lunes, 31 de marzo de 2008

Consejo romántico número 90. Un poco de erotismo. El arte de las caricias...

El pasado miércoles 20 de febrero en el consejo romántico número 50 hablaba sobre los masajes. Y al final del mismo, os dije que como este tema me apasiona tanto seguiríamos otro día con más cosas interesantes sobre masajes románticos y sensuales. Pues bien, hoy volvemos a retomar este asunto, porque un lector del blog me ha mandado un correo electrónico en el que me cuenta que su chica últimamente anda muy estresada con las oposiciones y no tiene ganas de mantener relaciones sexuales. Por eso, me pide que le cuente qué puede hacer.

A mí, se me ocurre que puede tenderle una “trampa” a su chica, consistente en hacerle un masaje para aliviarla del estrés. Pero... no un masaje cualquiera, sino uno “malintencionado”... Me refiero sin duda al masaje erótico, que consiste en estimular la piel de la pareja mediante caricias que la relajen y a la vez la exciten sexualmente. Es paradójico: a la vez que la relajamos de su estrés la excitamos y estimulamos sexualmente.

La clave del masaje erótico está en el contacto cuerpo a cuerpo, prestando una especial y cuidadosa atención en las zonas erógenas de la persona amada. Se busca abrir su mente, elevar sus niveles hormonales y activar sus sentidos con el objeto de prepararla para una relación sexual excitante, emocionante y con un final extasiado.

El masaje erótico debe ser cariñoso, prolongado, sensual, apasionado… Y sus efectos son claros: aumenta el deseo de la pareja por tener sexo; estimula las zonas erógenas para alcanzar posteriormente un orgasmo o varios; aporta creatividad a la relación sexual para evitar la monotonía; impregna la relación de romanticismo como preámbulo a un buen sexo; mejora la irrigación sanguínea en las zonas masajeadas con lo que se ayuda a que sean más receptivas a los estímulos; relaja y permite dejar de lado los problemas para disfrutar de un excitante momento íntimo; prepara y excita a la pareja para un encuentro sexual satisfactorio.

Es bueno empezar desde los pies hacia la cabeza y con una intensidad media, ni muy fuerte para evitar molestias ni tan suave que la pareja no lo sienta. Para encontrar el punto ideal debes ir probando con diferentes intensidades y le pedirás a tu pareja que te señale la que más le gusta.

El masaje erótico se debe dar de forma ordenada, no se debe pretender abarcar todo el cuerpo de una sola vez, para ello es conveniente empezar con un pie, luego viene el otro, después seguimos con una pierna y cuando termines continuamos con la otra. Seguimos con las nalgas. A continuación viene la espalda, que la podemos acariciar empezando por la parte baja. Y cuando toquen los brazos actuaremos igual que con las piernas, primero uno y luego el otro; después llegamos a las manos. Para lo último debemos dejar el cuello y la cara. Y cuando hayamos conseguido relajar a nuestra pareja, nos toca acariciar sus genitales. El masaje erótico en los genitales no consiste en realizar una masturbación, aunque sí puede acabar en ello. En tal caso, procuremos dejarlo para el final.

Para lograr un aumento de la libido podemos emplear cuatro técnicas: el roce, que consiste en deslizar las manos por el cuerpo de la otra persona. Es conveniente que el masaje comience y termine con el roce o con caricias. También son adecuadas las fricciones, que las puedes realizar con tus dedos; consiste en hacer movimientos con las dos manos por la piel en forma de “ocho”. Otra técnica es el amasamiento, que consiste en tomar el músculo y realizar un ligero movimiento de torsión, pero con cuidado de no lastimar a la otra persona. Y por último también contamos con las percusiones ligeras, que son golpecitos suaves y cortos que ayudan a excitar los músculos y las terminaciones nerviosas.

Creo que por hoy está bien. Esta noche, tanto si toca como si no, podemos y debemos hacerle a nuestra pareja un masaje erótico, aunque mañana sea martes.

Y hablando de martes... mañana martes continuaré con más consejos y detalles a tener en cuenta a la hora de hacer un masaje erótico. Pero eso será mañana. Y mientras tanto, te agradezco infinitamente que estés ahí.

Por cierto, el pasado jueves me entrevistaron en Localia, y esta tarde en Aragón Radio. En breve os dejaré ver y escuchar ambas entrevistas.

Gracias.

domingo, 30 de marzo de 2008

Consejo romántico número 89. ¿Aceptas el reto...?

¡Acepto el reto...!

Hoy, 30 de marzo a las 18,16h, nuestra querida y asidua lectora “Sueñi” ha dejado un comentario en el consejo romántico número 88 de ayer, en el que me plantea un reto que yo acepto.

