Ayer dejaba para la reflexión una serie de preguntas. Entre ellas, la de si existe la pareja perfecta.
Bajo mi humilde punto de vista, efectivamente, sí existen las parejas perfectas, pero precisamente son los desacuerdos los que las hacen ideales y perfectas. La idea de que la relación perfecta es aquélla que no tiene conflictos es, afortunadamente, errónea. De hecho, cuando en una relación de pareja las dos personas siempre están de acuerdo y nunca discuten, es porque una de las dos sobra en la relación. Tampoco estoy diciendo que las parejas perfectas son aquellas que siempre están a la gresca.
Las personas son todas diferentes unas de otras. Pero precisamente esas diferencias, lejos de ser lo que nos haga incompatibles, son lo que nos debe hacer complementarias. Por supuesto, quede claro que estamos hablando de parejas que están constituidas por dos personas, mutuamente adecuadas. Dicho de otra manera, para ser felices en pareja hay que partir de la premisa de que la persona que amamos es la adecuada. Porque aunque todo el mundo es maravilloso (mientras no se demuestre lo contrario), la unión de dos maravillosas personas puede no dar como resultado una maravillosa pareja. En unos de los capítulos de mi libro, hablo precisamente de la importancia de elegir a la persona adecuada.
Pero si creemos estar con la persona apropiada, ambos tenemos que tomar la decisión consciente de disfrutar de y con nuestra pareja, y hacer de nuestra relación la mejor vida en común posible. Asimismo, debemos contemplar los conflictos como una forma de acercarnos a la persona amada y a una misma o uno mismo.
A veces nos quejamos (sobre todo las mujeres) de que nuestra pareja no nos escucha. Y a veces, esto sucede porque nos pasamos el tiempo regañándole y exigiéndole cosas, dándole lecciones de comportamiento, reprochándole cada conducta... Si queremos que nuestra pareja nos escuche, no le hablemos de ella, porque todo eso ya lo sabe,... Hablémosle mejor sobre nosotras mismas o nosotros mismos: sobre nuestras necesidades, nuestros deseos, nuestras expectativas, nuestras preocupaciones... Y en vez de sermonearla por lo que hace mal, mejor digámosle lo que sentimos cuando hace algo que no nos agrada. Con este simple cambio de actitud nuestra comunicación será mucho más efectiva.
Es conveniente y sano para la relación hablarle de todas esas cosas que nos dan miedo contar y que nos causa dolor. Así, los problemas se convierten en una oportunidad para descubrirnos y conocernos mutuamente; en definitiva, para que ambos aprendamos a solucionar los conflictos y a conseguir que no se repitan en un futuro.
En cambio, reprochar no enseña nada a ninguno. Porque la persona amonestada se pondrá a la defensiva y no reconocerá nada; y la persona que critica no descubrirá cuál es su parte de la responsabilidad en lo sucedido. Y lo peor de todo, es que esta actitud culpabilizadora termina por destruir la relación.
Por tanto, mi consejo romántico de hoy es: en vez de sermonear, de reprochar, de acusar, de criticar, en definitiva, en vez de hablarle a nuestra pareja de ella misma, hablémosles de nosotros, es decir, de lo que necesitamos, deseamos, esperamos, nos molesta, nos causa dolor... Por ejemplo, evita reproches del tipo: “Siempre llegas tarde. Si me quisieras querrías estar conmigo, en cambio prefieres estar por ahí con tus amigos tomando cervezas”. Di mejor: “Me encanta que estemos juntos, por eso, cuando llegas tarde te echo tanto de menos y me siento sola y triste. Por favor, intenta llegar un poco antes a casa, cielo”. Expresándonos de esta manera no acumulamos resentimientos ni causas no expresadas y enquistadas.
Hasta mañana. Buenas noches.
¡Ah!, y gracias.
Bajo mi humilde punto de vista, efectivamente, sí existen las parejas perfectas, pero precisamente son los desacuerdos los que las hacen ideales y perfectas. La idea de que la relación perfecta es aquélla que no tiene conflictos es, afortunadamente, errónea. De hecho, cuando en una relación de pareja las dos personas siempre están de acuerdo y nunca discuten, es porque una de las dos sobra en la relación. Tampoco estoy diciendo que las parejas perfectas son aquellas que siempre están a la gresca.
Las personas son todas diferentes unas de otras. Pero precisamente esas diferencias, lejos de ser lo que nos haga incompatibles, son lo que nos debe hacer complementarias. Por supuesto, quede claro que estamos hablando de parejas que están constituidas por dos personas, mutuamente adecuadas. Dicho de otra manera, para ser felices en pareja hay que partir de la premisa de que la persona que amamos es la adecuada. Porque aunque todo el mundo es maravilloso (mientras no se demuestre lo contrario), la unión de dos maravillosas personas puede no dar como resultado una maravillosa pareja. En unos de los capítulos de mi libro, hablo precisamente de la importancia de elegir a la persona adecuada.
