martes, 30 de septiembre de 2008

Éste no será el consejo romántico 262. Simplemente es mi único secreto...

Hola, soy Manu.

Sí, ese estúpido romántico que ya conoces. Siempre se me ocurre algo bonito para cada ocasión, pero es que, además, cada cosa que se me ocurre la siento desde dentro... Cariñoso, detallista, romántico, sensible, apasionado, atento, dulce y todas esas cualidades que a cualquier persona le gustaría que tuviese la pareja de su hija. Pero... déjame que hoy te cuente un secreto que hasta ahora era inconfesable, y que te lo descubro porque ya no me quedan dudas, ni la menor duda de que siempre será así.

Y mi secreto es que no me fío de las mujeres. DE NINGUNA. Que conste que a mi madre la quiero con locura, porque me dio lo más preciado que tengo. Que conste que a mi hermana la quiero sobremanera porque siempre dedicó su vida a facilitarme la mía, y nunca sabré ni podré agradecérselo. Y que conste que a mi hijita de 11 años la adoro, porque es mi mayor don. Y ellas tres son las mujeres más maravillosas del mundo. Pero de ninguna que pudiera ser la cuarta me fío. DE NINGUNA.

Sin las mujeres el mundo sería gris, las flores serían cardos borriqueros, el verano sería invierno y la primavera no sería nada porque no existiría la primavera, las canciones no tendrían letras, las motos serían monoplazas y no serían divertidas, y el cabello de ángel sería caspa del demonio... Las mujeres son todas maravillosas. TODAS. Pero ojito... ya no me fío de ellas. DE NINGUNA.

Te dicen cosas y te las crees. Te miran y te lo crees. Te sonríen y te lo crees. Te besan y te quieres morir... Pero ya no confío en ellas. EN NINGUNA.

Cualquiera diría que estoy dolido. Y sí, estoy dolido. Efectivamente me duele la tendinitis que tengo en mi antebrazo izquierdo; aunque tampoco me duele tanto.

Las hay bajas y altas; las hay rellenitas y delgadas; las hay morenas y rubias y castañas y pelirrojas y con mechas y con más mechas y sin ellas; las hay inteligentes, más inteligentes y extremadamente inteligentes; las hay guapas y más guapas... Hay mujeres de todas las clases. Pero todas, absolutamente todas, sin excepción alguna, tienen una cualidad común: te hacen sufrir y te hacen llorar si tienes nombre de varón. Todas lo han hecho o lo harán alguna vez. TODAS. Y la que no esté de acuerdo es porque o bien no lo sabe, o bien lo desconoce; pero ella misma también... Ésta es una cualidad propia de las mujeres. DE TODAS. Y algún día, los investigadores descubrirán el gen que gobierna esta peculiaridad.

A ti mujer, te amaré como nadie te ha amado jamás y como nadie te amará nunca. Ni siquiera te imaginas que se pueda amar de esa manera como yo te amaré. Pero... nunca me fiaré de ti. NUNCA.

Hasta cuando sea. Necesito un respiro.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 261. En gran medida depende de cada uno y él lo consigue...

¿Qué hubiera pasado si la chica a la que en el post anterior llamaron por error hubiera sido Mayte, la novia de Miguel?

Para quienes todavía no lo sepan, Mayte y Miguel son los nombres de la pareja protagonista de la mayoría de nuestras historias.

Déjame imagina cómo habría transcurrido todo.

Jorge cogió el teléfono y llamó a su amigo Carlos. Pero le contestó una señorita muy agradable con una voz muy dulce diciendo:

- Hola.

- Hola. Veo que no eres Carlos –replicó el chico.

- Efectivamente, no soy Carlos. Ja ja ja.

- Es una pena que esto sea un error, porque tienes una voz preciosa y una sonrisa encantadora.

- ¡Vaya!, muchas gracias. Esto mismo es lo que me dice mi chico cada vez que hablamos por teléfono.

- Bueno, lo siento, ¿eh?

- No importa. Buenas tardes.

- Buenas tardes.

Jorge se quedó mirando su teléfono durante unos segundos con cara de pasmado. Y cuando volvió del limbo, miró la tarjeta de su amigo, que había cambiado recientemente de número de móvil, y comprobó aturdido que ciertamente había traspuesto las dos últimas cifras de dicho número.

Después de hablar con Carlos volvió a mirar en la lista de llamadas enviadas el número al que por error había llamado unos minutos atrás, pero comprendió que esa chica parecía enamorada de su novio.

Mayte, aprovechando que tenía el móvil en su mano decidió mandarle un mensaje de texto a Miguel. Un mensaje muy sencillo: “Hola mi Amor, estaba pensándote y no he podido resistirme a mandarte un dulce beso... TE ADORO”.

Es imposible que en la vida romántica de Mayte entre otro hombre, porque ese ámbito de su vida está copado, está repleto, está colmado... En la vida romántica de alguien sólo puede haber una persona. Nunca dos. Es imposible que haya más de una. Por eso, de cada uno depende que la vida romántica de quien amamos esté completa o abierta a ser completada por una tercera persona.

En gran medida depende de cada uno y de cada una. Miguel siempre lo consigue...

Hasta mañana, y gracias por seguir ahí...

Consejo romántico número 260. En gran medida depende de ti...

Buenas madrugadas. En esta ocasión, una obligación profesional me ha impedido llegar a tiempo, así que decidí dejarlo para mañana. Pero como no podía conciliar el sueño, he resuelto escribir un poco. Hoy te contaré una historia... Con permiso:

Jorge cogió el teléfono y llamó a su amigo Carlos. Pero le contestó una señorita muy agradable con una voz muy dulce diciendo:

- Hola.

- Hola. Veo que no eres Carlos –replicó el chico.

- Efectivamente, no soy Carlos. Ja ja ja.

- Es una pena que esto sea un error, porque tienes una voz preciosa y una sonrisa encantadora.

- ¡Vaya!, muchas gracias.

- Bueno, lo siento, ¿eh?

- No importa. Buenas tardes.

- Buenas tardes.

Jorge se quedó mirando su teléfono durante unos segundos con cara de pasmado. Y cuando volvió del limbo, miró la tarjeta de su amigo, que había cambiado recientemente de número de móvil, y comprobó aturdido que ciertamente había traspuesto las dos últimas cifras de dicho número.

Después de hablar con Carlos volvió a mirar en la lista de llamadas enviadas el número al que por error había llamado unos minutos atrás, y sin dudarlo lo grabó en su agenda de contactos.

Al cabo de dos días, Carlos se armó de valor y sin prepararlo siquiera volvió a marcar el teléfono errado.

- Hola –contestó ella.

- Hola. Veo que sigues sin ser Carlos.

- Ja ja ja. No, no soy Carlos. Y me temo que por ahora no va a venir por aquí.

- Y si no eres Carlos... ¿quién eres entonces?

- ¿Pretendes que le diga quién soy a un desconocido?

- Bueno, yo soy Jorge, y precisamente te pregunto tu nombre para que dejemos de ser dos desconocidos.

- Ja ja ja, qué simpático eres Jorge.

- ¿Te han dicho alguna vez que tienes una sonrisa muy bonita?

- Si, precisamente hace un par de días me lo dijo un chico muy majo...

- Entonces... ¿me vas a decir cómo te llamas?

- Me llamo María. Encantado Jorge.

- Encantado María. Hasta pronto –se despidió Jorge sin querer seguir tentando a la suerte.

- Hasta pronto –repitió María.

Y mientras ella sonreía, decidió grabar también el número de teléfono de Jorge en la agenda de su teléfono.

Jorge volvió a editar el registro que dos días atrás había guardado en su móvil, y cambió “Dulce voz” por “Dulce María”.

Nuevamente a los dos días, Jorge volvió a llamarla.

- Hola. No soy Carlos -contestó la chica al ver que se trataba de Jorge.

- Ja ja ja. Hola María –saludó él, sonriendo.

- ¿Qué tal Jorge?

- ¡Vaya!, me halaga que me hayas fichado en tu agenda.

- Sí, lo hice porque veo que sigues empecinado buscando a tu amigo Carlos.

- No, ya no lo busco a él. Ahora te busco a ti.

- ¿Y eso?

- Pues ya ves. Siento mucha curiosidad –continuó diciendo Jorge.

- ¿Sí?

- Ahá.

- ¿Y qué es lo que te intriga tanto?

- Por ejemplo... ¿Tienes pareja?