Dice Sueñi que los consejos que doy cada día van siempre dirigidos a los hombres de negocio que viajan y a las mujeres que trabajan en una oficina. Y ella se pregunta que qué pasa con los obreros y con las amas de casa... Me pregunta también que cómo podemos fomentar el Amor de forma humilde.

Acepto el reto. No obstante, diré en mi favor que si no todos, sí muchos de los consejos románticos que he dado hasta ahora no requieren grandes presupuestos económicos. Además, como dije el viernes 29 de febrero en el consejo romántico número 59, las recomendaciones románticas que ofrezco cada día sólo son ideas y sugerencias, a los que tú misma o tú mismo le tienes que poner tu propio toque personal, como si fueras un artista del romanticismo. La clave está en adaptar mis propuestas a tus gustos y a los de tu pareja, siempre y cuando seas original y provoques una sorpresa y una sonrisa en la persona que amas. Y si generas una lágrima de emoción, mejor aún.

Sueñi me hablaba en concreto del albañil y del peón... Los albañiles y los peones (y lo sé porque mi padre que está jubilado era albañil) paran a eso de las 10,00h para tomarse el bocadillo. Es muy común ver a los obreros de la construcción parar justo a las 10 de la mañana como si de un ritual se tratara. Seguramente, la mayoría de ellos, como no podría ser de otra manera, se llevarán un bocadillo de fiambre, o de filetes, o de tortilla, o de los que sea; además, con toda probabilidad se tomarán una cerveza, con o sin, o un refresco, o yo qué sé; y para terminar se tomarán alguna pieza de fruta.

Si eres la pareja de algún obrero, ¿qué te parece si una mañana de la semana próxima te acercas a la obra y le llevas a tu chico un capacho (como lo llamaba mi madre) o una cesta con algunos de sus alimentos y antojos favoritos?. Y, por supuesto, con un pequeño regalito para que sepa que estás pensando en él. Inclúyele una notita que ponga “Kit de supervivencia para Fulanito. Te Amo”. Y cuando se lo entregues, mientras le das ese dulce beso amoroso, adviértele de que no llevas ropa interior, y que estás deseando que llegue la tarde para que llegue a casa...

Barato, diferente y sexy. ¿Quién da más por tan poco dinero...?

Pues espero que nadie me ponga ninguna objeción, porque no hay excusa para no hacer esto la semana próxima. La mayoría de los impedimentos nos los ponemos nosotras y nosotros mismos. Así que... ¿aceptas el reto?

Hasta mañana, y gracias por seguir cada día conmigo.

sábado, 29 de marzo de 2008

Consejo romántico número 88. Reconozco tus virtudes, por eso te amo tanto...

Ayer me centré en ellas. Hoy lo haré en nosotros, los que generamos testosterona en grandes cantidades... porque ellas también la producen, aunque en cantidades menores.

Lo más anti-romántico que puedes hacer con tu chico es decirle o insinuarle que es un fracasado, que no tiene un buen trabajo, que no gana lo suficiente, que tiene que ponerle ganas al asunto, que no es suficientemente bueno en algún aspecto... No es nada romántico para tu chico que lo critiques y que destaques sus defectos, ni siquiera cuando lo haces por su bien. Ninguna crítica ha servido jamás para mejorar a ningún hombre en toda la historia de la humanidad, aunque lo hagas con sinceridad y para ayudarle. Los reproches sólo sirven para hacerlo sentir menospreciado por ti. Y eso no es romántico.

Además, tú eres el único ser capaz de elevar a tu chico a lo más alto y de hundirlo en la más profunda de las miserias. Si elogias las cosas positivas que veas en él (muchas o pocas) conseguirás que se sienta valioso e importante, y eso hará que aumente su empeño y como por arte de magia mejorará sus puntos débiles. En cambio, criticándolo, nunca mejorará. Nunca.

Hay mujeres que siempre están compitiendo con su chico. Tratan de demostrarle que son más inteligentes, más intuitivas, más rápidas, que sufren y aguantan más, que cocinan mejor, que ponen más interés, que hacen mejor las cosas que ellos... Pero esta competición no es justa. Ya se ha demostrado a lo largo del tiempo que la mujer es muy superior al hombre, excepto en la fuerza física (salvo excepciones...).

No es bueno competir con la pareja. Además, los dos estáis en el mismo equipo. Las personas que compiten con su pareja (tanto chicas como chicos) muestran claras evidencias de inseguridad, por eso, quieren demostrar lo que valen organizando competiciones estúpidas y tratando de ganarlas a toda costa.