Pero si creemos estar con la persona apropiada, ambos tenemos que tomar la decisión consciente de disfrutar de y con nuestra pareja, y hacer de nuestra relación la mejor vida en común posible. Asimismo, debemos contemplar los conflictos como una forma de acercarnos a la persona amada y a una misma o uno mismo.
A veces nos quejamos (sobre todo las mujeres) de que nuestra pareja no nos escucha. Y a veces, esto sucede porque nos pasamos el tiempo regañándole y exigiéndole cosas, dándole lecciones de comportamiento, reprochándole cada conducta... Si queremos que nuestra pareja nos escuche, no le hablemos de ella, porque todo eso ya lo sabe,... Hablémosle mejor sobre nosotras mismas o nosotros mismos: sobre nuestras necesidades, nuestros deseos, nuestras expectativas, nuestras preocupaciones... Y en vez de sermonearla por lo que hace mal, mejor digámosle lo que sentimos cuando hace algo que no nos agrada. Con este simple cambio de actitud nuestra comunicación será mucho más efectiva.
Es conveniente y sano para la relación hablarle de todas esas cosas que nos dan miedo contar y que nos causa dolor. Así, los problemas se convierten en una oportunidad para descubrirnos y conocernos mutuamente; en definitiva, para que ambos aprendamos a solucionar los conflictos y a conseguir que no se repitan en un futuro.
En cambio, reprochar no enseña nada a ninguno. Porque la persona amonestada se pondrá a la defensiva y no reconocerá nada; y la persona que critica no descubrirá cuál es su parte de la responsabilidad en lo sucedido. Y lo peor de todo, es que esta actitud culpabilizadora termina por destruir la relación.
Por tanto, mi consejo romántico de hoy es: en vez de sermonear, de reprochar, de acusar, de criticar, en definitiva, en vez de hablarle a nuestra pareja de ella misma, hablémosles de nosotros, es decir, de lo que necesitamos, deseamos, esperamos, nos molesta, nos causa dolor... Por ejemplo, evita reproches del tipo: “Siempre llegas tarde. Si me quisieras querrías estar conmigo, en cambio prefieres estar por ahí con tus amigos tomando cervezas”. Di mejor: “Me encanta que estemos juntos, por eso, cuando llegas tarde te echo tanto de menos y me siento sola y triste. Por favor, intenta llegar un poco antes a casa, cielo”. Expresándonos de esta manera no acumulamos resentimientos ni causas no expresadas y enquistadas.
Hasta mañana. Buenas noches.
¡Ah!, y gracias.
5 comentarios:
Muchas personas deseamos la mujer o al hombre perfecto, alguien con quien compartir el tiempo, los sueños, los buenos momentos y las experiencias crudas de la vida.
Hoy a mi corta edad, se que eso perfecto que deseamos no existe mas que en la mente y en la necesidad de cada uno de nosotros, es por eso que comparto mis experiencias propias, y a lo mejor alguno de ustedes pueda identificarse conmigo y comprenda lo que trato de decir.
En mi vida hasta hace unas semanas he compartido momentos con siete chicos diferentes, tres que aunque suene cruel, fueron para llenar un vacío en mi corazón, y los otros cuatro marcaron una diferencia enorme en mi vida.
Mi primer novio el amigo incondicional, el día que me declaró su cariño hacia mi no lo podía creer, acepté pues él había sido un buen amigo, era mi primera experiencia de esas.
La relación no era lo que esperábamos pues los dos éramos primerizos, así que no sabíamos muy bien que hacer, así que no funcionó y decidimos seguir siendo amigos.
Hoy en día el es el mejor amigo que yo pudiera tener.
El segundo fue un poco después, fue mi primer amor, con el sentí por primera vez la ternura que se puede trasmitir con un beso, la tranquilidad de un abrazo, la sinceridad en el TE AMO, con el pasé momentos realmente lindos.
Pero como era de esperarse, tuvimos que tomar caminos diferentes y el amor tan tierno que teníamos desapareció para convertirse en un imposible, pero un cariño incondicional, pues las circunstancias nos llevaron a tomar decisiones diferentes.
Hoy en día seguimos escribiéndonos contando uno con el otro, pues hay un cariño muy profundo y una confianza enorme.
El tercero un error, no hay mucho que decir, pues lastimé el corazón de una persona que me quería de verdad, créanme fue algo feo para mi también, porque me sentí la peor de las mujeres por jugar con sus sentimientos.
Eso es algo que jamás volveré a hacer. No he vuelto a saber nada de él.
El cuarto el amor de mi vida, deseaba que fuera el último. Con él ha sido mi relación más larga y más bella.
Tenemos una extraña conexión, sabíamos mucho del otro como sentíamos, que sentíamos.
Entre él y yo no había secreto alguno, sabíamos hasta lo mas íntimo uno del otro, esas cosas que ni a tus mejores amigos cuentas, de verdad conocí con el lo que significa AMOR, en todos los aspectos que eso abarque.
Se que él muy a su manera desea lo mejor y la felicidad para mi, sin duda lo cumplió hasta el día que me dejó, él ha sido mi única decepción, pues el amor que decía y demostraba tenerme tembló ante la distancia y los cambios impuestos por una tontería, y la separación física y emocional fue inevitable.