- ¡Vaya!, un poco indiscreta tu pregunta, ¿no?

- Bueno, realmente la indiscreción está, en todo caso, en tu repuesta, ¿no crees?

- Tienes razón. Pues no, en estos momentos no tengo pareja –contestó María.

- Pues créeme que no lo siento.

- Ja ja ja. ¿Y tú, tienes pareja?

- Si la tuviera, no estaría buscando a Carlos... –contestó él, sonriendo.

Esta conversación duró algunos minutos más. María realmente si tiene pareja. Sale con Juanjo desde hace poco más de seis años, pero desde hace unos cuatro, lo más apasionante que le ha pasado a María ha sido las llamadas erróneas de Jorge. Por eso le mintió diciéndole que estaba sola, para que esta situación no se acabara tan pronto.

Esta historia no es real, es inventada. Y cualquier parecido con la realidad es sólo una coincidencia. Sin embargo, tiene una lectura clara... No permitas que un simple error sea más apasionante que lo que tú le proporciona a tu pareja. No permitas que una llamada de un tal Jorge (o de una tal Jorja) sea más deseada que tu propia llamada. De ti depende, en gran medida, que cuando a tu pareja le pregunten por su situación romántica, conteste refiriéndose a ti y no te oculte ni te reniegue. En gran medida depende de ti...

Hasta mañana, que no es mañana, sino hoy mismo. Gracias.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 259. ¿Has visto alguna vez un sapo montando en moto...?

Ella es preciosa. Todos quieren tocarle el culo. Aunque parece inaccesible e inalcanzable, siempre se la ve acompañada de algún chico apuesto. Nunca suele repetir una cita. Se queja de que los príncipes azules acaban destiñendo en las primeras citas. No obstante ella lo sigue intentando. Cada fin de semana va al estanque en busca de nuevas ranas a las que besar. Las ranas que ella besa cada viernes y sábado suelen llevar camisa de cuello alto tipo italiano y perfume de la marca de moda.

Al otro lado del estanque hay otro anfibio pero con cara de sapo. Este no lleva el cuello alto italiano y simplemente huele a canela. Pero no pretende tocarle el culo. No es que no le apetezca, sino que ni siquiera se cree merecedor de soñarlo.

Una vez el chico con cara de sapo estaba en la calle con ella y con sus amigas. Hablaban todos de forma amigable sobre el trabajo. Todos trabajan en la misma empresa. En la calle corría un aire desagradable y la chica guapa se puso dando la espalda a la corriente para que no le diera en la cara. Pero esto hacía que su pelo se le fuese para delante tapándole incómodamente los ojos.

El chico con cara de sapo siempre deseo tocarle la suave piel de su cara, pero nunca imaginó que pudiera hacerlo; sin embargo, esta vez, aprovechando que ella sostenía en su mano izquierda su cartera y en la derecha el cigarro que se estaba fumando, se armó de valor y ni corto ni perezoso, y sin pensárselo dos veces para no arriesgarse a arrepentirse, alargó su brazo derecho y dulcemente le apartó el pelo rebelde de sus lindos ojos y de su bonita boca. Ese fue el gesto más romántico que alguien había tenido con la chica bella durante toda su vida.

Todos querían tocarle el culo, pero nadie en un día de viento le había apartado jamás el pelo de su cara. Sin embargo, esta vez, la primera, ella no se había dado ni cuenta, porque lo estaba haciendo un sapo...

Moraleja: los príncipes azules no siempre son ranas que van en un caballo blanco. A veces, los príncipes azules son sapos y van en moto...
Hasta mañana. Muchas gracias...

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 258. ¿Hartos de discutir...?

Cuando comienza una relación y todo es nuevo, cada día surgen de forma espontánea nuevos detalles románticos que resultan increíbles y emocionantes para la otra persona. Sin embargo, con el correr del tiempo, cada uno se va acostumbrando a la presencia del otro, y aunque sigan enamorados, la relación empieza a tornarse algo rutinaria. Es duro de reconocer, pero seguramente ya no es tan fácil encontrar novedades en la persona amada. La buena noticia es que con sólo algunos cambios se puede volver a deslumbrar como en los primeros meses.

Y... ¿cómo podemos sorprender a nuestra pareja? ¿Cómo tener un gesto inesperado cuando ya nos conocemos tanto?

Hay un momento en el que todo el mundo desea tener una varita mágica... Me refiero a ese maldito momento en el que estamos inmersos en una “estúpida” discusión. Ahí precisamente deseamos que todo acabe, pero no es posible, al contrario, parece que cada vez estamos mas lejos de zanjar esa maligna discusión. Pues aquí también romper con la rutina es la solución. Lo habitual es enfrascarse en ganar, en tener la razón, en conseguir que la pareja de doblegue y nos dé la peseta (o el céntimo de euro), pero sabemos por experiencia que cada céntimo que le ganemos a la pareja, le estamos restando un millón de euros a la relación. Por tanto, ¿qué prefieres tener la razón o ser feliz? Si eres de los que eliges la segunda opción, ¿qué te parece si la próxima vez que te encuentres en una de esas odiosas trifurcas decides olvidar aquello que la provocó y le cortas su último argumento con un beso de tornillo repentino. Tu pareja no sabrá que tanque militar la ha atropellado. Lo mejor de todo, esto enfriará completamente la pelea, y tu pareja quedará gratamente sorprendida.

Son éstos, los pequeños detalles únicos o diferentes, los que verdaderamente suman, estos gestos espontáneos que desarman a cualquiera y que la dejan gratamente sorprendida.

Las sorpresas aportan emociones nuevas a la relación. Debes saber que es más grato aún sorprender a la otra persona que ser sorprendido. Y tendrás la oportunidad de comprobarlo cuando tu pareja se esmere en recompensarte por alguna de tus formas de hacerla sentir tan única y especial.

Hasta mañana. Buenas noches, y gracias.

martes, 23 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 257. Cómo seguir aumentando el placer en la relación sexual...

Tal y como acordamos ayer, hoy continuo con este agradable, pero difícil asunto...

Ayer quedamos en algunas cosas:

- hacer el amor es una habilidad que puede aprenderse y mejorarse;

- no conocer el propio cuerpo y las técnicas amorosas, limitan la posibilidad de gozar adecuadamente del sexo;

- hacer el amor puede consistir simplemente en besar, acariciar y abrazar a la persona amada, sin necesidad de que haya penetración, orgasmo o eyaculación;

- es necesario tener muy claro lo que se desea y lo que se valora en el sexo `para que sea satisfactorio y, lógicamente, hay que decírselo a la pareja sin rodeos;

- si la vida sexual no marcha bien en la pareja hay que esforzarse por solucionarlo de forma inmediata;

- para disfrutar de una satisfactoria vida sexual es necesario romper con las ideas erróneas, con las opiniones equivocadas y con las actitudes desacertadas sobre el sexo, que a lo largo de nuestra vida hemos adquirido.

Y hoy, vamos a continuar... Y lo haremos en primer lugar con algo sobre la comunicación en el sexo.

Como decíamos ayer, hay personas que, en las ocasiones en las que estás sometidas a mucho cansancio o estrés, suelen privarse del sexo porque el deseo sexual suele disminuir, así como el propio placer. Y como muchas veces no se dan cuenta de lo estresados que están ni de cómo eso va mermando sus energías, tampoco relacionan una cosa con la otra... Por eso, es necesario prestar atención a cualquier causa que pudiera estar disminuyendo el deseo sexual o el placer.

La mayoría de la gente cree que su pareja sabe (o debe saber) instintivamente lo que le satisface sexualmente sin necesidad de tenérselo que decir. Sin embargo, a menos que la pareja sea adivina (con lo cual sería también hiper-ultra-mega-super-millonaria), es necesario hablar de sexo con la pareja para que el deseo y el placer sexual sean satisfactorios.

Teóricamente, todo debería ser de un modo espontáneo, mágico, sin problemas, sin palabras. Pero, a menos que se exprese de forma inequívoca lo que realmente se desea y se prefiere, nadie tendrá una idea clara de lo que a su pareja le gusta o le disgusta. Muchas veces se teme o se duda en preguntar directamente a la pareja qué le gusta, qué le excita, si le apetece hacer el amor ahora mismo... Por otro lado, muchas parejas pasan más tiempo hablando de cuestiones prácticas menos importantes (qué comprar, dónde, cuándo...) que de lo que quieren, necesitan y sienten respecto del sexo.

