafiar a la casi infalible Ley de Murphy. Se trata de algo tan sencillo como confeccionar unas tarjetas de visita de tu pareja, para entregárselas a vuestros amigos y familiares.

Y como para muestra lo mejor es un botón... te dejo una idea para que tú la mejores y sorprendas románticamente a la persona que amas.

Hasta mañana, y muchas gracias por seguir aquí. Te espero mañana también.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Consejo romántico número 226. ¿Aprobado o suspenso?

No hay nada más rico que disfrutar de un delicioso beso con la persona amada. Mmm... Tanto si ha fumado, como si ha bebido, como si ha comido... qué bien sabe la boca de tu pareja, ¿verdad?

Y no cabe la pregunta tópica de si realmente se sabe besar o no. Besar es una de esas cosas que como por reflejo instintivo, cualquiera sabe hacer cuando enfrente tiene a la persona apropiada. No existen reglas, sólo hay que dejarse llevar por los sentimientos y por el instinto. No obstante, existen algunas premisas a tener en cuenta y que pueden ayudarnos a mejorar nuestra manera de disfrutar y de hacer disfrutar de un sabroso beso, porque besar es un arte mejorable y perfeccionable. Incluso puedes lograr que tu pareja se haga adicta a tus besos...

Esta mañana he recibido un correo electrónico de un chico muy simpático y que cree que no sabe besar. Por eso, me pide consejos al respecto... ¿Y quién soy yo para dar consejos y menos aún sobre cómo besar...?

Me limitaré a cerrar los ojos y a explicar lo que veo dentro de mi mente. Sin pretender hacer un tratado sobre el arte de besar.

El primer contacto en un beso debe ser delicado y tierno. Tus labios deben tocar los labios de tu pareja con dulzura y suavidad. Además, hazlo lentamente y con los ojos cerrados (hay un dicho que reza: “No te fíes de quien no cierre los ojos cuando te bese”). Luego, retírate y abre los ojos para mirarla. Es importante que leas en su cara los efectos que has causados con tu primer beso. Después, acércate de nuevo lentamente y dale otro beso. Éste nos llevará al siguiente paso.

Abre un poco la boca e introduce tu lengua, primero de forma intermitente y lenta, y luego de una forma más larga y profunda. A continuación, mordisquea con suavidad sus labios. Presiona un poco, de manera que el beso se convierta en un leve mordisco.

Explora el interior de su boca con tu lengua. Introdúcela en el pliegue donde el labio superior se une con la encía y acarícialo con dulzura. Haz lo mismo con la parte inferior de su boca. No te olvides de sus dientes; recórrelos también con tu lengua. Puede llegar a ser muy excitante las cosquillas que producen estas caricias.

Trastea también en la cara inferior de la lengua de tu pareja, hasta saborear el gusto extremadamente agradable que tiene el frenillo.

Si quieres llevar hasta el final este tipo de caricias, succiona la lengua de tu pareja dejándola escapar mientras la muerdes de forma constante, hasta que sientas que todo tu cuerpo se ve implicado en la caricia.

No solo se besa con la boca. Mientras besas, puedes cogerle las manos y entrelazar vuestros dedos; puedes acariciar su pelo, su cuerpo...; sujétale su cabeza por la nuca. Todos estos gestos denotan la pasión que sientes.

¿Aprobado o suspenso? Mientras estés besando amorosamente a tu pareja... retírate. Primero aparta tu lengua, luego tus labios y luego retira tu cara, pero sólo unos centímetros de la suya. Haz todo esto muy despacio y de forma suave. Deja que tus labios floten a sólo unos centímetros de sus labios y espera. Si tu pareja acerca su boca a la tuya quiere decir, claramente, que tu beso le ha llegado profundamente y no puede detenerse, no quiere que pares. Este simple truco te dará el veredicto definitivo sobre tu forma de besar y lo que produces en tu pareja.

Te espero otra vez aquí mañana. No me faltes. Gracias.

martes, 19 de agosto de 2008

Consejo romántico número 225. ¿Conoces el miniturismo romántico...?

Cuando pensamos en darle una sorpresa romántica a la pareja, a veces, nos viene a la cabeza el típico viaje. No obstante, la situación económica actual hace que algunas y algunos nos tengamos que apretar un poco el cinturón y tengamos que privarnos de algunos privilegio, como por ejemplo, hacer un viaje romántico para dos. Sin embargo, ¿quién dijo que para hacer un viaje romántico haya que trasladarse a muchos kilómetros, invertir mucho tiempo y disponer de mucho dinero? Conocer la propia ciudad de residencia acompañado de la pareja y desde la óptica de un viajero es una experiencia romántica que vale la pena y está al alcance de cualquier bolsillo.

Se trata de hacer miniturismo romántico. Es muy común escuchar en alguna parejas comentarios tales como: “los domingos no sabemos qué hacer”, “no sabemos a dónde ir” o “no disponemos de suficiente dinero para viajar”. Además, nos sorprenderíamos al averiguar exactamente cuántas personas desconocemos (yo me incluyo) nuestra propia ciudad de residencia, y cuántos turistas llegan a pagar una verdadera fortuna por conocer lo que tenemos al alcance de nuestras propias manos.

Así que, a partir de ahora, debemos decir: “ya tenemos qué hacer para los próximos fines de semana”, “nos divertimos con una alternativa distinta”, y “viajamos, y encima ahorramos dinero”. Y, por si fuera poco, disfrutamos además de la pareja.

Coged algunos folletos turísticos de vuestra localidad y daos cuenta de la cantidad de cosas que todavía desconocéis. O cuántas, a pesar de conocerlas, ya han cambiado suficientemente y han recuperado su atractivo para ser visitadas y disfrutadas nuevamente. Pensad: museos, teatros, barrios históricos, plaza de abasto, paseos por el río, zoológico, tabernas añejas...

Y si queréis experimentar las sensaciones del verdadero viajero, coged vuestra cámara de fotos e inmortalizar los sitios más simbólicos y representativos de vuestra localidad. Y para rematar la faena, nada mejor que alojarse en una pensión céntrica, que os costará poco dinero y os permitirá, además, romper con lo convencional.

Gracias y hasta mañana.

lunes, 18 de agosto de 2008

Consejo romántico número 224. ¡Piii piii piii piii! ¡Maldita sea!

Son las 6 de la mañana, o las 7, o las 8... qué más da. Lo cierto es que como la mayor parte de los seres humanos tenemos que levantarnos para cumplir con nuestras obligaciones diarias. Sin embargo, nuestro reloj biológico no es suficiente para arrancarnos de la cama. Tenemos que usar el miserable despertador.

Cada noche, no nos acordamos del esfuerzo que tendremos que hacer en la mañana siguiente para levantarnos; por eso, a veces solemos excedernos a la hora de irnos a la cama...

El despertador suena… ¡Piii piii piii piii!

¡Maldita sea! No obstante, qué haríamos sin el dichoso despertador.