El hombre que se sienta apabullado por las críticas de su pareja se buscará a otra mujer que lo haga sentir halagado. Se buscará una amante. O por el contrario, se castigará a sí mismo, abandonándose convencido de que es un fracasado.

Debemos evitar los comentarios del tipo: “¿Todavía no has terminado? A mí me habría dado tiempo de hacerlo tres veces”, “Que poco talante tienes con las personas. Te he dicho mil veces que...”, “¿Ya estás cansado otra vez? Yo llevo desde está mañana currando y no me quejo...”

La clave está en no comparar a la pareja con nadie. Un comentario del tipo: “Me encantan tus virtudes y por eso te amo tanto” puede ser suficiente.

Ser criticona y enfadica es una actitud, como ser romántica y cariñosa. Por tanto, elige la segunda actitud. La gente romántica es mucho más feliz que las que no lo es... Además, el romanticismo recíproco es una de los mejores antídotos contra las discusiones. Las parejas románticas no discuten, o por lo menos no discuten absurdamente.

Colorín colorado, y este consejo romántico de hoy se ha terminado. Pero volveré mañana, claro...

Gracias por estar ahí. Y gracias a las lectoras y a los lectores que amablemente me estáis mandando vuestros motivantes correos con agradecimientos y consultas. Soy varón y, por tanto, vuestro reconocimiento me hace muy feliz...

Gracias.

viernes, 28 de marzo de 2008

Consejo romántico número 87. A veces es mejor callarse...

Hoy me dirijo a mis congéneres, sólo a ellos... Déjame que te cuente un secreto. Una vez descubrí que cuando una mujer se siente mal porque ha tenido algún problema en el trabajo, con alguna amiga, con la familia, o con lo que sea, lo que espera de su pareja es simplemente su compañía y su apoyo. Ella no quiere que le resuelvan su problema. Además, ¿quién mejor que ella misma para solucionar su propio problema? Recuerda, ella te enamoró, entre otras muchas cosas, por su capacidad para resolver sus propias dificultades.

En estos momentos en los que ella está triste es muy fácil caer en el craso error de culparla por la situación en la que está metida. Solemos sacar la capa del superman que todo lo sabe y tratamos de salvarla de la manera más machista... Ella no espera de ti pareja más que tu comprensión. Lógicamente, si ella misma te pide una recomendación, no dudes en darle tu opinión, sin imposiciones y sin hacerla sentirse culpable.

Los seres humanos en general, y los varones en particular, estamos muy dados a dar consejos incluso sin que nadie nos lo pida. Mírame a mí... Empecé el 1 de enero y cada día me pongo a escribirte un consejo romántico, sin que nadie me lo haya solicitado.

Bueno, aunque nadie me lo pidió antes del 1 de enero, después del día de los Reyes Magos, muchas lectoras y algunos lectores empezaron a mandarme correos electrónicos para agradecerme mis consejos y me pidieron que no dejara nunca de escribirlos. Por eso, sigo aquí, incansable cada día...

Mi consejo romántico de hoy es simple: cuando tu chica se sienta triste (por lo que sea) deja lo que estés haciendo y ve inmediatamente hacia donde ella esté; abrázala y no digas nada. Cuando la abraces, tu corazón quedará cerca del suyo y ellos ya se dirán lo que tengan que decirse. Limítate a apoyarla con tu presencia, con tus caricias, con tu mirada...

Hasta mañana.

Por favor, déjame algún comentario y/o mándame algún correo electrónico. Te recuerdo que mi dirección de email es mpuntomoreno@gmail.com.

Gracias.

jueves, 27 de marzo de 2008

Consejo romántico número 86. Con denominación de origen...

¿Te acuerdas de aquel amigo mío del que te hable el día 19 de marzo en el consejo romántico número 78? Sí, ese que se quejaba de que no tenía tiempo para ser detallista con su mujer. Pues bien, hoy me ha llamado para decirme que ha cambiado su actitud con ella y le va genial. De hecho, este fin de semana próximo le va a preparar sorpresivamente una cena romántica a su chica, con flores, velitas, mantelería fina, cubertería brillante... Pero me dice que no se le ocurre ninguna manera de diferenciar su primera cena romántica organizada por él, con las cenas que su mujer ya le ha preparado hasta el momento.

Y... pensando, pensando. Tampoco mucho, porque no hay que pensar demasiado para llegar a esto, se me ha ocurrido que puede hacer una etiqueta personalizada para la botella de vino. Podemos sustituir la que trae por la nuestra, y en ella se puede poner alguna dedicatoria amorosa. Además, en vez del año de cosecha puede ponerse la fecha en la que se conocieron. Y en vez de poner la denominación de origen debe indicar el lugar en el que se enamoraron. En fin, un detallito sencillo, barato, diferente y muy romántico.