Por supuesto que no es fácil ni cómodo hablar de sexo con la pareja, y me refiero al principio, pero aún cuando sea difícil, siempre hay que aprender a hacerlo. Pedir lo que deseas es la única manera de asegurar que lo recibirás.

Incluso cuando al principio de la relación el sexo es apasionado y placentero, es fácil caer en la monotonía y en el sexo mecánico que caracteriza a muchas relaciones estables. No obstante, nunca es tarde para hacer resurgir la Magia del Amor y del Romanticismo si se consigue que el sexo satisfactorio sea una prioridad en la vida de la relación, añadiendo algo de sorpresa.

Lógicamente, si la pasión ya no es lo que era al principio, aspectos como la ternura, los gestos de amor y de dulzura, y el cuidado por la otra persona también deberán recuperarse nuevamente.

¿Y cómo podemos poner todo lo anterior en marcha y de forma práctica?

Por ejemplo, para no tener que afrontar el trago de hablarlo de forma directa, al principio, podéis hacer de forma individual una lista con las diez cosas que más os excitan. Después, haced una lista de las diez cosas que más os desaniman. Y luego, compartir vuestras listas. Escuchad muy atentamente los sentimientos de la pareja. Y tras haber explicitado cada uno vuestras respectivas preferencias sexuales, llegad a acuerdos consensuados.

La satisfacción sexual depende en gran medida de la excitación. Por eso, la estimulación física de todo el cuerpo es imprescindible, no sólo la de los genitales y zonas erógenas.

La sensualidad incluye los cinco sentidos: el sabor de un beso, el olor característico de una persona, la visión de un cuerpo que atrae, el sonido de una respiración que se acelera, el tacto de una piel cálida. Presta atención a todos tus sentidos. Todas estas sensaciones placenteras se pasan por alto cuando el objetivo del sexo se centra únicamente en el coito y en la prisa por alcanzar el orgasmo.

En fin, una vez más, sé que muchas y muchos no han aprendido nada nuevo, por eso, ojalá no dejen de seguir practicando todo esto que es tan importante como ya ellas y ellos saben...

Hasta mañana, y muchas gracias una vez más.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 256. Cómo aumentar el placer en la relación sexual...

¡Vaya título! Me lo he puesto a mí mismo bastante difícil...

Mucha gente cree que el sexo satisfactorio debe darse de forma natural y no piensan que, como en casi todo, se trata de una habilidad que puede y debe aprenderse y desarrollarse. Asimismo, el desconocimiento del propio cuerpo y de las técnicas amatorias, son un obstáculo que limita la capacidad de gozar de las relaciones sexuales.

Por otro lado, para que el sexo sea satisfactorio, no siempre es necesario que exista la penetración, el orgasmo o la eyaculación. Hacer el amor, aunque parezca una cursilada, puede consistir simplemente en besar, acariciar y abrazar al amante, y concentrarte exclusivamente en su contacto físico y emocional. Por eso, es necesario tener muy claro lo que realmente se desea y se valora respecto del sexo. Hay que pararse a reflexionar sobre todo lo que para nosotros hace que una experiencia sexual resulte satisfactoria y, lógicamente, hay que comunicárselo a la pareja con lujo de detalles y sin tapujos.

Naturalmente, la definición de sexo satisfactorio depende de cada persona. Sin embargo, cualquier definición llevaría implícito los siguientes aspectos:

- compartir una emoción mediante un intercambio físico;

- una manera de estar más cerca de la otra persona;

- una forma de expresar amor;

- una elección libre del amante, del momento y del lugar;

- ser conciente de las consecuencias;

- respeto por el amante o la amante;

- erotismo;

- seducción;

- juego;

- ...

Piensa en lo siguiente: cualquier cosa que se te ocurra necesita tiempo... Hay cosas para las cuales es necesario el dinero, para otras no; hay cosas para las que necesitas ayuda, para otras no; hay cosas que necesitan frío, otras no; pero todo, absolutamente todo, sin excepción ninguna, necesita tiempo, más o menos tiempo, pero requiere tiempo... Por tanto, hacer el Amor también demanda el dichoso tiempo. Sin embargo, el trabajo y las demás obligaciones cotidianas compiten con el sexo para robarle el tiempo disponible.

Fíjate, el sexo, generalmente, es lo primero que la gente se quita cuando tiene estrés, cuando está enferma, cuando está embarazada o cuando envejece. Es paradójico, pero mucha gente cuando está mal, se quita de lo mejor... ¡No lo entiendo!

Si vuestra vida sexual no marcha bien, debéis concederle la misma atención que le prestáis a los demás problemas que os van surgiendo.

Lo queramos o no, la mayoría de nuestras opiniones y de nuestras actitudes sobre el sexo las hemos aprendido. Este aprendizaje comenzó cuando éramos muy jóvenes. Nos enseñaron nuestros padres, otros adultos y nuestros amigos. También aprendimos de los medios de comunicación: la televisión, la radio, las revistas, los periódicos... Y muchas de las cosas que aprendimos son prejuicios, inhibiciones, algunos "debería" y "no debería" y muchos otras ideas erróneas.

Lógicamente, para disfrutar de una reconfortante vida sexual, a menudo es necesario romper con estas ideas equivocadas que son dictadas fuera de nosotros mismos, de nuestros gustos y de nuestras apetencias.

No hay que ser muy listo para darse cuenta de que las ideas preconcebidas por la sociedad buscan satisfacer a una mayoría abstracta y no a cada persona de forma individualizada. Por eso, tu satisfacción sexual debe depender únicamente de tu exploración y conocimiento de tu propia sensualidad.

¿Y cuáles son algunas de esas creencias equivocadas?

Sé que algunas te parecerán absurdas, pero hay personas que las tienen ancladas en su cabeza y no les dejan ser genuinamente felices. Y lo malo es que ni siquiera son conscientes de ellas. Muchas personas creen que:

- la gente mayor no hace el amor ni deberían hacerlo;

- el sexo es para gente guapa y con cuerpos perfectos;

- un verdadero hombre es el que está siempre listo para el sexo;

- una verdadera mujer debe estar sexualmente disponible cuando su pareja lo desee;

- hacer el amor implica coito y orgasmo;

- el orgasmo debe darse simultáneamente en ambos amantes;

- los besos, las caricias, y los abrazos sólo son para conducir al coito;

- ...

Bueno, voy a parar por hoy. Es que cuando me caliento (en el buen sentido de la palabra...) no paro. Así que mañana seguiré con las cosas que me he dejado en el teclado (no en el tintero): la comunicación sexual, la monotonía en el sexo, algunas recomendacioncillas...

Estoy seguro de que muchas y muchos pensarán que lo que he contado hoy es muy obvio y sabido por todas y todos. Sin embargo, también es cierto que muchas de esas personas que ya sabían todo esto, cuando las veo por un agujerito... parece que no lo saben tanto...

En fin, mañana seguimos con esto. Te espero aquí. Gracias.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 255. Simple, pero capital...

A veces, buscamos el romanticismo en lo sofisticado, en lo rebuscado, en lo complicado… cuando, por otra parte, algunas y algunos descuidan lo básico, lo esencial.

Esta tarde estuve hablando con una amiga que se queja de que su marido antes de dormir ni siquiera le da ya las buenas noches. Claro, si no le da las buenas noches, es fácil suponer que este señor pasa de cualquier cosa que escribamos aquí en este blog, del romanticismo y de la madre que lo parió. Por eso, hoy me siento obligado a descender a lo básico. El consejo de hoy será simple, muy simple, pero de capital importancia: dale a tu pareja cada día sin excepción antes de iros a dormir las buenas noches. Pero no como se lo dirías a tu amiga o amigo, o a tu hermana o hermano, sino como se lo dirías a tu pareja si llevarais nada más que dos semanas de relación… Sólo de esta manera, el resto de sugerencias románticas tienen sentido.

Hasta mañana, buenas noches. Y todas las gracias…

viernes, 19 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 254. Esto es simplemente una ilusión...

Y como me gusta predicar con el ejemplo, hoy no voy a dar consejos románticos, porque esta es una actividad que me resta un maravilloso tiempo que durante el fin de semana hay que usar mejor, como ya dijimos ayer...