¿Y qué podemos hacer para que no sea tan fastidioso el hecho de madrugar? Se me ocurre que una forma de darle cada mañana la bienvenida al amanecer sería grabar en el móvil la voz de la pareja llamándolos amorosamente; luego, podemos configurar el teléfono para que el sonido de la alarma sea esta grabación. Por ejemplo: “Buenos días, mi Amor, ha llegado la hora de levantarse... Venga cariño, no seas perezosa (perezoso)... Jo, no te hagas la remolona (el remolón)... Venga cielo, levanta ese culete de la cama... Si te levantas ahora mismo te doy un besito de buenos días... Venga, por favor, no seas mala (malo)...”. Imagínate una locución como ésta dicha con tono dulce y meloso...

¡Guau! Quién se resiste a levantarse con ganas de comerse el mundo... Además de ser efectivo, es muy romántico, ¿verdad?

Lógicamente, conviene que de vez en cuando se cambie el enunciado de la grabación, para evitar que ese sonido nos pase inadvertido de tanto oírlo cada mañana.

Te espero aquí mañana. No me faltes. Gracias.

domingo, 17 de agosto de 2008

Consejo romántico número 223. Hay que llegar a tiempo para salvarlo...

Cuando las relaciones sexuales se vuelven rutinarias, ¿significa que el Amor ya se ha acabado?

El sexo es uno de los ingredientes necesarios para que una relación de pareja sea “perfecta”, o por lo menos perfectible, puesto que no sólo es una fuente de placer, sino también una fuente de salud, una manera de acercarse emocionalmente a la persona amada y una forma de comunicarse en pareja.

Las relaciones sexuales, que al inicio suelen ser explosivas y asombrosas, pueden caer en la rutina si no se vigilan y se cuidan de forma adecuada. Pero el hecho de que el sexo se haga predecible y monótono no significa que necesariamente el Amor se esté acabando o que la relación ya no funcione (siempre que lleguemos a tiempo), sino que ha llegado el momento oportuno de analizar lo que está pasando y aplicar las soluciones adecuadas, para prevenir que pueda acabar mermando al Amor.

El paso del tiempo puede producir deterioros en la relación de pareja si los amantes se vuelven demasiado familiares, tan cercanos en lo cotidiano y tan distantes en la intimidad sexual. Es paradójico, pero el paso del tiempo debería mejorar las relaciones sexuales, ya que los amantes se conocen mejor y reconocen mutuamente qué es lo que la otra persona desea y siente... Sin embargo, con el paso del tiempo, a veces dejan de brotar las sorpresas, todo se hace predecible, los mismos besos, las mismas caricias, los mismos sitios…

El estrés y las preocupaciones son dos factores que juegan en contra del deseo sexual. Otra paradoja de las relaciones sexuales es que el estrés y las preocupaciones sean un veneno para el sexo, cuando realmente, el sexo es el gran antídoto para el estrés y las preocupaciones, puesto que al hacer el amor se generan sustancias como las endorfinas que relajan y levantan el buen humor.

Hablar sobre los propios sentimientos es muy importante para la relación de pareja en general, y para las relaciones sexuales en particular. Cuando la comunicación emocional se deteriora influye negativamente en el deseo sexual. Los conflictos, los rencores y los disgustos no expresados a tiempo influirán en los asuntos de la alcoba. Y tanto si los amantes son conscientes de ello, como si no, al final los acabarán usando a modo de venganza contra la pareja. Repito, de forma consciente o inconsciente.

Bueno, estos son las causas de que las relaciones sexuales se puedan ver afectadas negativamente. Pero... ¿qué podemos hacer para remediarlo o para solucionarlo?

- Buscar nuevos sitios para hacer el amor. Cambiar de lugares ofrece nuevas sensaciones y nuevas emociones. Y no sólo me refiero a cambiar de sitios dentro de la casa, sino a cambiar también de entorno.

- Dedicarle más tiempo. ¿Cuánto...? Eso depende de vosotros, pero al menos, bastante más del que ahora le dedicáis. Nunca es tiempo suficiente el que se le dedica a entregarse al placer de acariciar y reexplorar el cuerpo de la pareja.

- Fantasear y compartir las fantasías. Procurad convertirlas en realidad. Sólo depende de vosotros dos.

- Practicar nuevas posturas y divertirse con los experimentos.

- Volvamos a lo básico: darse un masaje con aceites, leer poesía erótica o tomar juntos un baño caliente (antes, durante y después).

- Los besos son una fuente de placer todavía por descubrir, antes del coito no hay nada mejor que una buena y larga sesión de besos. No hay que limitarse sólo a la boca. Todo el cuerpo es perfecto para besar y, además, besar cada parte del mismo produce todo un catálogo de sensaciones diferentes.

- Desconectarse del mundo exterior. Fuera tele, móviles, preocupaciones... Hay que gozar del placer que los dos os merecéis sin cortapisas.

Hasta mañana. No me faltes... pasaré lista. Gracias.

sábado, 16 de agosto de 2008

Consejo romántico número 222. Clavelitos, clavelitos, clavelitos de mi corazón...

Todo estaba perfectamente ideado y calculado. Las agujas del reloj estaban a punto de llegar de forma simultanea al lugar acordado: la pequeña a las diez y la grande a las doce. Una pareja de novios paseaba por el centro de la ciudad, acompañada por unos familiares y amigos. Los enamorados cruzaban sus miradas, cogidos de la mano.

De pronto, la aparente calma de la plaza por la que caminaban se interrumpió. Comenzaron a sonar unos instrumentos de cuerda. Y frente a la estatua que presidía el parque de la plaza se podía apreciar a una pequeña comitiva de unos diez cantantes que empezaron a amenizar la noche. Todos se quedaron paralizados delante de la plaza.

"Aún no es el momento", dijo uno de los músicos. Así que volvieron sobre sus propios pasos ocultándose tras los arbustos que había delante de la estatua. Seguidamente, desde la espalda del grupo de amigos, aparecieron una veintena de tunos cantando sus románticas serenatas.

Había llegado por fin el momento clave. Lentamente se fueron acercando a la pareja. Ella, boquiabierta y con los ojos como platos. Él, con una expresión de lo más pícara y a la vez tierna, abrazó dulcemente a su chica. Ella arqueó las cejas como preguntándose qué era todo aquello que estaba pasando, pero pronto sonrió dándose cuenta de que ése sería el momento más especial y bonito de toda su vida.

Una treintena de tunos en total comenzó a rodearlos en círculo cantando “Clavelitos”, ante la sorpresa de las personas que curioseaban por el lugar. El rostro de la chica era digno de ver. Te emocionabas sólo con mirar su cara y la preciosa sonrisa que mostraba mientras escuchaba y observaba a los tunos que le brindaban esta clásica canción.

Tras la primera serenata, algunos tunos colocaron sus capas sobre el suelo de la plaza formando un círculo alrededor de la pareja de enamorados. Mientras estos bailaban al son de la música, no dejaban de besarse ni de abrazarse.

La chica no pudo contener sus lágrimas y empezó a llorar al poco de comenzar la segunda canción. Además, la fecha que el novio había elegido para la pedida de mano fue muy especial. Decidió declararle su Amor justo el día en que se cumplía dos años desde que se conocieron, allí en esa misma plaza.

Al final de la actuación de los tunos, los familiares y los amigos de la emocionada pareja de enamorados se acercaron a ellos dos para felicitarlos. Seguidamente, y en un ambiente muy íntimo, uno de los amigos llegó con varias botellas de cava para brindar por la gran noticia de la próxima boda.