Aun puedo decir que duele recordarlo pues la frase YA NO TE AMO, me dejó un recordatorio que me dice “nada es para siempre” y no todo el mundo del amor es color de rosa.
Hoy le extraño tanto, le tengo un gran cariño y admiración, pues supo enfrentarse y responder a la responsabilidad de un hijo, tal y como lo imaginé y solo deseo para él felicidad absoluta. Aunque no sea a mi lado.
El quinto fue el prohibido, ya que de cierta manera siempre nos supimos familia, y la verdad lo somos.
Desde que lo recuerdo, siempre fue lindo conmigo solo que de grandes fue distinto. El volvernos a encontrar llenó nuestros corazones de emoción, y la verdad nos gustamos mucho, pero eso no trascendió como esperábamos, pues los lazos que nos unen son de sangre y preferimos dejar las cosas como antes.
Hoy él es casado, y seguimos siendo los primos lejanos que nunca debimos dejar de ser.
El sexto, el casado, bueno yo no lo sabía, empecé a averiguar y resultó cierto, me hizo sentir como algo que yo nunca imaginé, solo quería que fuese la otra, claro él no me lo dijo con esas palabras, pero lo propuso y obviamente lo rechacé.
Desde ese día la relación cambio y le deje de hablar, el día de hoy ni el saludo no tiene caso.
El séptimo la ilusión, solo llegamos a donde todo es miel y felicidad...
Una vez mas la distancia se hacía presente, y el pasado de él regresaba para separarnos, esta relación de cierta manera estaba destinada al fracaso, pero valió la pena intentarlo pues conocí a una de las personas mas lindas de este planeta, es por eso que yo empecé a enamorarme de él, y lo extraño mucho, todo empezó, pasó, y terminó rápido.
Pero dejó en mi una huella muy grande en tan poco tiempo, porque me hizo creer de nuevo.
Aunque terminó, me siento bien con lo que di de mi y recibí.
Es fácil recordar ¡Es difícil volver atrás y sentir tantas cosas diferentes por cada uno al mismo tiempo! Pero agradezco a cada uno por los momentos en los que me hicieron vivir cosas lindas e increíbles.
Todos los hombres son diferentes y las mujeres también lo somos, no existe la pareja perfecta, porque si existiera sería demasiado aburrido, monótono, y el amor sin tropiezos simplemente no sabe bien.
Espero que les sirva de algo mis experiencias y encuentren a la persona que se merezca besar sus labios, y tocar sus corazones, para que el paso por esta vida tenga sentido.
Buenas anonimo, me parece super emocionante leerte y creo que este es el blog ideal para poder hablar de amor y con ello tambien de lo contrario, del desamor. Que aunque cueste tambien está muy cerca de nosotros.
Yo con el libro de Manu he aprendido muchas cosas y entre ellas algunos motivos por lo que mis relaciones anteriores no funcionaron.
Todo esto que el lleva acabo de los consejos romanticos, yo que tengo el libro lo tengo como un extra a la relación, pero no por ello todo esto hace que la relación sea eterna.
Personalmente recomiendo el libro porque a mi me ha ayudado bastante, y al igual que a tí Anonimo, la vida tambien me fue poniendo trabas y piedras y todo los obstaculos que puede poner. De todos modos pienso que eso me ha servido para llegar a la relación que actualmente tengo.
Me ha encantado como lectora fiel que soy de este blog leer a alguien que aunque no sabemos su nombre (anonimo) está aki y nos ha abierto su corazón.
Espero tengas suerte en el amor y todo lo anterior te sirva algun día para que todo que te mereces te lo de la vida
Saludos ... y Manu ya el consejo de hoy lo leeré mañana jejejeje, besitos
Hola Manu! Te leí el otro día en el periódico Notici@s Locales y me gustó mucho la entrevista, muy interesante y didáctica. Veo que estas lleno de proyectos! Cuenta conmigo y con mi chico para el finde semana romántico que quieres organizar en un hotel en Cádiz!!!
¡qué gran idea!
Un besote!
Hola,en primer lugar me ha encantado lo que nos ha contado anónimo ( por lo menos has conocido el amor, de una manera o de otra)
Y sobre el consejo de hoy,yo lo he hecho durante años,ningun reproche, todo lo contrarío...cuanto más le decía: "Ven pronto,no me gusta estar sola, te he preparado algo que te va a encantar"...más tarde venía...por lo tanto ya no le digo nada y todossss felicesss.
Un beso
Uhmmm, leyendo tu articulo se me plantea una duda y Violet arriba mas o menos plantea lo mismo que pienso; No se supone que si el chico vé que siempre soy blandita y con buenas palabras puede pensar 'esta nunca se enfada, es muy sumisa' y alargar mas los plazos de llegada o la psicologia invertida en cuestión??
Ay chico... Que lio esto del amor, menos mal que yo ya no tengo que enamorarme jamás...
Un besin
-Lucia-
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