Así que esto que estás leyendo, no lo estás leyendo realmente, lo estás imaginando, porque hoy no he estado aquí. Supongo que eres una lectora o un lector fiel y por eso, como cada día, has venido a este rinconcito romántico, y aunque yo no he venido a escribir, tú, por inercia, me estás leyendo... Curioso, ¿verdad?

No obstante, seguro que esperas encontrar una sugerencia amorosa. Es más, creo que será hasta surrealista. Y es que cuando piensas en romántico, todo lo ves de forma romántica...

Estoy convencido de que ya estás harta o harto de las cenas románticas tradicionales, y prefieres un almuerzo romántico (en Andalucía, el almuerzo es la comida que se hace al medio día). Y como ya está empezando a refrescar, comienza a apetecer una sopita caliente.

Sopa... Sopa de letras... Sopa de letras para formar palabras románticas...

Seguro que te estás imaginando prepararle una sopa con letras de pasta. Además, probablemente sólo le dejas las letras que puedan forma una determinada frase corta de Amor... Y verás como hasta te inventas en tu cabeza una imagen y todo...

Hoy no he venido, pero mañana no faltaré. Hasta entonces... gracias por leerme incluso cuando no escribo nada.

Consejo romántico número 253. Como una lapa, pero sin pasarse...

Ya ha llegado el fin de semana tan ansiado por muchas y muchos... Y en el Manual de las Relaciones de Pareja aparece que el fin de semana es el momento más propicio para dedicarle el tiempo necesario a la pareja y a la relación. Sin embargo, mañana por la mañana empezarán a surgir las complicaciones, los compromisos, las dificultades para estar con la pareja: el partido con los colegas, la visita a la amiga de la infancia, los flecos pendientes en el trabajo... En fin, que al final, lo que propugna el Manual no se cumple...

Y cuando hablo de Manual no me refiero al libro “Cómo mejorar tu relación de pareja”, que aunque es un fantástico libro no me gusta referirme a él.

¿Y por qué no me voy a referir a él? ¿Sabes que una floristería muy importante de esas que venden flores por Internet y que te las envían a tu domicilio, está interesada en poner publicidad en este blog? Pero les he dicho que no, porque no quiero convertir este sitio en una tienda... No obstante, si me lo permites, hoy haré “publicidad subliminal” (entre comillas) de mi libro...

Cómo mejorar tu relación de pareja (pincha aquí).

En fin, volviendo a lo que nos compete... Mi sugerencia de hoy es muy sencilla pero importante: durante este fin de semana (durante el fin de semana entero) debes estar todo (todo, todo, todo...) el tiempo con tu pareja. Si va a hacer la compra, la acompañas y le ayudas a elegir la compra y a transportar las bolsas. Si va a casa de su madre, la acompañas y de paso saludas a tu suegra. Si va a jugar un partido, la acompañas y ya puestos animas a su equipo. Si va al baño, la acompañas y le acercas el papel higiénico. Si..., la acompañas. Así de sencillo... Como una lapa, pero sin pasarse. Yo sé que tú sabes dónde está la justa medida, ¿a que sí?

Hasta mañana. Muchas y sinceras gracias.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 252. Sorpresa por partida doble, o triple...

En muchas parejas existe un conflicto muy común: la impuntualidad de unos de los dos. Si éste es tu problema, es decir, si sueles llegas tarde a casa, se me ocurre una forma muy simpática y romántica de hacerle ver a tu pareja que ya eres consciente de tu defecto y que estás haciendo lo posible por remediarlo. Consiste en que cuando estés de vuelta a casa por la tarde, muy cerca de la puerta, a tan sólo unos metros, puedes mandarle un mensaje de texto del tipo: “Mi Amor, lo siento, pero me voy a retrasar por lo menos dos horas y media. Se me ha complicado el trabajo. TE AMO”.

Ni que decir tiene que en unos 15 o 20 segundos tú debes llegar a casa con una sonrisa de esas que dejan “líneas de expresión”. Después del sofocón que le habrás provocado, la alegría de verte puntual será doble. Y si quieres que sea triple, puedes llegar, por ejemplo, con una botella de Lambrusco muy muy muy frío.

Lo siento, pero hoy no me puedo quedar mucho más tiempo, que llego tarde...

Hasta mañana, y como siempre, gracias por estar aquí una vez más.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 251. Aumenta la admiración por tu pareja…

¿Te has fijado en esas parejas que están en un restaurante, se sienta uno frente al otro y permanecen en silencio hasta que llega el camarero…? Revisan la carta y cuando han elegido y el camarero recoge su comanda, ella mira para un lado, mientras él mira para otro; ambos en silencio; sólo intercambian unas palabras de vez en cuando... Es como si cada uno de ellos hubiese llegado por su lado y se sentaron en esa mesa porque no había ninguna otra libre.

¿Se les habrá acabado el Amor de tanto usarlo?, ¿habrán discutido antes de llegar al restaurante?, ¿o simplemente es que ya se han acostumbrado a vivir la relación de esa manera fría y distante?

Lamentablemente, en muchas parejas aparecen claramente marcadas dos etapas en la vida de la relación: la primera, al comienzo de la relación, cuando se enamoran y sienten la absoluta seguridad de amar y de ser correspondidos, donde los detalles y las palabras amorosas abundan en el día a día; y la segunda, cuando comienzan a saltar las alarmas que advierten de que algo anda mal, cuando se quiere pasar más tiempo con los amigos que con la pareja, cuando se pelea por cualquier nimiedad, cuando conversan y no se entienden porque parece que hablan dos idiomas diferentes, porque ya no sienten el mismo interés el uno por el otro... Es en esta segunda fase cuando descubren que en realidad sólo son un par de extraños, cargados de resentimientos y frustraciones, unidos por muchas obligaciones, con poco amor y casi nada de pasión…

¿Qué ha pasado?, ¿dónde quedó todo ese Amor y toda esa pasión que sentían al principio?

Afortunadamente, al otro lado de la balanza, existen otras parejas que a pesar del paso de los muchos años que llevan juntos, disfrutan enormemente de su relación: sonríen, se consienten mutuamente, se comunican en un precioso lenguaje secreto que sólo ellos conocen, se consultan todo... ¿Cuál será su secreto?

No hay ningún secreto… De cualquier manera, reavivemos la magia del amor y comencemos a ser especiales de nuevo con nuestra pareja. El primer paso consiste en conectarnos al sentimiento del Amor que todavía seguro que conservamos, entreguémosle lo mejor de nosotros mismos, olvidemos el pasado negativo y los resentimientos, decidamos perdonar como hacemos con otras personas. Y en poco tiempo, veremos cómo recuperamos y disfrutamos del Amor de los comienzos.

Para empezar, y desde ahora mismo, aumenta la admiración por tu pareja. Aprende a ser el más ferviente admirador de tu pareja, cuéntale todo lo que te agrada de él o de ella, alábale su físico, su forma de vestir, cómo cocina, cómo te hace el Amor... Consigue que tu pareja se sienta una persona especial. Resalta y refuerza sus virtudes y logros, y minimiza sus errores.

Por otro lado, comparte más tiempo con tu pareja. Disfruta y hazla disfrutar de estar juntos, compartid vuestros sentimientos y aspiraciones, divertíos juntos, trabajad los dos por conseguir objetivos comunes, compartid vuestros éxitos y apoyaos en los momentos difíciles... Convierte en tu prioridad número 1 disfrutar de vuestra relación. Y recuerda que el Amor de pareja requiere atención, dedicación y tiempo.

Y por último, por ahora…, se más detallista aún con tu pareja. Como siempre decimos por aquí, no es necesario que sea el día de San Valentín, ni su cumpleaños, ni el aniversario desde el comienzo de la relación, para tener algún detalle amoroso. Lo verdaderamente importante es hacerle sentir a tu pareja que la amas. ¿Qué tal si ahora la sorprendes con cualquier cosa…? Aunque estés cansado, es fundamental que seas detallista con tu pareja, y ya verás cómo se te pasa el cansancio…

Hasta mañana, ¿Que no?

Gracias.

martes, 16 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 250. Tan simple como esto...

Hoy no voy a tener que espera a las doce menos cuarto de la noche (como viene siendo habitual) para escribir mi sugerencia romántica de hoy, porque mi amigo... llamémosle, por ejemplo Gustavo para despistar, me lo ha puesto a huevo.