En fin, toda una original declaración de amor, que quedará grabada para siempre en el corazón de la joven prometida, que se llama Mayte. Él se llama Miguel.

Hasta mañana. Muchas gracias.

viernes, 15 de agosto de 2008

Consejo romántico número 221. ¿En quién te puedes apoyar mejor que en tu pareja...?

Cuando te sientas muy estresada o estresado por el trabajo, por tu economía personal o familiar o por lo que sea... y notes que tu pareja está siendo la que más sufre tu indeseable estado de ánimo y tus reacciones..., párate, respira hondo y date cuenta de que nada va a cambiar para bien porque dejes de ser dulce, complaciente y agradable con tu pareja.

Una persona muy cercana a mí y a la cual conozco muy bien, ayer mismo, por fin se dio cuenta de todo esto. Estaba muy agobiado, porque la llamada crisis económica actual está afectando negativamente a su negocio y, por ende, a su situación económica personal. Esta persona, últimamente, está trabajando más horas que nunca pero de forma más desesperada y menos eficiente que nunca; por eso, los resultados no llegan como se merece. Se queja de que ahora gana mucho menos dinero y no puede “mimar materialmente” a su chica como le gustaría. Pero, además, y para colmo de males, se está olvidando de ser dulce y romántico con ella.

Ayer, por fin se dio cuenta y decidió algo muy sencillo que le ha venido muy bien tanto a su relación de pareja como a su propio estado de ánimo. Se trata simplemente de que le prometió a su novia que iría a trabajar hasta las 14,00h, luego desconectaría por completo del trabajo y le dedicaría toda la tarde a ella. Así lo hizo, y esta mañana me consta que tanto ella como él estaban más felices, y encima él tiene las pilas cargadas para empezar el próximo lunes con muchas ganas de trabajar más eficazmente que hasta ahora.

No lo pagues con ella ni con él. Al contrario, apóyate en ella o en él. ¿En quién si no...?

Hasta mañana. Muchas gracias por seguir en este romántico, pero humilde sitio...

jueves, 14 de agosto de 2008

Consejo romántico número 220. No dejéis de hacerlo este verano...

Ya estamos entrando en la recta final del verano, pero todavía nos queda tiempo suficiente para hacer todo lo que nos habíamos propuesto antes de la época estival. Hoy me voy a permitir el lujo de sugerirte algo que podrías hacer durante este verano, si es que todavía no lo has hecho.

Organiza una cenita romántica en algún restaurante de la playa. Luego, invita a tu pareja a tomar una copa en algún local. A continuación, proponle caminar por el paseo marítimo. Sutilmente, ve entrando en la playa; bríndate a quitarle su calzado dulcemente y andad descalzos por la arena. De forma cautelosa, ve acercándote cada ves más al mar y permite que el agua moje vuestros pies. Y ahora, párate, abrázala, bésala, acaríciala y desnúdala suavemente hasta dejarla en ropa interior (o sin ella...); luego, desnúdate tú y meteros juntos en el agua para daros un apasionado baño romántico en la noche.

Advertid como el agua se confabula con la luna para que mutuamente sintáis vuestros cuerpos como jamás los habéis notado. En situaciones como ésta, los besos, los abrazos y las caricias son más exclusivos que nunca. El final, lógicamente, lo dejo para que vosotros mismos lo decidáis. No obstante, os recomiendo que os bañéis por la noche en la playa.

Ésta es una de esas cosas que sólo se puede hacer con alguien muy especial, así que no lo demoréis más. De este verano no debe pasar. Todas las personas que lo han probado quedaron encantadas...

Hasta mañana, que volveré con otra sugerencia amorosa.

Buenas noches y gracias.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Consejo romántico número 219. Cuidado con las decisiones que tomas...

La diferencia que existe entre los resultados obtenidos por dos personas diferentes ante una misma situación, se debe a aquello que hizo de manera distinta una persona con respecto a lo que hizo la otra. Es decir, acciones diferentes producen resultados diferentes. Por eso, si haces lo que has hecho siempre, obtendrás siempre lo que has obtenido hasta ahora. Si lo que estás haciendo no te funciona, está claro, lo mejor es que hagas otra cosa diferente. ¿Qué cosa...? No sé, pero diferente.

De manera que, si quieres mejorar tu relación amorosa debes hacerte cargo del control de todas tus acciones en la pareja, no sólo de vez en cuando, sino de lo que hagas siempre.

Pero... ¿qué es lo que precede a nuestras acciones? ¿Quién es la madre de una acción? La respuesta es la decisión. Todo aquello que hacemos viene precedido por una decisión. Son nuestras propias decisiones, y no las circunstancias de nuestra vida, las que configuran nuestro destino. O sea, las decisiones que estás tomando ahora mismo, no sólo configurará tu vida de hoy, sino también aquello que será tu vida en los próximos años.

Cuando contemplas retrospectivamente los últimos años de tu vida, ¿no te da la impresión de que alguna decisión que hubieras tomado distinta a la que tomaste en su momento hubiera cambiado tu vida por completo, tanto para bien como para mal?

Decía José Ortega y Gasset que: “Yo soy yo y mis circunstancias”. Pienso que esta frase célebre está incompleta. Yo la remataría diciendo: “Yo soy yo, mis circunstancias y las decisiones que tomo”.

Si no tomas la decisión de ser quien quieres ser, vivir como quieres vivir y tener la relación de pareja que quieres tener, entonces, ya has tomado una decisión: la de déjate dirigir por las circunstancias en vez de crear tu propio futuro.

Estar interesado en una cosa no es lo mismo que estar comprometido con ella. Cuando alguien dice: “Me gustaría que mi relación de pareja marchara mejor”, o “Me gustaría ser más feliz en casa”, con esta clase de afirmaciones no indican que se hayan comprometido, sólo denotan una preferencia, o sea, será lo mismo que decir: “Me gustaría que esto ocurriera pero si no tuviera que hacer nada para que sucediera”. El que dice esto, lógicamente, ni siquiera tiene la fe para emprender ninguna acción. Y es que estar comprometido es mucho más que verse implicado.

La mayoría de la gente está implicada más que comprometida. Y esta es la razón por la que no consiguen lo que quieren. En este instante, podemos tomar una decisión, la que sea. Y si realmente decidimos hacerlo, es decir, si nos comprometemos en hacerlo, podremos conseguirla. De manera que, si no nos gusta algún aspecto de nuestra relación de pareja, debemos tomar ahora mismo la decisión de cambiarlo. Igual que si no nos gusta nuestro trabajo, debemos buscar otro. Y si deseamos estar mejor físicamente, debemos empezar desde ahora.

Cualquier decisión que tomemos y con la que nos comprometamos, cambiará nuestras vidas. Ten en cuenta que la historia se ha configurado por las decisiones y el compromiso de algunas cuantas personas.

Hasta mañana, que volveré con otra sugerencia romántica. ¡Ah!, te recuerdo que estoy centrado en los fines de semana para singles. Así que coméntalo con las personas de tu entorno que no tengan pareja. Pronto os daré muchos más detalles, aunque ya os puedo adelantar que el primero se desarrollará a principios de septiembre.

Gracias.

martes, 12 de agosto de 2008

Consejo romántico número 218. Agarrad fuertemente el timón...