Mi amigo se entusiasmó mucho cuando le conté esta idea. De hecho se fue a elegir el vino.

Espero que la carita de sorpresa que ponga su mujer le compense el esfuerzo que sé que él va a hacer por agradarla...

Hasta mañana, y gracias una vez más.

¿Has votado ya en la encuesta del margen derecho?

miércoles, 26 de marzo de 2008

Consejo romántico número 85. ¿Te acuerdas...?

Hay quién dice que a veces no es romántica o romántico porque se le olvida. ¡Vaya excusa mas...!

Un olvido ocasional se puede entender y tolerar, pero... un olvido habitual no tiene perdón. Además, si nos olvidarnos de ser románticas o románticos, es un indicio inequívoco de que la pareja está dejando de ser tan importante para nosotros.

En fin, para quienes se suelen olvidar de algo tan importante como de convertir el Amor que sienten por su pareja en señales y pruebas, habrá que darles alguna recomendación que les devuelva la memoria...

Se me ocurre escoger algún fetiche: una piedrecilla, alguna moneda, un huesecillo... lo que sea; y llámalo el “amuleto del Amor”. Debes llevarlo siempre en tu bolsillo, o en tu monedero, o donde te dé la gana. De lo que se trata es de que cada vez que lo veas, o lo cojas, o te cruces con él, debes acordarte de mostrarle a tu pareja cuánto la amas. Para ello, si estáis juntos, puedes darle un abrazo, una caricia, un beso, un halago, un piropo... Y si no estás a su lado puedes llamarla, o mandarle un sms; y si tu presupuesto es limitado, puedes mandarle un correo electrónico, o incluso puede valer con una llamada perdida, eso que los demasiado jóvenes llaman "un toque". En fin, ya no hay achaque que valga para olvidarse. Y si no, come rabillos de pasas que son muy buenos para la memoria...

Hasta mañana, y no faltes que paso lista... Gracias.

¡Ah!, y que tampoco se te olvide votar en la encuesta ni dejarme algún comentario. Por cierto, gracias a todas y todos los que dejáis esos preciosos y motivantes mensajes. Si no fueran por esos comentarios, ¡anda que iba a estar yo aquí cada tarde...!

martes, 25 de marzo de 2008

Consejo romántico número 84. Regálale más de ti...

Estoy seguro de que recuerdas que el pasado jueves 20 de marzo en el consejo romántico número 79 te hablé sobre ese proyecto que me tiene tan entusiasmado. Me refiero a los fines de semana románticos que voy a organizar. Pues bien, no quiero pecar de imprudente, pero casi me atrevo a asegurar que el primer fin de semana romántico se desarrollará en el mes de mayo.

Probablemente se hará en la provincia de Cádiz. Ya te adelanto que mi objetivo es que cada fin de semana en alguna provincia de España diferente se desarrolle uno de estos eventos, que como ya te dije, los denomino “Tu Mejor Versión”.

Además, me reservo una sorpresa que te fascinará, y que por ahora no puedo desvelarte, porque repito: no quiero ser imprudente...

En otro orden de cosas, aprovecho para decirte que ya he puesto por fin la encuesta de la que te hablé ayer. Te ruego que votes, me hará muy feliz.

Y ahora te daré los resultados arrojados por la encuesta anterior, que como recordarás, formulaba la siguiente pregunta: “¿Generalmente, quién es más romántico, la mujer o el hombre?”

Habéis contestado 107 lectoras y lectores (15 personas más que en la anterior).

Las respuestas posibles eran:

A.- La mujer es más romántica que el hombre, generalmente. ----------------------> 75 votos (70,1%)

B.- El hombre es más romántico que la mujer, generalmente. -----------------------> 1 voto (0,9%)

C.- El romanticismo no depende del sexo. ---------------------------------------------> 31 votos (29%)

Como ya dije de la encuesta anterior, ésta tampoco se ha hecho con métodos científicos. También te repito que no pretendo ofrecer unos resultados científicos ni académicos. Pero lo que sí refleja es la opinión generalizada de que la mujer es más romántica que el hombre, generalmente. Y como probablemente sabes, las mujeres viven de media algunos años más que los hombres. ¿Tendrá el romanticismo algo que ver con eso...? ¡Claro que sí! Y si no lo crees, por si acaso, se romántico.

Bueno, fíjate cuantas cosas te he dicho ya, y todavía no te he dado ningún consejo. Pero... ya casi no me queda espacio. A ver, pensemos... ¿qué le podemos regalar a nuestra pareja...?