Gustavo me ha llamado hace un rato y hemos hablado de unas cuantas cosas. Y claro, como casi siempre, me ha preguntado que si seguía todavía con la, según él, “tontería esa del blog romántico”. Yo le he dicho que sí, que claro que sigo con la “tontería esa del blog romántico”. Y para ponerme a prueba, me ha preguntado que qué podía hacer esta noche por su chica, llamémosla, por ejemplo Matilde para despistar, y que fuera un detalle romántico.

Inmediatamente, se me ha venido a la cabeza un simple detalle con el que yo saldría “victorioso”, ya que a Matilde le encanta, le chifla, le vuelve loca la tarta de manzana. Así que le he propuesto a Gustavo que se quitara el pijama hortera que siempre se pone cuando llega a casa por las tardes y con el que tiene menos sexapil que una tortuga bailando Break Dance, y que saliera de casa en busca de una buena porción de tarta de manzana con el que sorprender a Matilde... Esto, hasta mi amigo Gustavo podría haberlo hecho fácilmente, y va el cap... y me dice que “sí, claro, a las 22,00h voy a salir de casa a comprar un trozo de tarta de manzana”. Yo, mosqueado le he dicho, “¡serás cap... (me refería a CAPULLO)! ¿Entonces qué vas a esperar para tener un detalle con ella, al próximo 14 de febrero...?”

Por cierto, no preocuparos que le llame “capullo”, porque yo se lo digo 20 veces cada vez que lo veo y, además, él hace gala de serlo. O sea, que en el fondo, esto le pone y todo...

En fin, que hoy no me puedo resistir... Si a tu pareja le gusta la tarta de manzana, o el arroz con leche, o la tarta imperial, o los chupa chups de cola, o una tortuga bailando Break Dance, no lo dudes, sal ahora de casa y ve a buscárselo... La sorprenderás...

Por cierto, a mí me encantan los pastelitos de cabello de ángel.

Hasta mañana y muchas gracias por estar aquí.

PD: ¡Gustavo, CAPULLO!

lunes, 15 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 249. Si lo haces con tus manos y con mucha imaginación e ilusión, le encantará...

Ayer ofrecí una sugerencia romántica especial para hombres... Y esta mañana, cuando me miré al espejo, me dije algo así como: “Eres un estúpido mach...”. Menos mal que antes de terminar la frase conseguí taparme la boca, porque no permito que nadie con perilla me llame “machista”.

Y para colmo, terminé con la propuesta de regalar margaritas violetas. Pero lógicamente, esto si que no iba dirigido sólo a ninguno de los dos sexos... Es más, ¿quién ha dicho que regalar flores es exclusivo del sexo masculino? No obstante, hay que reconocer que no es muy habitual que las mujeres nos regalen flores.

Estoy seguro de que algunas lectoras pensarán que ellas lo han hecho muchas veces y que lo seguirán haciendo muchas más. Pero claro, yo no me refería a ellas, sino a las mujeres que nunca, o casi nunca, lo han hecho. Y para ellas va la sugerencia de hoy, empalmando y complementando la de ayer. Sorpréndelo enviándole flores a su casa, o mejor aún a su trabajo. Y sin son especiales, mejor que mejor.

¿Y qué son flores especiales? Me pregunto a mí mismo. Pues... por ejemplo, las flores hechas con las propias manos; o flores negras, olvidando las connotaciones que pudiera tener ese color; o flores hechas con globos; o flores que venden en algunas floristerías y que no se marchitan nunca, y cuyo nombre ahora no recuerdo (ideales para los varones, que generalmente no hemos solido tener la costumbre de regar las plantas)...

Sugerencia: hazle unas florecitas de papel de colores con tus propias manos, y escóndeselas en cualquier parte de la casa. Cuando llegue del trabajo haz que encuentre un papelito en algún lugar, en la mesa por ejemplo, con alguna adivinanza, para que cuando la descubra tenga que ir a alguna parte, a la habitación por ejemplo, y allí encuentre otro papelito con otra adivinanza que le lleve a otro lugar y así sucesivamente hasta que llegue al sitio en cuestión y encuentre sus flores de papel. Te aseguro que hasta al hombre más “sieso” de España le hará sonreír, le hará sentirse bien, le hará saber que te importa mucho, y te lo agradecerá... Hazlo, pruébalo, y si no te funciona te regalo unas flores de papel...

Hasta mañana. Muchas gracias.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 248. Haz la prueba si tienes dudas...

Todas y todos sabemos que el romanticismo es fundamental para que la relación de pareja sea feliz e inmortal. Pero... ¿existe alguna manera de comprobar si hasta ahora hemos sido suficientemente románticos o si hemos descuidado esta faceta tan importante?

Sí, existe una prueba, que me temo que sólo nos sirve a los varones. Es muy sencilla: cómprale flores a tu chica, y si cuando las reciba te pregunta directamente, o te insinúa que qué te traes entre manos, o qué quieres, o qué hiciste para sentirte culpable... entonces, inequívocamente, no sólo no has sido románticos en el pasado, sino que ahora partes desde el punto menos diez. Pero no te desanimes, empieza ahora mismo, nunca es tarde...

Una sugerencia: regálale margaritas violetas. Ni siquiera sé si existen, pero de existir, deben ser preciosas. Yo por lo menos pienso hacerlo.

Hasta mañana, que espero venir con más tiempo... Y gracias.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 247. Dedica el resto de tu vida a conocerla o a conocerlo...

Él entró en la nueva oficina de la caja de ahorros que han abierto en su barrio para pedir un préstamo, a sabiendas de que no se lo concederían, porque su riesgo financiero había sobrepasado con creces el permitido por cualquier entidad.

El único puesto de trabajo que estaba libre de clientes era el del fondo a la derecha. Así que se dirigió con paso firme hacia aquel sitio. Y a medida que se iba acercando, se daba cuenta de que la empleada que estaba allí sentada era preciosa. Tanto, que prefirió no ser atendido por ella, pero antes de que pudiera frenar su paso, la chica levantó su cabeza y le sonrió invitándole a que se sentara.

Fue inevitable, los vasos capilares de la cara del chico se llenaron de sangre tiñéndola de color bermellón. Y no era el reflejo de la violeta que había en un vaso con agua en la mesa.

- Buenos días –saludó ella con una agraciada sonrisa-.

- Buenos días –contestó él tímidamente-.

- ¿En qué puedo ayudarle?

- Quiero informarme sobre los planes de pensiones que anunciáis en la entrada.

El chico prefirió cambiar de tercio. No quiso pedir el préstamo en aquel momento porque era consciente de que ella le diría que es imposible concedérselo en su situación actual. Pensó que quedaría mal ante ella y por eso se inventó el asunto de los panes de pensiones. Y mientras la bella mujer le explicaba la última promoción, él disimuló haciéndole cree que le interesaba mucho, pero realmente no se enteró de nada; primero, porque el asunto no le importaba; y segundo, porque los ojos de la chica, su pelo y su olor le distraía...

Cuando la mujer hubo terminado, él hizo el ademán de levantarse, lo que provocó que ella diera por finalizada la reunión, se despidieron y él se fue. Pero era incapaz de alejarse de la oficina. Disimuladamente, miraba a través del escaparate. No podía dejar de contemplarla.

Al día siguiente volvió a la oficina con la excusa de abrir una cuenta corriente. No se acercó a ella para que le atendiera porque le daba mucha vergüenza. Se dirigió a otra mesa. Él sólo quería verla. Necesitaba verla.

Al otro día también volvió. Y al otro, y al otro... Se había enganchado a la chica, la cual no se había dado cuenta de nada. Y desde entonces, va a esa caja de ahorros cada día de la semana, menos los viernes, que es cuando le envía un ramo de violetas como la que tenía en el vaso con agua la primera vez.

Ya han pasado casi tres meses y todavía no se ha atrevido a dar un paso más. Él sabe que no se puede amar lo que no se conoce. Él sabe que necesita toda una vida para conocer a una persona. Pero él también sabe que quiere dedicar el resto de su vida a conocerla a ella...

Hasta mañana. Gracias.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 246. ¿Para qué esperar...?

Es habitual que en muchas casas (no en todas) haya reservada una vajilla y una cubertería para las ocasiones especiales: comidas y cenas de Navidad, cumpleaños... Pues bien, tener pareja, estar enamorada o enamorado y ser correspondida o correspondido es tan especial, que también es digno de celebrar en cada día.