Ayer decíamos que existe una diversidad tan amplia de personas que no permite definir estrategias que siempre funcionen para cada relación de pareja. Pero también decíamos que, sin embargo, si existen una serie de reglas que se cumplen en las parejas que son felices y que tienen la potencialidad de durar toda la vida.

Pues bien, una de esas reglas es: practicar la comunicación eficaz. Ya sé que me he referido varias veces a la comunicación en la pareja, pero... claro, es que este blog trata sobre cómo mejorar la relación de pareja, y sabemos que la comunicación es una de esas asignaturas pendientes en un gran número de parejas. Además, es una de esas asignaturas troncales de esas que hasta que no se aprueban no se puede pasar de curso...

La relación de pareja es como una especie de barco, que debe navegar con un rumbo firme y definido. Ese rumbo debe estar fijado por los dos capitanes. ¿Y sabes cuál es el timón del barco? Efectivamente, la comunicación.

Podemos diferenciar varias formas o tipos de comunicación y que resultan especialmente relevantes. Estos tipos son: la comunicación emocional, la comunicación empática y la que podríamos llamar comunicación estratégica.La comunicación emocional es enormemente significativa porque nos conecta emocionalmente con nuestra pareja. Se basa en algo tan fácil (o tan difícil) como es abrir nuestro “cajón de sastre emotivo”, compartiendo nuestros sentimientos, nuestras aspiraciones y nuestros deseos. Las chicas, a diferencia de los varones y salvando los tópicos, son más proclives a desarrollar este tipo de comunicación. Podemos observar que cuando dos amigas hablan, rara vez se centran en cómo solucionar un problema concreto, sino que más bien hablan sobre cómo se sienten ante ese determinado problema. Buscan descargar sus emociones y sus sentimientos, y ser escuchadas. En cambio, el varón tiende a buscar soluciones prácticas concretas a los problemas. El hombre es un poco inhábil a la hora de comunicarse emocionalmente.

Es necesario hacer, regularmente, esta clase de “desnudo” emotivo con nuestra pareja y comprobaremos cómo se produce una conexión profunda con ella que mejora grandemente la relación.

Íntimamente ligada a la comunicación emotiva está la imprescindible comunicación empática, que entraña la voluntad de ponernos en el lugar de la otra persona. De esta forma, comprenderemos mejor su punto de vista. ¡Pero ojo!, ponerse en los zapatos de la otra persona no significa juzgar cómo nos sentiríamos en su misma situación. Esto es un craso error, ya que nuestra pareja no somos nosotros. Tu pareja es tímida y tú eres una persona extrovertida (o al revés); tu pareja es insegura y tú autosuficiente (o al contrario)...

El tercero de los tipos de comunicación que hemos nombrado es la estratégica. Al igual que en el mundo de los negocios, la pareja debe comportarse en muchos casos como una empresa, es decir, debe tener un plan de futuro a corto y a medio plazo y, por supuesto, hay que hablarlo y negociarlo, tanto desde el punto de vista meramente material (salir a cenar, hacer la compra, ir o no al cine, comprar otra casa) como del emocional (consolidar la relación, casarse, tener hijos...). En este punto podemos añadir que el liderazgo de esa empresa (de la relación) y la iniciativa en esas reuniones NO debe llevarlas siempre la misma persona. Hay que hablarlo todo, negociarlo todo, sin imposiciones, pero cualquiera de los dos es bueno para tomar la iniciativa de comenzar una sesión de comunicación...

Te espero aquí mañana.

Por cierto, el pasado viernes 8 de agosto, en el consejo romántico número 214, os dije que estoy desarrollando una idea para las personas románticas que no tienen pareja y desean conocer gente nueva. Me está quedando muy bien, y son tantas las actividades sobre las que estamos trabajando, que necesitaremos un fin de semana completo.

Si deseas que te mantenga personalmente informada o informado, o quieres aportar alguna idea, no dejes de hacerlo usando el formulario que hay en la columna de la derecha.
Hasta mañana. Gracias.

lunes, 11 de agosto de 2008

Consejo romántico número 217. No siempre hay que pensar en lo único...

En esto de las relaciones de pareja, como en todo lo que concierne al ser humano, no existen ni fórmulas magistrales ni recetas mágicas que siempre funcionen. Es tan grande la complejidad del ser humano y tanta la diversidad de personas que hay en este planeta que pensar en recetas o fórmulas infalibles para explicar el éxito en las relaciones amorosas sería cuando menos muy atrevido, por no decir temerario. Pese a todo, también es cierto que existen determinadas pautas que se repiten con cierta frecuencia en esas parejas felices que pueden durar toda la vida, si ellos mismos no lo remedian...

Y una de ellas es, sin duda, hacer el Amor cada día.

Me imagino que muchos estarán gritando y dando saltos de alegría, otros habrán ido a pedirle explicaciones a la pareja y otros han ido en busca del desodorante... Pues no, no me refiero a “lo único”. Me refiero a algo más importante aún si cabe. Hay parejas que parecen que están hechas sólo para los grandes momentos de lujuria y de pasión. Son felices cuando se van de viaje al extranjero, cuando salen a disfrutar de una cena romántica, cuando llegan las fechas señaladas y se hacen regalos suculentos… Lo malo es que muchas de esas parejas no soportan la cotidianeidad del día a día; no soportan verse cada día las mismas caras; no aguantan ir a hacer la compra juntos, o hacer las tareas de la casa. Prefieren pasar dos horas viendo la tele en el sofá o como ahora suele ser habitual: jugando a la play. Esas parejas no saben apreciar en cada momento del día la ocasión para hacer el Amor, para vivir el Amor, para disfrutar con alegría de compartir su vida con la persona que un día eligieron libremente. No saben apreciar lo enormemente grato que es compartir esos pequeños actos mundanos y aparentemente insignificantes con la persona más importante del mundo. Hay que saber Amar en silencio, e incluso saber “aburrirse” juntos… Esto es lo difícil. Lo fácil es hacer el Amor...

¿Has escuchado alguna vez la expresión: “eso es más fácil que hacer un bebé”? Hacer el Amor (sexo) eso es muy fácil. Pero lo otro es lo verdaderamente importante. Y de nosotros mismos depende que sea incluso sencillo.

Hasta mañana y gracias.

domingo, 10 de agosto de 2008

Consejo romántico número 216. ¿Y ahora qué hago... (o qué digo)?

Hay determinadas ocasiones en las que una persona debería saber qué hacer y qué decir. Situaciones en las que resulta un gran dilema decidir cómo reaccionar. Sin embargo, en muchas otras ocasiones el dilema se genera dentro la propia persona, cuando se plantea la dichosa pregunta: “¿Y ahora qué hago... (o qué digo)?”. Claro, está buscando una respuesta en su cabeza. Cuando te encuentres en una de estas situaciones críticas, no te hagas esa pregunta. Y si te la haces, busca la respuesta donde realmente está, en tu corazón. Simplemente déjate llevar por tu corazón para que él te lleve hacia la solución de tu dilema...

