- ¡Cariño! –gritó Miguel desde la cocina para llamar la atención de Mayte que estaba en el dormitorio principal-.
- ¿Qué quieres cielo? –contestó ella entrando en la cocina-.
- La lavadora se ha estropeado –dijo Miguel-. Menos mal que tenemos toda la colada hecha. Sólo pretendía lavar este pantalón para llevármelo mañana de viaje.
- ¡Jo!, no me recuerdes que te vas mañana. Precisamente mañana viernes, el día de mi cumple. Tenía tantas ganas de pasar contigo todo el fin de semana desde mañana por la tarde.
- Lo siento mi Amor, pero ya sabes que me voy obligado. A veces, el trabajo te complica la vida. Pero te prometo que te compensaré la próxima semana.
Ella se acercó a él y con la cara algo triste, lo abrazó y lo besó en silencio.
- Bueno, voy a llamar al técnico de la lavadora para que venga a arreglarla lo antes posible, ¿vale cielo? –propuso Miguel mientras la abrazaba-.
- De acuerdo –contestó Mayte separándose de él-.
Después de hacer una llamada de teléfono al servicio de reparaciones de la marca de la lavadora, Miguel le comunicó a Mayte que el técnico vendría mañana por la tarde a las 17,00 h.
El viernes por la mañana, justo después de que ambos se despertaran, hicieron el Amor, como de costumbre; luego se ducharon juntos y desayunaron. Y tras el desayuno Miguel se despidió de Mayte con un fuerte abrazo y un millón de besos. Se volverían a ver el domingo por la noche. Ella estaba muy triste, porque tendría que pasar el fin de semana sin su chico.
- Bueno mi Amor, te deseo un felicísimo día de tu cumpleaños. Sal por ahí y diviértete con tus amigos. Pasado mañana por la noche estaré de vuelta y te daré tu regalo.
- No creo que salga. Me hice a la idea de pasar el fin de semana contigo, así que me quedaré en casa ordenando mis cosas, que falta me hace...
- Te recuerdo, cariño, que esta tarde viene el técnico de la lavadora. No le pagues nada, porque todavía estamos en período de garantía.
- Quédate tranquilo mi Amor, lo esperaré aquí.
Ambos se fueron a sus respectivos trabajos. Miguel tenía que salir de viaje al medio día, por eso no podían comer juntos.
Mayte llegó a su casa a las 14,35h y se preparó algo ligero para comer. Estaba tan agotada que después de recoger la mesa se acostó en el sofá y durmió la siesta hasta las 16,30h, hora en la que se prepararía para atender al técnico de la lavadora.
Le esperaba una tarde larga, sin Miguel, y sin haber podido preparar una alternativa para celebrar su cumpleaños.
“Din don”... Sonó el timbre de la puerta.
- Será el técnico –pensó Mayte mientras miraba su reloj de pulsera-. ¡Vaya, qué puntual...!
Miró por la mirilla de la puerta, pero no veía nada a través de la misma, así que antes de abrir preguntó: “¿Quién es?”
- El técnico –se oyó al otro lado con una voz grave-.
Así que ella abrió la puerta. El técnico era un hombre guapísimo. Al menos a ella se lo parecía. Traía una caja en la mano izquierda. Él dejó la caja en el suelo y la abrazó apasionadamente como si se conocieran desde hace mucho tiempo...
La lavadora no se estropeó, fue Miguel que la desconectó de la red. La llamada que Miguel hizo al técnico era una llamada ficticia. Tampoco se tuvo que ir de viaje. Él no permitiría jamás que un día como el aniversario de su chica no lo pasaran juntos. Y el técnico era Miguel. ¡Ah!, y en la caja que portaba él había una tarta riquísima de chocolate de 12 porciones...
– ¡Feliz cumpleaños, mi Amor! –dijo Miguel–.
– Te Amo –contestó ella mientras se enjugaba las lágrimas de las mejillas–.
Hasta mañana. Gracias.
viernes, 18 de abril de 2008
Consejo romántico número 108. ¡Feliz cumpleaños!
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4 comentarios:
Me voy pitando del trabajo, pero no sin antes mirar tu blog Manu. Y ver que Feliz Cumpleaños y nunca mejor dicho Feliz le celebró Miguel a Mayte. Y además buena idea esa de sorprender a tu chic@. Menos mal que para mi cumple queda poco ... ahora necesito q mi chico sea un poco más Miguel jejejejej.
Hola! Hoy he vuelto a incorporarme al blog, esta semana he estado muy liada y no he podido conectarme. Bonito cumpleaños, jejeje. Besos para tod@s y el más fuerte para Manu.
Manu, eso no pasa en la vida real, para que eso suceda, tendrias que dar cursos intensivos de 24 horas a todos, todos, todos los hombres y enseñarles a ser un poquito como tu, que eres "mu güai". Besitos.
Anoche me acordé, que hace unos años, recibí una llamada telefónica, era un chico que me decía:
Hola¡¡ te llamo del concurso nuevo que han puesto en el programa de Carlos Herrera, te ha tocado una cena en el restaurante La Cueva, ve sola, porque tu acompañante te estará esperando allí.
Mi sorpresa fué mayúscula por varios motivos, entre ellos, yo no sabía que en el programa de C.H. existiese un concurso, en caso de que existiera, yo no había llamado y además, no tenía pareja ¿quien iba a ser mi acompañante?.
Aún así, me tentaba la aventura ya que yo soy aventurera por naturaleza, así que esa noche, me arreglé, no mucho, lo justo para estar "bien" y me fuí a lo que prometia al menos ser una noche diferente.
Cuando llegué, me sentaron en un saloncito con una mesa en el centro, con un gran ramo de rosas rojas preciosas de las que pendia una nota: "Gracias por haber venido,estas preciosa. Si hubiese soñado con una mujer y un momento especial, la mujer hubieses sido tu... el momento cualquiera, porque a tu lado todos los momentos son especiales"
Fue una noche inolvidable, y ahora me pregunto ¿porque la olvidé? de esto hace unos cuantos años y sinceramente me acabo de acordar hace unas 15 horas. Será porque el hombre que hizo eso aquel día, desapareció al poco tiempo y en su cuerpo se instaló el que hoy vive conmigo, a veces romántico, a veces no... Pero nunca aquel.
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