Una vez un hombre abrió el cajón de la mesita de noche de su esposa y sacó una cajita de color azul marino brillante. Abrió la caja y dentro había una precioso conjunto de lencería fina. Se sentó en la cama y se puso a contemplar aquella bella prenda. Ella la compró en Palma de Mallorca, en una tienda de lencería importada de Alemania. Y cuando llegaron a casa de las vacaciones la puso en la mesita de noche, y nunca la usó. La reservaba para una ocasión especial. El hombre pensó que aquél era el momento adecuado: su mujer acababa de morir y el conjunto de lencería fina lo puso al lado de la ropa que llevaría a la funeraria.

Hay gente que deja las cosas para “cuando llegue el día”, para “un día de estos”... y esos días no llegan, porque ese día es hoy, es ahora.

Si realmente merece la pena, hazlo ahora mismo, sin más demora. Mañana puede ser tarde. ¿Para qué esperar?

Celebra ahora mismo que amas y eres amada o amado. No esperes a que cumpláis otro año más de pareja. Coged ahora la vajilla y usadla. Y si ya habéis cenado, pues usadla para hacer música junto con los cubiertos...

Hasta mañana. Espero que mañana no sea tarde...

Gracias.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 245. Nunca permitáis que se pierda la chispa, la frescura y la gracia de los detalles sorpresa...

Esta mañana, una persona muy allegada a mí ha recibido una llamada telefónica mientras estaba a mi lado. Yo estaba enfrascado en mi trabajo, sin embargo, a pesar de lo educado y discreto que soy... no pude evitar escuchar parte de la conversación. Se trataba de su novio, que le llamó para preguntarle no sé qué, sobre unas gafas que tenía que comprar no sé cuándo, en no sé dónde... Cuando la conversación telefónica hubo terminado, ella estaba un poco ofuscada, porque su chico la había puesto así, o al menos eso me dijo...

Ella se desahogó conmigo y me lo contó todo. En resumen se trataba de que su novio tenía que ir hoy a comprarle las gafas de sol que a ella le gustaban para que él se las regalara el próximo sábado, que será el día de su santo.

Me imagino la escena... él entregándole a ella un regalo que espera y que ella misma eligió. Confío en que al menos él se haya ocupado de elegir un bonito papel de regalo... De cualquier manera el chico es un gran tipo. Yo lo conozco. Pero... ¿dónde quedó el romanticismo del principio?

Por mucho tiempo que pase, una de esas cosas que no se deben perder jamás es el encanto, el embrujo, el estímulo, la emoción y la inquietud que genera recibir un regalo sorpresa.

En este blog hemos dicho en infinidad de ocasiones que el romanticismo no consiste en regalar cosas materiales. Es más, sabemos que los regalos materiales están en decadencia cada vez más. Lo que nuestra pareja espera de nosotros no son regalos, sino más de nosotros mismos. No obstante, tampoco significa esto que no podamos hacerle regalos. Lo que sí significa es que cuando lo hagamos no debe ser una obligación marcada por el calendario, sino porque nos lo pide el cuerpo. Y por supuesto, tiene que ser una sorpresa inesperada.

Mi consejo de hoy es muy previsible: nunca permitáis que se pierda la chispa, la frescura y la gracia de los detalles sorpresa. Y si habéis caído en las garras de esa mala costumbre de pediros los regalos, nunca es tarde para librarse de ella. La próxima vez que le tengas que hacer un regalo a tu pareja, no sólo no le preguntes que es lo que debes comprarle, sino que debes aparentar que se te ha olvidado. Sólo así volverás a aquellos maravillosos y sorpresivos tiempos. Y si tu pareja te pregunta que qué es lo que quieres o necesitas, no caigas en el error de contárselo. Oblígala a que se “estruje la sesera” en descubrirlo por si misma.

En fin, me imagino sus caras de “sorpresa” el próximo sábado...

Muchas gracias por seguir aquí, y hasta mañana. No me falles.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 244. Que tengas felices sueños...

Hay personas que están deseando que anochezca para poder ir a la cama y soñar... porque en sus sueños es donde se encuentran cada noche con la persona que aman.

Los expertos dicen que existe una alta probabilidad de que una persona sueñe con lo último en lo que piensa justo antes de dormir. También supongo, que una persona sueña con aquello más significativo que le ha ocurrido durante el día. Por tanto, no es de extrañar que soñemos con la persona más especial de nuestra vida, porque por un lado es lo que ocupa nuestra mente durante todo el día y, además, es en lo último que pensamos antes de dormirnos.

Soñar con la persona que amas es maravilloso, pero tiene una parte mala: cuando despiertas y compruebas que no está a tu lado... Pero para hacer más dulce el despertar tras un sueño amoroso, te propongo una idea, que también hará más grato el rato antes de dormirte...

Seguro que sabes de alguna tienda de esas en la que imprimen la imagen que quieras en una camiseta. Por tanto, si pueden hacerlo en una camiseta, por qué no en la funda de tu almohada o en la propia sábana.

Hazle una foto a tu pareja en la que mire al objetivo, para que parezca que te está mirando directamente a los ojos, o bien házsela dormida, o como prefieras. Luego mándala a estampar, por ejemplo, en la almohada. Así cuando despiertes será su cara lo primero que veas. Y si la imprimes en la sábana a todo lo largo, la verás entera.

Otra posibilidad es que te hagas la foto tú misma o tú mismo, y sin que tu pareja lo sepa, le regales una almohada y/o una sábana con tu propia imagen. Así, se la podrás regalar y será tu pareja la que disfrute de tu presencia antes de dormirse y al despertar.

Aunque parezca que este consejo es dificultoso, realmente no lo es. Sólo hay que desear hacerlo...

Hasta mañana y gracias.

martes, 9 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 243. ¡Hoy vamos con otro estudio...!

Sí, así es, hoy vamos con otro estudio...

¿Recuerdas el consejo romántico número 206, del viernes 25 de julio? En aquella ocasión te conté que hoy día se hacen estudios sobre cualquier cosa, y que hay algunos científicos con tiempo libre para realizarlos. Pues bien, hoy me he enterado de que uno de los últimos que se han efectuado, concretamente en Australia, advierte de las consecuencias que acarrea hurgar e investigar en el móvil de la pareja en busca de mensajes de texto “prohibidos”.

Este sondeo australiano revela que uno de cada tres usuarios de teléfono móvil lo hace y, lógicamente, el efecto a veces resulta ser muy amargo. De hecho, el 73% de las curiosas y curiosos se han topado con noticias que hubieran deseado no haber descubierto. Y el 10% acabó finiquitando la relación.

Según este estudio, casi un 60% escudriñan los móviles de sus parejas cuando éstas están en la ducha. Por otro lado, están las personas que lo hacen incluso cuando se encuentran en la misma habitación que su pareja, que conforman más del 40%. Y del total de fisgones, casi el 45% declara que han descubierto flirteos o mensajes con contenido erótico y sexual.

Evidentemente, mucha gente desconfía de su pareja; lo cual, como tantas veces hemos advertido en este blog no es nada bueno ni para la relación ni para ninguno de sus miembros. Si sospechas que tu pareja está haciendo algo “inadecuado” a tus espaldas, lo que debes hacer es hablarlo con ella lo antes posible, con actitud constructiva y amorosa, con respeto y con talante. Si en vez de hacer esto te pones a espiar su móvil, su correo electrónico, su cartera o su bolso, o lo que sea, no vas a solucionar el problema de base, que es de lo que se trata.

Espiar estará bien o mal, puede ser una violación de la privacidad personal o no, o yo qué sé; pero lo que está claro es que se puede transformar en un círculo vicioso del que difícilmente se puede luego salir. En cambio, si se afronta a tiempo se puede evitar.

Y éste es mi consejo de hoy. ¿Qué no es romántico? Bueno, eso lo dirás tú... Léelo otra vez y verás como sí que lo es.

Gracias una vez más y hasta mañana.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 242. ¡Como al principio...!

Ya tenemos los últimos datos estadísticos sobre la duración de las relaciones de pareja. Está claro que los sociólogos quieren contribuir cada año a que la gente crea que la felicidad en pareja tiene una vida limitada.

Las estadísticas dicen que “el Amor no es eterno”. Es más, hasta se atreven a cuantificar su duración: 15 años de media. Éste es el tiempo que las parejas aguantan casadas en España.

“Mujeres y Hombres 2008” es el nombre de la publicación que acaba de editar el Instituto Nacional de Estadística (INE), y es el estudio en el que se recogen todos los datos referentes a las rupturas de los matrimonios.