Déjame ilustrarles con un caso real una de esas situaciones a las que me refiero...:

Un amigo mío, lleva unos días enfadado con la mujer que tanto ama. Y hace unos cinco días que ninguno de los dos sabe nada del otro. Los dos están esperando a ver quién da el primer paso. Ambos piensan que su pareja (o en este caso ex pareja, porque lo han dejado) no le ama realmente, porque no da señales de vida, porque puede pasar tan ricamente sin el otro. Sin embargo, cada uno de ellos está teniendo el comportamiento que tanto critica del otro.

¿Se aman y son orgullosos, o no se aman realmente y por eso pueden estar sin la otra persona? No conozco la respuesta a esta pregunta. Sin embargo, de conocerla lo antes posible se trata la cuestión.

¿Es en este momento adecuado usar la cabeza (el orgullo) o es mejor dejarse llevar por los sentimientos de Amor? Sin duda, la respuesta a esta otra pregunta si la conozco y es clara: tanto si se aman como si no, la manera de averiguarlo es dando el paso del acercamiento hacia el otro. ¿Quién debe darlo? No importa quién de los dos lo haga. Por supuesto, el que mueva la primera ficha ni está sucumbiendo ni cediendo ni claudicando ni se está humillando... El Amor está por encima de todo eso.

Ojo, también hay excepciones. Hay casos en los que la ruptura fue motivada por el comportamiento de uno de los dos, y en esos casos, quizá (repito, quizá) si está un poco más claro quién deba dar el primer paso hacia delante. Pero en todo caso, cualquiera de los dos debería hacerlo... ¡YA!, sin más demora, en pro de esa bonita historia de Amor que ambos estaban narrando...

Y si la relación se debe romper en firme, también es conveniente que se haga lo antes posible, para que ninguno de los dos esté esperando esperanzada o esperanzado en otra oportunidad que a lo peor no va a llegar.

Hasta mañana, que volveré con alguna otra cosa sobre el Amor y el Romanticismo.

Gracias, y te recuerdo que voy a empezar a trabajar para ayudar a los “singles” a encontrar pareja. Te ruego que leas el consejo romántico número 214 del viernes 8 de agosto.

sábado, 9 de agosto de 2008

Consejo romántico número 215. Para los que no somos excesivamente guapas ni sobradamente guapos...

Ayer os comenté que me voy a centrar también en los singles porque entre las lectoras y los lectores de este blog también hay mucha gente que no tiene pareja. Pues bien, hoy quiero hablar un poco sobre cómo halagar y piropear a la pareja o a una persona a la que queremos conquistar.

Durante la etapa de la conquista, las palabras son una potente arma de seducción, que nada tiene que envidiar ni al mejor ni al más caro de los perfumes. Qué otra explicación puede tener que los que no somos guapos hayamos podido conseguir alguna vez embelesar a alguien que nos interesaba. Pues claro... con nuestra dialéctica (que no es lo mismo que verborrea...). ¿Con qué si no...?

No hay hombre ni mujer encima de la Tierra que se resista ante un piropo, ante un cumplido o un halago. Por supuesto, cuando éstos son sinceros y salen del corazón de la persona que los regala.

Algunas personas son más difíciles de cautivar o deslumbrar, pero al final, todas y todos, acabamos siendo acorralados por los elogios y los agasajos.

No obstante, es conveniente diferenciar en este punto a los piropos propiamente dichos de los halagos improvisados en cada momento y para cada persona. Un piropo tiene mucho que ver con la rima de las palabras, con las comparaciones y con las exageraciones sobre la belleza de una persona. Son poco espontáneos, ya que no son improvisados, sino que ya fueron creados antes por alguien. Ni que decir tiene que, a veces, pueden resultar incluso ofensivos y significar al machismo o la dominación simbólica del hombre frente a la mujer. A veces, incluso pueden entenderse como acoso sexual. Pese a todo, los piropos también pueden llegar a ser tan agudos y tan originales que podrían llegar a considerarse como un subgénero popular, como lo son los refranes, las sentencias, las máximas o los aforismos.

Por tanto, la finalidad de un piropo es halagar a una persona, pero hay muchas a las que no les gusta que se les diga frases tan trilladas y tan comunes. Por eso, la mejor manera de acertar es creando los propios halagos usando la creatividad y la habilidad de la que venimos provistas y provistos de serie.

Permíteme que te exponga algunas premisas a tener en cuenta para construir tus propias frases halagadoras, para tu pareja, o para la persona a la que quieres seducir y cautivar:

- piensa en algo que no se lo dirías a nadie más que a esa persona tan especial como es tu pareja, o tu deseada y futurible pareja;

- no exageres con tus halagos. Lo que no suene o resulte sincero y parezca exagerado producirá el efecto contrario al que deseas;

- si todavía no es tu pareja, no hagas excesivos halagos sobre su ropa, accesorios u otras pertenencias, como su coche, su casa, su trabajo... Eso podría demostrar que tienes más interés en su economía que en la propia persona en sí. No sólo debes ser buena o bueno, sino más importante aún: debes parecerlo;

- no la compares con actrices ni actores ni cantantes ni personas famosas o populares; puede que la persona con quien la compares tenga un defecto que ella o él aborrezca;

- no abuses de los halagos, a veces, hacerlo muy seguido puede resultar cansino, poco sincero y estropear la interesante conversación que estéis manteniendo. No obstante, aprovecha las oportunidades que la otra persona te brindará continuamente. Por ejemplo, si te pregunta: “¿Has visto que noche más agradable hace?”; tú puedes contestarle con creatividad y picardía: “Pues... no me había dado cuenta, porque cuando miro tus ojos, todo me pasa inadvertido”.

- fíjate en sus ojos, en sus labios y en sus cabellos. Normalmente, está acostumbrada o acostumbrado a que los demás siempre se fijen en su culo y en otras partes nobles...

- y si es vuestra primera cita y ella es chica, no halagues demasiado las partes de su cuerpo que están debajo de su cuello, porque podrías dar la impresión de que sólo quieres una cosa de ella...;

- puedes usar a otras personas para que te ayuden con los halagos. Siempre da buen resultado. Por ejemplo, dile al camarero: “Lo siento, pero todavía no he mirado la carta, porque me distraigo mirándola... ¿A que es la mujer más bonita que ha estado en este restaurante?”.

En fin, lo importante es, como ya he dicho en otras ocasiones, que seas única o único y diferente, en todo. Si eres igual a lo que ya conoce, ¿por qué y para qué te iba a elegir a ti?

Buenas noches, y gracias por tu visita. Mañana volveré con alguna otra sugerencia romántica.

viernes, 8 de agosto de 2008

Consejo romántico número 214. ¿Te acuerdas de los “sigles”...?

Los que tenemos más de 30 años (aunque yo tengo pocos más...), hemos oído muchas veces el término “single”. Un single (en español, sencillo) era un disco de corta duración con una o dos grabaciones en cada cara. En los antiguos discos de vinilo venían en formato de siete pulgadas (7"). Ahora también se publican singles en CD. Generalmente, los singles se editan con fines promocionales, para dar a conocer un álbum o un artista y promover así la venta del disco completo.

Sin embargo, en la actualidad, cuando oímos el vocablo “single”, nos viene a la cabeza una persona sin pareja.

Este blog parece enfocado a las parejas. Sin embargo, qué pasa con las personas románticas que no tienen pareja con quién desarrollar ese romanticismo.