Ya lo tengo. Lo que nuestra pareja espera de nosotros no son más cosas materiales. Lo que sí espera y desea es más de nosotros mismos. Por eso, mi consejo de hoy es el siguiente: una vez al mes (como mínimo) debes regalarle un día completo de tu tiempo a tu pareja, brindándole la posibilidad de que decida y controle cómo usar ese tiempo, sin excusas ni impedimentos por tu parte. Lógicamente, tu pareja debería hacer lo recíproco, es decir, regalarte a ti cada mes un día completo (como mínimo) de su tiempo. Y esta vez debes ser tú quien decidas como debe emplearse esas 24 horas, sin que ella objete nada.

Hasta mañana. Te estaré esperando, así que no me faltes... Gracias.

lunes, 24 de marzo de 2008

Consejo romántico número 83. Pruébalo... y repetirás.

¿Te he hablado alguna vez de mi libretita mágica?

Siempre llevo una libreta en el bolsillo. Una libreta para apuntar las ideas fugaces que me van surgiendo y después, cuando me hacen falta, utilizo las anotaciones que había hecho. Esto lo hago desde que era un chaval. Bueno, un chaval sigo siendo todavía. Me refiero desde que era un chaval muy joven. Bueno, aún sigo siendo muy joven. Realmente quiero decir desde que tenía unos 13 o 14 años.

En mi libreta anoto un montón de cosas que me suscitan interés. Algunas, de entrada parecen estúpidas, pero luego me sorprendo de cuantas estupideces llegan a ser una muy buena idea. Por eso la llamo mi libreta mágica.

Bueno, a lo que voy... Desde el día uno de enero de este año, que coincide con el día en el que empecé a escribir este blog, me propuse anotar en mi libretita cada vez que viera en la calle a un varón abrirle la puerta del coche a su pareja (cuando esta fuera una chica). Hoy han pasado ya 84 días, y curiosamente he presenciado y anotado en todo este tiempo 247 ocasiones en la que una pareja se montaba en el coche juntos. ¿Y cuántas crees que de todas estas veces él le abrió la puerta a ella?

Pues... lamento decirte que ninguna. Reconozco que cuando empecé este experimento no confiaba en presenciar a muchos varones hacer este gesto romántico. Sin embargo, confieso que tampoco creía que vería a ninguno. Por eso, quiero conocer tu opinión. ¿Piensas que el hecho de que un hombre le abra la puerta del coche a su chica es un gesto romántico, o por el contrario, según mi mini-análisis es algo desfasado que no tiene sentido hoy día?

Hoy finaliza el plazo para votar en la última encuesta, por eso, mañana por la mañana incluiré estás tres preguntas en la nueva encuesta:

- ¿Te parece un detalle romántico que un chico le abra la puerta del coche a su chica?

- ¿Te parece un detalle anticuado no apto para los tiempos que corren?

- ¿Este detalle carece de importancia para ti?

Te ruego una vez más que dejes tu voto.

Aunque ya lo dejé caer una vez, el consejo romántico de hoy está muy claro: si eres chico, la próxima vez que te montes en el coche con tu chica, ábrele su puerta, incluso si es ella la que conduce, verás que carita tan rica se le pone... Te darás cuenta de que merece la pena volverlo a repetir infinitas veces más a partir de ahora.

Gracias por estar ahí leyéndome, gracias por tu voto y hasta mañana.

domingo, 23 de marzo de 2008

Consejo romántico número 82. Amaros con los siete sentidos...

Las relaciones de pareja empiezan a ir mal cuando se acaba uno de los ingredientes fundamentales: la dulzura. Al principio, el Amor entre las dos personas se percibe con todos los sentidos. Por eso, uno de los secretos para mantener y acrecentar el Amor es ser romántica y romántico con los siete sentidos.

¡Ah!, pero... ¿los sentidos no son sólo cinco?

No, los sentidos son siete: el olfato, la vista, el oído, el tacto, el gusto, el sentido común y el sentido del humor. Siete, a mí me salen siete, ¿que no?

Siete... Siete días tiene la semana (lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo). Siete son los colores del arco iris (de fuera hacia dentro: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta). Siete los pecados capitales (soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza). Son siete las notas musicales (do, re, mi, fa, sol, la y si). Siete son las artes (pintura, escultura, arquitectura, literatura, música, danza y cine). Y siete son las vidas que tiene el gato.

Y en otro orden de cosas... Si por delante de mí pasara un Bugatti Veyron, con sus 16.400 centímetros cúbicos de motor y con sus 1.001 caballos de potencia, y una parejita de enamorados, ¿a qué crees que me quedaría mirando...? Pues sí, a la parejita. Esto no debe extrañar a nadie, porque no es nada nuevo que yo esté muy sensibilizado con todo lo relacionado con el Amor, el Romanticismo y las parejas.