Bueno, yo cada día saco el estudio “Un consejo romántico nuevo cada día”, con el que trato de demostrar que el Amor puede (y debe) ser eterno, a menos que uno de los miembros (o los dos) de la pareja no lo crea como yo.

Y es tan fácil lograr que así sea, que no entiendo cómo a veces... En fin, la clave esta en vivir intensamente la relación y reinventarla cada día. Hay que divertirse como al principio, de cualquier manera, con cualquier cosa: visitar los lugares aptos para amantes; compartir las aficiones de ambos; disfrutar con las amigas y los amigos de ambos; hacer deporte juntos; hacer el Amor “juntos” y cada día (repito: hacer el Amor juntos y cada día); disfrutar juntos del tiempo libre; crear gustos y aficiones parecidas si no los tenéis; sorprenderla o sorprenderlo también cada día...

Os propongo un plan diferente, especial y divertido, pensado para las parejas que, según el estudio “Mujeres y Hombres 2008”, están cercanas a la separación porque ya llevan unos cuantos años juntos...

No lo he inventado yo, de hecho no es nada novedoso, algunas y algunos lo llaman la “noche don’t stop”.

Si ya hace tiempo que no disfrutáis de una noche de pasión, de esas en las que el reloj no existe y sólo importa estar juntos y disfrutar el uno del otro, prepárale un “plan don’t stop” sorpresa. Sólo dile que se ponga guapa o guapo y queda con ella o con él en algún sitio que no sea vuestra casa (nunca en casa), por ejemplo, en un local donde comenzar tomando un aperitivo. Después, id a cenar a un lugar especial, donde la comida también sea especial o diferente, mejor si incita a comer con las manos, y por supuesto, no debe faltar el vino. Luego, hay que ir a tomar la primera copa a un local tranquilo. Después, cuando juntos hayáis llamado al dios del deseo (algunos lo llaman Eros, otros Siva, otros Kamadeva...) y éste haya llegado y esté pululando por el ambiente, ni se os ocurra iros a casa, sino a la habitación de hotel que tú habrás reservado sin que tu pareja lo sepa.

Terminad vuestra “noche don’t stop” con un desayuno-almuerzo, ya que seguro que os levantaréis muy tarde y con mucha hambre. Nada mejor que un desayuno largo para reponer fuerzas y continuar juntos, si es posible.

¿Ves como no he dicho nada nuevo? Simplemente lo he presentado de forma sofisticada para animaros, pero ya lo hacíais al principio de vuestra relación... ¿verdad?

Hasta mañana, que me voy a cenar. Tengo un hambre...

Gracias.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 241. ¡Disfrútala desde ahora mismo...!

Hay parejas en las que las dos personas viven juntas, y no son felices... Y cuánto darían otras por poder vivir juntas...

Hay parejas en las que las dos personas se ven cada día, y no son felices... Y cuánto darían otras por poder estar juntos cada día...

Hay parejas en las que las dos personas sólo se ven de vez en cuando, y no son felices... Y cuánto darían otras por poder verse alguna vez, porque todavía ni se conocen...

Hay parejas en las que las dos personas no se conocen todavía, pero pronto se van a conocer, y no son felices... Y cuánto darían otras personas por tener una pareja a la que darle el Amor que le tiene reservado...

En fin, sea cual sea tu situación, disfrútala desde ahora, sin esperar a que sea mejor, porque también podría ser peor... Además, tal vez algún día, cuando mires hacia atrás, te darás cuenta de desaprovechaste el tiempo del que disponías...

Hasta mañana, y gracias.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 240. Menos es más...

Mañana es domingo, un día perfecto para preparar un espectacular desayuno sorpresa.

¿Recuerdas que el pasado viernes 29 de febrero en el consejo romántico número 59 preparamos un delicioso desayuno para nuestra pareja? Aunque luego, unos días después, el jueves 13 de marzo, en la sugerencia número 72, dijimos que también vale algo más sencillos, siempre que se haga con Amor; como por ejemplo, unas tostadas, cereales, café, leche y un zumo natural de frutas.

Bueno, pues hoy lo haremos más sencillo aún para la mañana de (valga la redundancia) mañana domingo…

¿Qué te parece más romántico, decirle a tu pareja que estás preciosa justo cuando está estrenando un elegante vestido de noche o decirle lo hermosa que es cuando ella se acaba de despertar, toda despeinada y con las marcas de al almohada en la mejilla...? Obvio.

Cuando os despertéis dentro de unas cuantas horas, no lo dudes… sorpréndela. Bueno, o sorpréndelo. Este es uno de esos detalles unisex, como la peluquería de mi querido amigo Javier.

Hasta mañana y muchas gracias por estar aquí ahora mismo. Ojalá vuelvas…

viernes, 5 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 239. Hoy ni siquiera lo pienses. ¡Actúa ya!

Buenas noches...

Creo que me he despedido algunas veces con un “buenas noches”, pero nunca he comenzado así. Es más, ahora que lo pienso, creo que nunca he saludado al llegar, sino que simplemente me he puesto a improvisar y punto...

Buenas noches...

Ya casi estamos llegando al ocaso de este día; incluso me temo que me voy a pillar los dedos con la hora como siga enrollándome y no vaya al grano... Y no quiero faltar a mi compromiso de “uno nuevo cada día”.

Buenas noches...

Hoy seré breve, porque mira qué hora es...

Estoy seguro de que en la mayoría de los consejos que he dado hasta ahora, he logrado hacer reflexionar a algunas personas, he conseguido cambiar algunas actitudes en otras, romper algunos malos hábito en otras tantas, y espero que algunas cosas buenas más. Sin embargo, lo que realmente me hubiera gustado conseguir es incitar, a todas y a todos, a la acción inmediata; es decir, me hubiera encantado lograr que os hubierais levantado después de leerme para que os pusierais manos a la obra. Por eso, hoy no voy a desear que lo hagáis, sino que os lo voy a pedir. O no, mejor os lo voy a rogar. Mejor aún, os lo voy a suplicar. Y si no fuese porque estoy escribiendo delante del ordenador, lo haría de rodillas... Así que, por favor, en cuanto acabes de leer este consejo, levántate e inmediatamente haz algo amoroso por tu pareja o por la persona que amas. Por ejemplo, dale un delicioso beso y un dulce abrazo, si está cerca de ti; envíale un mensaje de texto a su móvil, o llámala, si no está contigo; haz algo ahora mismo, lo que sea, cualquier cosa, pero no te quedes inmóvil. No esperes más. Incluso levántate ahora y deja de leerme. Ya lo harás luego, cuando haya hecho lo verdaderamente importante... ¡Venga, no seas perezosa ni perezoso!

Hasta mañana, buenas noches. Mañana estaré aquí una vez más... Y a ver qué pasa.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 238. Cuando cometas un error, primero aprende la lección, y luego demuestra que la has aprendido...

Él estaba arreglando la moto en el garaje. Las manos las tenía llenas de grasa, y justo cuando ella entraba para preguntarle que a qué hora iban a salir para dar un paseo, él estaba limpiándose las manos con un trapo que antes era blanco y que ahora estaba casi negro...

Ella, bastante fastidiada por lo que acababa de ver, no esperó a que él le respondiera a su pregunta y se fue a casa de nuevo para acabar de preparar la comida.

Cuando el chico terminó con la moto, subió a casa para lavarse las manos, y al pasar al lado de su chica, intentó darle un beso pero ella se apartó. Él, aparentemente, no entendía nada de lo que estaba pasando. Sin embargo, ella parecía tener un motivo bien claro para que su actitud cambiara tan repentinamente...

Entre los dos pusieron la mesa al unísono, aunque ella parecía muy enfadada y no participaba de las conversaciones que él trataba de sacar. Se sentaron a comer. El ambiente se podía cortar con un cuchillo. Y cuando ella no pudo aguantarse más, estalló diciendo: “Lo has vuelto a hacer...”. A lo que él contestó: “¿Qué he vuelto a hacer? No entiendo nada, cariño”. Y ella repuso: “No me llames cariño. La semana pasada te cargaste una de mis toallas preferidas para sacarle brillo al dichoso tubo de escape de la moto; y hoy he visto que te estabas limpiando las manos con una de las camisetas que me gusta usar para dormir”. El chico bajó la mirada y dijo: “Lo siento, cielo, no me he dado cuenta”.