También están las personas que son singles y no quieren cambiar su estado. Es habitual escuchar de las personas singles, sobre todo si son chicas, que cuando salen por la noche lo hacen sólo para divertirse con sus amigas y amigos, y para bailar un poco. Es decir, no buscan ligar ni nada de eso. Es raro que alguien admita que sale para conocer gente nueva y para relacionarse con otras personas.

Por otro lado, está la gente que se cree incapaz de iniciar una conversación con alguna persona desconocida. Y claro está, si te sientes incapaz de algo, al final te auto-boicotearás para salirte con la tuya... Para entablar una conversación con alguien a quién no conoces, sólo es necesario estar en el momento oportuno y en el sitio adecuado.

Y precisamente hoy lo he decidido: voy a crear momentos oportunos y sitios adecuados para las personas sin pareja.

Aunque esta idea me rondaba la cabeza desde hace tiempo, exactamente desde que comencé a escribir en este blog, también he de reconocer que han sido varias las personas que me han sugerido desde entonces que, además de los Fines de Semana Románticos para parejas, organice alguna actividad para las personas que, aunque siendo románticas, son singles.

Y durante todo este tiempo no he dejado de tenerlo en cuenta. Sin embargo, otras obligaciones no me han permitido dedicarle ni un solo minuto a esta bonita idea. Pero hoy he recibido otro correo electrónico de una encantadora lectora que me lo ha sugerido también. Así que... ya no espero más. Ahora mismo me pongo manos a la obra: en breve organizaré algo para singles.

Ya tengo algunas ideas en la cabeza sobre qué haremos en esos eventos. Será divertido, muy divertido. Y también gratificante. Lo será tanto como los Fines de Semana Románticos. Créeme.

Es muy común escuchar que el Amor no se debe buscar, sino que simplemente hay que estar receptivas (o receptivos) y preparadas (o preparados) para cuando aparezca. De esta manera, es muy probable que la mujer o el hombre de tus sueños asome en cualquier momento, y no se te escape la oportunidad de “cazarla” o “cazarlo”. Sin embargo, ¿no te seduce la idea de darle un “empujoncito” al destino...?

El travieso de Cupido siempre está al acecho, así que... quién sabe, a lo mejor tú también te encuentras entre sus blancos para ese día en el que organicemos nuestra jornada single. Bueno, ya me he adelantado: los eventos para singles no se desarrollarán durante un fin de semana, sino sólo durante una jornada completa. De cualquier manera, te mantendré informada o informado. Así que, si tienes pareja, enhorabuena, pero de todos modos ve informando a las (y a los) singles de tu entorno sobre este asunto.

Gracias, y hasta mañana.

Consejo romántico número 213. Marchando otra de comunicación...

Parece que los duendecillos anti-románticos están conspirando contra mí. Y lo malo no es eso. Lo mano es que lo están consiguiendo. Me he puesto a las 23,30h delante de mi ordenador para escribir la sugerencia romántica de esta noche, y no me podía conectar a Internet. He hecho todo lo que estaba en mi mano, pero me ha resultado imposible entrar en la red. De hecho, una vez que me rendí, llamé al servicio técnico de mi proveedor de Internet, y cual sería mi sorpresa cuando me informaron de que desde las 21,30h de ayer jueves ha habido una incidencia masiva en toda la provincia de Cádiz. Por tanto, todas aquellas personas que vivan en Cádiz y que sean clientes del mismo proveedor que yo, sabrán de qué les hablo. No obstante, una vez más, y aunque no haya sido culpa mía, os ruego perdón; y lo hago con la tranquilidad de saber que me lo dispensaréis. Y creedme: no soy sospechoso de faltar a mi palabra, salvo cuando causas mayores me lo impiden.

Y volviendo a lo que nos incumbe... Sin duda, uno de los elementos más importantes de la relación de pareja feliz es la comunicación. Pero comunicarse no es sólo hablar. Hay quien se pasa todo el tiempo charlando con su pareja; sin embargo, no la hace partícipe de todo lo que le pasa realmente, de sus sentimientos, de sus sueños, de sus ilusiones, de sus dichas, de sus problemas... Por tanto, charla mucho, pero... charla de qué, cómo, cuándo...

Comunicarse en pareja no significa que ambas personas deban pasarse todo el tiempo hablando; a veces, los silencios pueden ser iguales de comunicativos o más.

Por otra parte, si se desea establecer una comunicación eficaz con la pareja se necesita una gran dosis de humildad: hay que admitir los propios errores cuando se cometan; hay que pedir perdón cuando sea necesario; hay que ser consciente de que no somos infalibles y de que existe la posibilidad de equivocarse, por tanto, hay que admitirlo cuando la pareja tiene razón, o cuando por lo menos, sabemos que no la tenemos nosotros...

También es bueno para la comunicación en pareja no guardarse para sí ningún conflicto no solucionado. Cuando algún comportamiento de la pareja nos haya molestado debemos pararnos por un momento a pensar qué es exactamente lo que nos ha incomodado. Y sólo cuando tengamos las ideas muy claras debemos explicárselo sin tapujos, aunque de forma cordial y amorosa. Si en vez de esto, nos lo reservamos, acabaremos con una larga lista de agravios y rencores no resueltos y acumulados.

Cada persona tiene su propia forma de ver la vida y las cosas. Esa es una de las grandezas del ser humano: la unicidad de criterios, de pensamientos y de opiniones. Y es lícito y legítimo que nuestra pareja entienda las cosas a su propia manera, lo cual no significa que no nos ame, porque no las entienda como nosotros. Compartir los diferentes puntos de vista y “negociarlos” (nunca discutiendo) es la mejor manera de que ambos lleguen a un acuerdo satisfactorio para los dos.

Si pase lo que pase, siempre acabamos pensando en lo equivocada que está nuestra pareja, en lo injusta que es o en lo mucho que nos fastidia su punto de vista, debemos pararnos y reflexionar en el hecho de que lo que sucede realmente es que hay alguna diferencia entre nosotros que debemos trabajar para resolverla.

Comunicación es en gran medida saber escuchar a la pareja, tratando de comprender su punto de vista, aunque no lo compartamos. Si por el contrario, nos empeñamos en contradecirle y replicarle, o en obligarle a que adopte nuestra postura, sólo conseguiremos alejarnos de ella. Para escuchar de forma eficaz y amorosa hay que mostrar un interés y respeto genuino y sincero por sus opiniones. De esta manera, tendremos más posibilidades de que nos escuche a nosotros y de que nuestros puntos de vista se aproximen en vez de alejarse. Por eso, la mejor actitud a la hora de comunicarse con la persona amada es la de “primero yo escucho tu opinión y tu punto de vista, con el objetivo de entenderlo, y luego yo te daré el mío".

Otra cosa eficacísima para la comunicación en la relación amorosa es hacer preguntas. Haz tantas pregunta como consideres necesarias hasta que consigas comprender correctamente su punto de vista. Ponte en su lugar y averigua lo que siente. Asegúrate de que le has entendido, exponiendo a continuación con tus propias palabras lo que crees que quiere decir. Esto se consigue con la frase mágica: “Amor, a ver si te he entendido bien... Creo que lo que quieres decir es que...”. Si estás en lo cierto, ¡genial! Y si no, le estás dando la oportunidad de aclarar un malentendido, antes de que vaya a mayores.