Precisamente, ayer por la mañana estuve en el hipermercado comprando copos de avena y leche de soja. Y cuando estaba en la caja esperando en la cola a que me tocara mi turno llegó una pareja. Bueno, rectifico, llegaron dos personas, porque de pareja tenían muy poco... Ella lo trataba con mucho desprecio.

No puede evitar observarlos con mucho disimulo. Tampoco pude evitar imaginarme los comienzos de esa relación, cuando cada uno trataba de seducir al otro, cuando el romanticismo afloraba con los siete sentidos. Sin embargo, ayer por la mañana ella lo miraba de forma amenazante (sentido de la vista); lo empujó hacia delante (sentido del tacto); además, cuando él le hablaba ella no lo escuchaba (sentido del oído); mantenía su gesto fruncido como si algo oliera mal a su alrededor (¿sentido del olfato?); si en aquel momento se hubieran dado un beso, a cada uno la saliva del otro le hubiera sabido muy amarga (sentido del gusto); evidentemente, no estaban afrontando su problema de forma adecuada (sentido común); y por último, el sentido del humor se lo habían dejado en casa.

¿Cómo hubiera sido esa misma escena un tiempito atrás, durante los comienzos de la relación?

Seguramente, se mirarían el uno al otro con mucha dulzura y con mucho Amor. Cuando se está enamorada o enamorado de verdad es difícil dejar de mirar a la pareja mientras hace cualquier cosa, incluso mientras hace la compra. Cuando amas de verdad no puedes dejar de mirar sus ojos, sus labios, su cabello, sus dientes, su frente, su cara, su culo, sus manos, todo su cuerpo... Es imposible dejar de mirarla. Incluso la miras y te gusta cómo lee el envase de cualquier producto antes de echarlo en el carro de la compra (sentido de la vista).

En los comienzos de la relación seguro que se hacían mutuamente uno de los mejores regalos que una persona le puede hacer a otra: regalarle sus orejas al escucharla con total atención y no distraerse mientras la otra persona habla. Cuando se ama de verdad no permitimos que nuestra mente se escape de la conversación por muy aburrida que sea. Además, si amamos a nuestra pareja, ninguna de sus conversaciones nos parece aburrida. Una persona enamorada siempre escucha lo que tiene que decirle su pareja, siempre entenderá y respetará su punto de vista, aunque no esté de acuerdo con lo que dice (sentido del oído). Ahora ya no se escuchan, porque ni siquiera tienen nada bonito que decirse el uno al otro.

Seguramente, cuando estaban en los inicios de la relación nunca se empujaban. Nunca. En aquellos momentos, siempre aprovechaban cualquier oportunidad para acariciar a la pareja. En el hipermercado siempre se rozaban sutil, delicada y suavemente. Él no permitía que ella arrastrara el carro. Siempre lo manejaba él, mientras con la otra mano le tocaba el culo a su chica (sentido del tacto). Ahora... se empujan. ¡Qué pena!

Antes, durante una visita de media hora al hipermercado se besaban más de 45 veces. Tres veces cada dos minutos. Y sabían tan ricos esos besos... (sentido del gusto).

Al principio, todo les olía a su pareja. Y el olor era tan agradable que por eso se les quedaba esa cara de tontos enamorados (sentido del olfato).

Eran conscientes de cada uno de sus pensamientos, de cada una de sus palabras, de cada uno de sus actos. Siempre conseguían agradar al otro. Era tan divertido y gratificante conseguir una sonrisa de la persona amada (sentido común). Hasta que un día empezaron a dejar escapar sus malos hábitos y ocultaron su mejor versión para dejar salir la versión más mediocre de cada uno de ellos.

Durante los comienzos de la relación de cualquier cosa hacían un chiste (sentido del humor). Ahora, pasado un tiempo, de cada insignificancia hacen un drama y siempre encuentran un motivo para el conflicto.

¡Qué pena!, ¿verdad? Están dejando escapar la Magia. ¿Acaso no saben que si un día se amaron tanto, ese Amor puede crecer y perdurar toda la vida...? ¡Qué pena...!

El hipermercado es un buen termómetro para comprobar cómo marcha una relación de pareja. Por eso, mi consejo de hoy es: amaros siempre con los siete sentidos, incluso haciendo la compra...

Hasta mañana, que volveré con nuevos consejos románticos. Gracias.

sábado, 22 de marzo de 2008

Consejo romántico número 81. Más quisiera el calendario Pirelli...