Ella se levantó de la mesa bruscamente y dijo mientras se dirigía al cuarto de baño: “Si me quisieras pensarías más en mí y te darías cuenta de las cosas”.

Ella estuvo unos veinte minutos en el aseo, y a él le dio tiempo suficiente para quitar la mesa y recoger la cocina. Y justo cuando se iba a sentar en el sofá para esperarla, ella salió, se dirigió a la cama y se acostó. Notó un bulto extraño debajo de la almohada, así que se incorporó y miró que era aquello. Y cuál sería su sorpresa cuando comprobó que el bulto aquél era un camisón de raso negro con una nota que decía: “Mi Amor, por las noches me despierto sólo para mirarte y siempre pienso que eres demasiado bonita para dormir con una simple camiseta, así que...”.

En fin, a veces las cosas no son como parecen...

Hasta mañana, y gracias.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 237. Cuando necesites una aspirina para el alma...

Son las tantas de la noche y llevo aquí en la oficina desde esta mañana temprano. Hoy es uno de esos días en los que cuando haces balance, el resultado es negativo: he discutido con unas, me he desprendido de otros… Todavía estaré aquí unas cuantas horas más, porque el deber me lo exige y porque soy “putónomo”. No obstante, y como cada día, estoy aquí en mi rinconcito del Amor, porque a pesar de que la jornada haya sido dura, siempre hay motivos para seguir siendo romántico. Y es que realmente tengo un gran motivo para seguir siéndolo… ¿A que sí?

Creo que sin haberlo pretendido, ya en la introducción anterior, he dado una buena sugerencia romántica. Y como hoy dispongo de muy poco tiempo, no me andaré por las ramas, así que la repito y me marcho para seguir trabajando…

A pesar de los pesares y a pesar de cualquier habitar nunca dejes de ser romántica ni romántico. Cuando te sientas mal, cuando sientas que necesitas una aspirina para el alma… párate a pensar y siempre encontrarás a quien hacerle una visita o una llamada romántica que te aliviará para seguir adelante. Para algunas y algunos, su pareja; para otras y otro, la persona con la que sueñan cada noche; pero siempre existe alguien a quien acudir...

Nadie ni nada debe tener tanto poder como para lograr que el romanticismo te abandone ni por un segundo.

Hasta mañana, y gracias por leer esto.

martes, 2 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 236. Las apariencias engañan...

Por fin quedaron para cenar. Era su primera cita. Y aunque el restaurante se encontraba en la localidad en la que vive ella, él se encargó de elegirlo, por ser el más adecuado para esa mágica noche, y porque además, ella nunca había estado en ese restaurante.

La velada fue maravillosa. No paraban de charlar, de reír, de mirarse… Estaban tan a gusto que en la mesa de al lado tuvieron tiempo de cenar tres parejas, con los postres incluidos. Sin embargo, ellos permanecieron allí durante casi tres horas. En total se tomaron dos botellas enteras de un rico vino tinto de Ribera del Duero.

Cuando terminaron, fueron a un pub que estaba en el centro de la ciudad. Y aunque ninguno de los dos solía beber alcohol, decidieron tomar una copa de trago largo. El ambiente era cálido, amenizado con música chill-out, y en el local había la gente justa, ni más ni menos.

Allí estuvieron una hora aproximadamente; tiempo suficiente para tomarse en total dos copas y media. Él era bastante más corpulento que ella, por eso, el alcohol no le provocó nada, no obstante, hizo estragos en la chica. Ella comenzó a sentirse mal. ¡Qué pena! La velada prometía prolongarse durante toda la noche. De hecho, él tenía previsto pasear por la playa y estar junto a ella hasta el amanecer. Sin embargo, ella se encontraba cada vez peor…

Se montaron en un taxi y la ruta prevista era ir primero a la casa de ella, desde donde él continuaría hacia el hotel en el que estaba alojado. Sin embargo, cuando llegaron a la puerta del portal de la chica, ésta estaba tan mal que casi no se podía sostener por sus propios medios, así que el chico pagó la carrera al taxista, la cogió en sus brazos, rebuscó en su bolso hasta encontrar las llaves y entraron en la casa.

Era la primera vez que él entraba en esa vivienda. Estaba decorada con mucho gusto, y olía muy rico, como ella… Y como pudo, encendió la luz del salón, y por fin encontró el dormitorio. La cama estaba hecha de forma impecable, y la posó encima muy despacito. Ella no se movía, aunque respiraba. Su aliento no olía a alcohol, sino muy delicioso. Tuvo que hacer un gran esfuerzo para no besarla…

Por la mañana, cuando ella despertó, con el pelo alborotado, con los ojos hinchados, pero tan hermosa… él había preparado un rico desayuno que estaba perfectamente presentado sobre la mesa del comedor…

Ella le preguntó que qué había pasado la noche anterior, y él se lo explicó, aunque no con detalles: habían cenado, habían bebido, a ella le sentó muy mal el alcohol, él la trajo a su casa, la desnudó y la acostó en su cama…

La pobre estaba avergonzada. No conocía los detalles de lo ocurrido. ¿Qué habría pasado durante toda la noche? Y se sentía responsable de lo que hubiera ocurrido. Por fin, cuando con un gesto picarón se atrevió a sacar el tema, él se limitó a sonreír y a dejar que la imaginación de la chica volara. Ella se temía lo peor, y pensó que “todos los hombres son iguales”. Sin embargo, lo que ella no supo es que él la desnudó sin tocar su piel, con los ojos casi cerrados y a oscuras. Ella tampoco sabe que él no la tocó (no por falta de ganas…), excepto el beso que le dio en su frente antes de arroparla. Ella no sabe que el no se acostó a su lado, sino que se quedó sentado en el butacón contemplándola. De vez en cuando, le quitaba el pelo de su carita, para verla mejor. Otras veces le rozaba sus labios, pero con su mano. Ella estaba tan hermosa, allí dormida en su cama tapada con una suave sábana blanca. Hacía calor, por eso, para que ella estuviera cómoda tapada con la sábana y no se la viera en ropa interior, él encendió el aire acondicionado. Él se moría por verla casi desnuda, pero seguro que a ella no le hubiera agradado, por eso, imperaba la fuerza del caballero por encima del instinto del hombre. El la contempló casi hasta el amanecer, hasta que le venció el sueño. Ella no sabía que había pasado. Ella no sabía que él había empezado a amarla, y que por eso la respetó tanto.

Todos los hombres no somos iguales.

Gracias. Hasta mañana.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 235. La memoria es algo que se ha inventado para olvidar cosas importantes...

¿Cuántas veces se te ha ocurrido algo, has hecho el esfuerzo de memorizarlo y cuando has acudido al disco duro de tu cabeza, la información que buscabas ya se había esfumado...?

Es curioso, pero parece que la memoria es algo que se ha inventado para olvidar cosas importantes, ¿verdad?

Por eso, el pasado viernes 9 de mayo, en el consejo romántico número 129, te dije que es muy efectivo llevar encima siempre una libretita donde anotar todas las ideas fugaces que se nos vayan ocurriendo. Así, además de recordarlas siempre, nos ayuda a adquirir el hábito de no coartar nuestra creatividad cada vez que nos venga algún pensamiento en forma de idea, por muy descabellada que ésta pareciese a priori.

¿Y qué te parece si coges otra libreta, decoras su carátula con una foto de vosotros dos (o cómo te de la gana), y anotas en ella, por un lado los mejores momentos con tu pareja y por otro, los momentos menos gratos...? Así, de vez en cuando, como mínimo una vez a la semana, os sentáis delante de una rica taza de café (o de lo que os de la gana) y analizáis vuestras anotaciones.

Hay gente que se queja de que no tiene tiempo para conversar con su pareja. Lógicamente, esta gente sólo pone una excusa, porque tiempo hay suficiente para todo, y más para ese importante menester... También hay gente que se queja de que cuando por fin encuentra ese ratito, no sabe de qué hablar. Y lógicamente, esta gente no ha probado aún lo de las anotaciones en la libretita...

Con una libretita con anotaciones sobre la relación siempre tendremos tema de conversación: podremos analizar cómo evoluciona nuestra relación, las cosas buenas las podremos mejorar y las menos buenas las podremos corregir. Y siempre con la seguridad de que ningún aspecto importante se nos olvidará. No confíes en tu memoria y anota... ¿Que no?

Gracias por seguir aquí un día más. Te espero aquí mañana.