jueves, 25 de septiembre de 2008

Consejo romántico número 259. ¿Has visto alguna vez un sapo montando en moto...?

Ella es preciosa. Todos quieren tocarle el culo. Aunque parece inaccesible e inalcanzable, siempre se la ve acompañada de algún chico apuesto. Nunca suele repetir una cita. Se queja de que los príncipes azules acaban destiñendo en las primeras citas. No obstante ella lo sigue intentando. Cada fin de semana va al estanque en busca de nuevas ranas a las que besar. Las ranas que ella besa cada viernes y sábado suelen llevar camisa de cuello alto tipo italiano y perfume de la marca de moda.

Al otro lado del estanque hay otro anfibio pero con cara de sapo. Este no lleva el cuello alto italiano y simplemente huele a canela. Pero no pretende tocarle el culo. No es que no le apetezca, sino que ni siquiera se cree merecedor de soñarlo.

Una vez el chico con cara de sapo estaba en la calle con ella y con sus amigas. Hablaban todos de forma amigable sobre el trabajo. Todos trabajan en la misma empresa. En la calle corría un aire desagradable y la chica guapa se puso dando la espalda a la corriente para que no le diera en la cara. Pero esto hacía que su pelo se le fuese para delante tapándole incómodamente los ojos.

El chico con cara de sapo siempre deseo tocarle la suave piel de su cara, pero nunca imaginó que pudiera hacerlo; sin embargo, esta vez, aprovechando que ella sostenía en su mano izquierda su cartera y en la derecha el cigarro que se estaba fumando, se armó de valor y ni corto ni perezoso, y sin pensárselo dos veces para no arriesgarse a arrepentirse, alargó su brazo derecho y dulcemente le apartó el pelo rebelde de sus lindos ojos y de su bonita boca. Ese fue el gesto más romántico que alguien había tenido con la chica bella durante toda su vida.

Todos querían tocarle el culo, pero nadie en un día de viento le había apartado jamás el pelo de su cara. Sin embargo, esta vez, la primera, ella no se había dado ni cuenta, porque lo estaba haciendo un sapo...

Moraleja: los príncipes azules no siempre son ranas que van en un caballo blanco. A veces, los príncipes azules son sapos y van en moto...
Hasta mañana. Muchas gracias...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Jejejeje. Que simpatica historia!!

Yo me considero princesita y tmpoco voy en caballo blanco jejeje, pero vamos tmpoco es que tenga mucvha cara de sapo yo eh?

Bueno gente que no se os ve el pelo eh!! Hay que ver .... bueno yo sigo trabajando que es lo mio jejejej.

Buen fin de semana a tod@s!! Que se que aunque no escriban estan por aki ...

Anónimo dijo...

Todas las historias que cuenta Manu son bonitas,no creeis?
lo que pasa que con unas nos sentimos más identificados que con otras.Yo quiero ser princesa,pero no me importa si encuentro principe o sapito,siempre que me sienta querida.Llevo dias intentando escribir y no puedo,unos dias por problemas mios y otros porque esto no me dejaaaa,pero leo toditos los dias.Carla cielo,mejor?Bueno pequeña family...mil besotes y buen finde,salid a buscar el principe,princesa,sapo o rana.Lo que querais,pero sabiendo lo que hacemos
muuuuuaaaakkkkk.Manu Genial!!!!

Anónimo dijo...

HOLA DE NUEVO.VOY A SER BREVE PORQUE NO SE QUE ME PASA ESTOS DIAS QUE MIS COMENTARIOS NO APARECEN,BONITA HISTORIA.PASAD BUEN FINDE TODOS Y MIL BESOTES.K SEPAIS QUE OS LEO TODOS LOS DIAS,OK?

Anónimo dijo...

He vueltooo!!! y me he puesto al día! Es que esta semana empecé la universidad, me fui a Zaragoza y no me llevé el portátil porque iba muy cargada y todavía no iba a necesitarlo. No veais cómo os he echado de menos a tod@s!

Bonita y divertida historia, Manu.

Un beso para tod@s y buenas noches!!