Las tiendas nos ofrecen infinidad de regalos hechos en serie para sorprender a nuestra pareja. Estos regalos pueden ser muy lindos detalles, pero... carecen de lo más importante, del sello personal de quien hace el regalo.

¿No crees que unas trufas hechas por ti dicen mucho más del Amor que sientes por tu pareja que la caja de bombones más cara del mundo?

No obstante, esta tarde no nos vamos a meter en la cocina para hornear nuestro regalo. Mejor vamos a hacer otra cosa que se me acaba de ocurrir hace nueve minutos cuando he ido a buscar un calendario para mirar qué día del mes será el próximo lunes. Y he pensado: “sería muy chulo tener un calendario con las fotos de la persona amada”.

Ya sé que estamos en marzo, pero qué más da. ¿Acaso nuestra vida empieza el 1 de enero? No, nuestra vida empieza justo en este preciso momento, así que puede hacer un calendario que empiece en marzo de 2008 y termine en febrero de 2009, o que termine cuando te dé la gana.

Además, es muy fácil, divertido y pone a prueba tu creatividad. Puedes hacerlo a mano, con el ordenador, con algún software específico, como quieras. Puedes hacer un calendario para ti con las fotos de tu pareja, o uno para la casa con las fotos de los dos, o uno para ella con foto de los dos, o yo qué sé. Asimismo, las fotos pueden ser las que ya tengas, o las que hagas expresamente para el calendario... En fin, existen muchas posibilidades. Ya sabes, en los meses que hace frío, pon fotos en las que salgáis abrigados; y en los meses que hace calor, coloca las fotos en las que lucís palmito.

Ya sé que no necesitas nada para recordar a la persona que amas. Es más, ya sé que ni siquiera la recuerdas, porque para recordar antes hay que olvidar, y tú nunca te olvidas de tu pareja, sino que siempre piensas en ella. Pero... ¿te imaginas que ahora además, cada vez que mires el calendario veas a la persona que amas...? ¡Qué guay!

En fin. Hasta mañana, que en tu calendario será domingo 23 de marzo. Y gracias por tu paciencia...

Déjame un comentario, por favor.

Y como agradecimiento... te dejo esta preciosa canción. Me encanta... ¡Disfrútala!

viernes, 21 de marzo de 2008

Consejo romántico número 80. Tu pareja no es adivina. Díselo...

La relación de pareja suele empezar como una historia de Amor maravillosa en la que todo parece ser extraordinario. Cuando dos personas se están conociendo y se sienten atraídas sacan lo mejor de sí mismas con el objetivo de conquistar el corazón de la persona elegida. Sacan su “mejor versión”. Lógicamente, esa mejor versión seduce y acaba enamorando a la otra persona.

Si logramos enamorarla, comienza entonces la relación de pareja en la cual, durante los inicios, cuidamos cada pequeño detalle y revivimos mentalmente una y otra vez cada uno de los momentos maravillosos vividos junto a la persona amada. Esto fortalece la relación, la alimenta y aumenta el deseo de compartir todo nuestro tiempo con la persona que amamos.

En los momentos iniciales de la relación, cuando algo no nos gusta, solemos dejarlo pasar y preferimos concentrarnos en lo que sí nos gusta y en los recuerdos gratos.

Pero... con el paso del tiempo, cuando la pareja ya se ha afianzado, se empiezan a descuidar algunos aspectos, algunos detalles y la rutina y las dificultades diarias comienzan a estropear la relación. Ahora, la suma de las pequeñas dificultades y de los conflictos que antes no nos importaban empieza a tener consecuencias a veces nefastas. Ahora, hemos pasado de rememorar los momentos placenteros a recordar las dificultades.

Hay mucha gente que cree que esto tiene que ser así tarde o temprano. Pero... yo, me niego a creerlo. Ya la buena noticia es que evitarlo depende sólo de nosotros mismo. Eso es genial.

¿Y qué podemos hacer si nos está pasando esto, y si queremos evitarlo en el futuro?

En estos casos, es muy efectivo repasar nuestros recuerdos con el objeto de rescatar deliberadamente aquellos momentos agradables en los que nuestro corazón se estremecía y se aceleraba sólo con una mirada, con un beso, con una caricia, con una sonrisa o con algún otro gesto amoroso.

Esta es la mejor manera de estar enamorada o enamorado: centrarse exclusivamente en los buenos momentos vividos junto a la persona amada.

También es cierto que, aunque esta forma de actuar es muy efectiva, también implica un riesgo, porque es inevitable que surjan los problemas, ya que es parte de la vida real. Pero los problemas y las dificultades habrá que resolverlos de modo que no afecten a la relación.

Reflexionemos un poco...