A veces, incluso puede que la pareja no tenga muy claro lo que le pasa realmente. Debemos ayudarle a descubrirlo. Y una ayuda muy efectiva consiste en hacerle preguntas.

Una vez que hayáis comprendido mutuamente ambos puntos de vista, debéis llegar a un acuerdo. Por ejemplo, si a uno le gusta gastar el dinero y disfrutar de él mientras se tenga, pero para su pareja es muy importante ahorrar, un acuerdo satisfactorio para ambos podría ser ahorrar una determinada cantidad de dinero cada mes y lo que sobre se puede gastar al gusto de ambos.

Es importante que no tratemos de resolver todos los problemas de la pareja antes de haberla escuchado y entendido lo que le pasa y lo que siente. Sólo después, podremos ofrécele nuestra ayuda o nuestro consejo. Y mejor aún si nos lo pide previamente. Hay que tener en cuenta que, a lo mejor, sólo necesita nuestra comprensión y nuestro apoyo, no que le resolvamos el problema.

Hasta mañana, que será hoy mismo. Espero que los duendecillos no puedan conmigo la próxima vez...

Gracias.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Consejo romántico número 212. ¿Amor o simplemente capricho...?

Este blog trata sobre el Amor, sobre cómo demostrar nuestros sentimientos a la persona amada, sobre qué hacer y cómo hacerlo para ser más romántica y romántico. Pues bien, en estos momentos hay mucha gente que se está enamorando de alguien. Pero... ¿cómo saber si estás realmente enamorada o enamorado? ¿Y cómo saber si él o ella lo está de ti?

¿Amor o simplemente un capricho? En el juego del Amor, a veces, resulta muy difícil desligar ambos conceptos, lo cual, al final acaba pasando una cara factura. Por eso, es importante aclarar lo antes posible, tanto en la cabeza como en el corazón, qué sientes realmente por esa persona que te está volviendo tu mundo del revés.

El enamoramiento es un estado físico y mental que muchas veces se puede confundir con la ilusión, con el capricho o incluso con la obsesión. Y enamorarse de forma imaginaria en lugar de hacerlo realmente puede ser lo que marque la gran diferencia entre ser feliz o muy infeliz.

Entonces, ¿qué podemos hacer para no equivocarnos?, ¿cómo podemos saber si estamos realmente enamoradas o enamorados y, a la vez, si él o ella también lo está de nosotros?

El amor no es una ciencia exacta, pero sí existen algunas pautas que te pueden ayudar a determinar si realmente estás enamorada o enamorado de esa persona que conociste de forma casual.

Si en tu vida todo estaba en orden hasta que llegó esa persona encantadora capaz de desajustar en un instante todo lo que te costó tanto tiempo componer, puede ser un síntoma inequívoco de que esa persona ha calado hondo en tu interior. Ahora ha llegado el momento de plantearte las preguntas de rigor que te darán la solución a tu duda sobre si se trata de un enamoramiento, o simplemente de un capricho. Estas preguntas son: ¿cuándo miras hacia futuro te imaginas con esa persona?, ¿y te imaginas con ella para toda la vida?, ¿qué te gusta de ella, su físico, su manera de ser, su manera de tratarte, su inteligencia, su forma de pensar, su forma de vestir, su coche, su sentido del humor, su responsabilidad, su seriedad, su alegría, su...

También puede ser que sólo quieras pasarlo bien con esa persona; tener a alguien con quien salir a cenar, a bailar, a pasear o al cine; que simplemente la quieres para que se mueran de envidia aquellas personas que no daban ni un céntimo de euro por verte con alguien; o para mantener relaciones erótico-carnales... Si es así, no te engañes, no estás enamorada o enamorado. Y en este caso, no sigas adelante. Le harás daño y te lo harás a ti también. ¿Recuerdas el anuncio aquél...? “Si no amas no sigas”. ¡Ah, no!, era “si bebes no conduzcas”.

Tu corazón, mejor que tu cabeza, se encargará de darte las respuestas a estas preguntas. Y es que, si bien la atracción puede durar sólo unos cuantos meses, el Amor lo suele hacer durante toda la vida, si es que se gestiona de forma adecuada por los dos, claro...

Hay personas que por su forma de ser o por la vida que han experimentado, se encuentran en un continuo estado de atontamiento reforzado por la presencia de alguna persona que le muestra un cierto interés. Son personas enamoradas del amor:

- personas sensibles a las palabras dulces y a las frases románticas;

- personas que han estado solas durante mucho tiempo;

- personas cuyas amistades se han aislado al encontrar pareja;

- personas desesperadas por salir con alguien y sentirse deseadas y amadas;

- personas hartas de que en las reuniones sociales les pregunten siempre por su soltería;

- personas que acostumbran a soñar despiertas con un amor de película.

- personas que sienten terror a no encontrar a la mujer o al hombre de su vida...

Todas estas personas suelen estar bastante predispuestas a decirle "sí" a quien primero se lo pida...

Insatisfacción, desánimo, infelicidad... suelen ser los resultados de una mala decisión. Y es que el verdadero Amor es el juego más complejo de todos y de tu correcta elección depende vuestra futura felicidad.

Hay algunos síntomas físicos que delatan inequívocamente el enamoramiento verdadero:

- cuando echas de menos a la otra persona a todas horas y cuentas los minutos que te faltan para volver a verla;

- cuando no puedes sacártela de tu cabeza en ningún momento;

- cuando cada cosa que haces, que ves, que escuchas, que hueles... te recuerda a ella y notas como las mariposas revolotean azarosamente en tu estómago;

- cuando una mirada, una caricia, un beso, un abrazo... te estremece;

- cuando sientes vértigo al notar que tu corazón late tan rápidamente cada vez que las ves, que las escuchas o que estás cerca de ella;

- cuando su felicidad es la tuya, cuando su placer es el tuyo;

- cuando las demás personas dejan de tener sexo y sólo son personas, porque has perdido el gusto sexual por quien pasea por la calle;

- cuando tus prioridades han cambiado y prefieres dejar a tus amistades o a tu familia por estar con ella;

- cuando cualquier excusa es buena para comprarle algún detalle;

- cuando te sientes la persona más feliz del Universo y sonríes o lloras sin ninguna razón aparente;

- cuando el tiempo a su lado pasa volando y siempre deseas más y más, volviéndote adicta o adicto a su presencia...

Si sientes esto, no lo dudes, estás enamorada o enamorado. Además, como si estuvieras en estado de embriaguez, no podrás disimularlo.

¿Y la otra persona, está enamorada o enamorado de ti?

Para saber si sus sentimientos son los mismos que los tuyos, sólo tienes dos alternativas: o se lo preguntas de forma directa o se lo sonsacas con tus armas de seducción.

Preguntas como “¿qué es lo que más te gusta de mí?” o “¿por qué te gusta estar conmigo?”, pueden darte una idea de si al menos está interesada o interesado en ti.

Además, si le encanta estar a tu lado, charlar contigo, te llama continuamente y siempre encuentra cualquier pretexto para estar contigo, son unas buenas evidencias de que tiene sentimientos románticos por ti.

Ahora bien, el amor no es obsesión. No podemos confundir Amor con obsesión, tanto por tu parte como por la suya.

Si no deja de atosigarte, te la cruzas de forma imprevisible en los lugares más inesperado, si siente celos infundados por cualquier cosa, si discute continuamente contigo sin ningún motivo aparente, si no siente control sobre sus emociones, si no respeta tu espacio ni tu intimidad, si no es capaz de hacer nada sin ti, si te amenaza con hacerse daño o suicidarse si le dejas... ¡Ojito...!, está obsesionada u obsesionado, no enamorada o enamorado.

Igual que el Amor enriquece a las personas enamoradas, cuando es compulsivo u obsesivo se convierte en una maldita pesadilla. Una pesadilla fruto de la propia inseguridad y del deseo de controlar y de manipular a la persona supuestamente amada.

Aunque suene duro, esta actitud es más habitual de lo que creemos. Así que si piensas que la otra persona está obsesionada contigo, lo mejor es que te alejes de ella lo antes posible. Créeme.

Hasta mañana, y gracias por vuestros comentarios y vuestros correos electrónicos. Y permitidme un agradecimiento especial a Alberto... Gracias amigo mío.

martes, 5 de agosto de 2008

Consejo romántico número 211. Reconexión definitiva...

Hola a todas y a todos. Soy Manu. Por fin he llegado a Jerez, y me he podido conectar a Internet. Estoy impresionado e inmensamente emocionado. Yo creía que nadie me echaría de menos durantes esta semana; sin embargo, no puedo aguantar este sentimiento que me embriaga cuando he comprobado que me habéis mandado un montón de correos electrónicos para preocuparos por mí. Quiero pediros disculpas, porque realmente no me ha pasado nada malo. Tampoco nada bueno. Simplemente se trata de que un gran amigo mío me necesitaba más que nunca. Está pasando por un mal momento; y sólo nos tiene a unas cuantas amigas y amigos, yo entre ellos.

El martes pasado me fui a buscarle y he estado con él hasta ayer, sin cobertura de móvil y sin Internet. Sólo algo muy importante podría haberme hecho faltar a mi cita diaria con vosotras y vosotros. Y la situación de mi querido amigo era muy importante. Créeme.

¿Que qué es le pasa a mi amigo? Ufff, chungo... Él está muy enamorado de una mujer que ha conocido hace unas pocas semanas. Y hace sólo unos días, un sábado por la noche cuando estaban los dos cenando tan ricamente, a ella le sonó el móvil justo en la media noche. Ella no quería contestar la llamada, pero él le pidió por favor que lo hiciera, que no se preocupara por interrumpir la cena porque, además, a esa hora debía ser algo muy importante.

La conversación telefónica fue corta, pero él notó en la actitud de su chica que algo extraño acontecía. Ella le mintió: le dijo que se trataba de un chico que la pretendía desde antes de que se conocieran, que éste era un pesado, pero que ella pasaba de él. Sin embargo, mi amigo sabía que ella no decía la verdad.

Mi amigo, que entre otras muchas cosas es muy espabilado, supo sonsacarla y al poco tiempo ella le confesó que el fin de semana anterior ella había estado con otro chico, en la playa, por la madrugada y desnudos...

Imagínate cómo se sintió mi amigo cuando oyó todo aquello, porque él creía que aquel fin de semana que no estuvieron juntos, ella salió con una amiga sólo para bailar un poco y tomar una copa.

Lógicamente, aquella cena en el restaurante italiano que pretendía ser muy romántica, se convirtió en un momento desagradable, principalmente para mi querido amigo.

Y el domingo siguiente, es decir, el día después de que se produjera esa maldita llamada, él me llamó desesperado, desolado, angustiado... Incluso me advirtió de que se iba a quitar la vida. La buena noticia es que cuando alguien advierte de que se va a suicidar, es muy probable que no lo haga. Los suicidas no avisan... Al menos eso dicen las estadísticas.

He estado con mi amigo. No sé si le he ayudado. Creo que no. Quién soy yo para conseguir eso. Sin embargo, después de una semana sigue vivo, e incluso logré que se riera unas cuantas veces.

Y me pregunto a mí mismo... ¿se debe confesar la infidelidad?

Antes de contestarme, también a mí mismo, quiero descender a la raíz del problema. Cuando una persona le es infiel a su pareja es porque ya no está enamorada. Por tanto, la relación ya no tiene razón de ser.

Ni que decir tiene que cuando una persona está enamorada es incapaz de ser infiel, pero no sólo por cumplir el compromiso que tiene establecido con su pareja, sino porque ni su cuerpo ni su mente ni su alma le piden flirtear, ni coquetear, ni ligar, ni insinuar, y mucho menos mantener relaciones sexuales con otra persona diferente a la persona amada.

Sin embargo, en este preciso momento, mucha gente está siendo infiel. ¿A que sí? Y quienes cometen un engaño amoroso se enfrentan luego ante el dilema de tener que aclararlo con su pareja o guardar el secreto para siempre.

Cuando una persona traiciona amorosamente a su pareja por primera vez, reincidirá tantas veces como oportunidades le surjan o busque. No existe el acto de infidelidad aislado. Sin embargo, eso no les libera del sentimiento de culpa ni de querer explicar a su pareja la traición cometida.
Mucha gente opina que lo mejor es sincerarse y que si hay amor todo se perdona. Claro, si hay amor por parte de la persona engañada, porque por parte de la traidora no lo hay, evidentemente, y como ya hemos dicho antes. Además, este axioma no tiene excepciones: si traicionas es que no amas; y si amas no traicionas.

Asimismo, también es cierto que después de una infidelidad confesada o descubierta, la relación ya nunca vuelve a ser lo que era antes.

Hombres y mujeres engañan por igual, pero parece que para ellas es más difícil confesar la traición, ya que es más probable que una mujer perdone un engaño a que lo haga un varón. No sé por qué... En el caso de los hombres, éste no suele perdonar ningún tipo de infidelidad ya que su orgullo ha sido expuesto y menospreciado de la manera más cruel posible, haciendo mella en su autoestima. Será algo cultural. Yo qué sé...

Muchas y muchos opinan que un desliz se da cuando de manera inconsciente se intenta solucionar un problema de la pareja. Otras y otros arguyen que han sido infieles porque estaban dolidas con su pareja. ¡Vaya excusas más infantiles!

Ningún engaño podrá estabilizar una relación de pareja que tiene problemas, ni curar el dolor que uno de los miembros tenga en determinado momento. Si la pareja tiene un problema debe hablarlo y no buscar a terceras personas que nada bueno traen consigo...

También las hay y los hay que opinan que no siempre decir la verdad es la mejor opción, porque si sólo se trata de “una aventura pasajera”... ¿qué pasa con los hijos que se tengan en común?, ¿y con los años de convivencia?, ¿y con las experiencias por las que han atravesado juntos?, ¿y con los proyectos en común?...

Si ya no amas a tu pareja, párate un momento, y piensa en cómo decírselo, para que ambos podáis establecer un plan para disolver la relación. Si ya no amas a tu pareja y quieres una aventura... vete a la selva durante dos semanas, sólo con un libro, una cerilla y una botella vacía. Eso sí que es una aventura... Pero, por favor, no le hagas daño.

Hasta mañana, y gracias por vuestro interés y preocupación.

GRACIAS.