La mayoría de los conflictos de las parejas son problemas de comunicación. Y uno de los principales problemas es creer que la otra persona debería saber lo que estamos pensando o lo que deseamos o lo que necesitamos, aún sin que se lo hayamos dicho.

Hay quien piensa que “cuando hay amor sobran las palabras”. Es decir, que si una persona ama a su pareja, no sería necesario que ésta le tuviera que decir nada, porque sabría qué tendría que pensar, hacer, decir... O sea, que si una persona ama a su pareja, además, debe ser adivina. Y este es uno de los principales errores en los que se incide habitualmente. Mientras esta errónea creencia perdure estaremos condenados al desengaño y a la decepción, porque esperaremos algo que a lo peor nunca llegará, pero no porque nuestra pareja no nos ame o no nos comprenda, sino porque nunca llegamos a tramitar el pedido de forma adecuada. Cuanta más información le demos a nuestra pareja acerca de lo que nos agrada y nos disgusta, mejor funcionará la relación. Créeme.

Si cada uno expresa sus deseos, sus necesidades, sus expectativas y sus preocupaciones de forma abierta y honesta, la mayoría de los inconvenientes podrán ser resueltos de forma amorosa y efectiva. Y para lograr esto, es esencial que escuchemos a la persona amada y seamos lo suficientemente flexibles como para aceptar su punto de vista, aunque no coincida con el nuestro.

Espero que este consejo de hoy te sirva, porque... es muy efectivo.

¿Sabes? Me encanta escribir sabiendo que me vas a leer. Gracias, y hasta mañana.

¡Ah!, por favor, déjame algún comentario y mándame algún correo a: mpuntomoreno@gmail.com

jueves, 20 de marzo de 2008

Consejo romántico número 79. No te preocupes. Mejor ocúpate...

Una relación de pareja tiene entidad propia, es algo vivo que tiene su nacimiento, un crecimiento, un desarrollo propio, y si no se cuida y se mima a diario, puede tener una muerte. Esto, que aparentemente parece una metáfora poética, en verdad es tan real como la vida misma.

Una pareja es algo nuevo que nace cuando dos personas independientes deciden formar una tercera personalidad. La pareja está íntimamente ligada a cada uno de sus miembros, pero continúa siendo algo que tiene una entidad propia. A partir de que la pareja nace existe un tú, existe un yo y existe también algo mágico, inexplicable, invisible pero real, que llamamos nosotros dos. Y de la misma manera que cada miembro de la pareja reivindica su propio tiempo, atenciones, mimos y cuidados, la relación también lo requiere; lo malo es que ella no reivindica nada, permanece en silencio, y cuando menos te lo esperas, ha muerto. Las relaciones de pareja, al igual que los seres vivos, nacen, crecen, se desarrollan y si uno de los amantes o los dos la descuidan, muere. Y una vez en este punto... ya no hay vuelta atrás, ya no resucitará jamás.

Lo malo es que las relaciones de pareja tienen la tendencia natural a ser cada vez más borrosas si no se miman y se cultivan. Y a veces, se nos escapa la relación entre las manos, como cuando se te escapa el agua entre los dedos cuando pretendes lavarte la cara. Por eso, si dos personas que al principio se amaban tanto dejan de trabajar a unísono y de forma constante en pro de la relación, tienden a separar sus caminos.

Y al decir mimar la relación no me refiero sólo al detallito de las flores, ni a las cenas románticas, ni a esas cosas, que lógicamente también son importantes. Cuando hablo de mimar la relación me refiero a mucho más; me refiero a ser consciente de las cosas y a hacerte responsable de lo que ti depende.

En la vida, las cosas se dividen en tres grandes grupos: las que no dependen de ti en absoluto; las que dependen en parte de ti y en parte de otras cosas, personas o circunstancias; y las que dependen sólo de ti. Nos pasamos la puta vida quejándonos de lo que no depende de nosotros. Realmente, lo que deberíamos de hacer todas y todos no es preocuparnos de esas cosas, sino OCUPARNOS (sin el “pre”) de lo que sí depende de nosotros. Y la relación de pareja es una de esas cosas que sólo depende de ti y de la persona que amas, de nada más y de nadie más. Ocuparos de ella, siempre, constantemente, los dos, al unísono.

Ya sé que puedo llegar a pecar de pesado. Pero no me importa, porque... ¿sabes qué? En este preciso momento hay miles de personas que están separadas del ser al que tanto aman. Y no hay una sensación más desagradable que esa. ¿Has sentido alguna vez que tu vida pasa cerca de ti pero no te puedes subir a ella? ¿Has sentido alguna vez que la vida que te mereces la está disfrutando otra persona que no eres tú? Yo lo he sentido. Y créeme cuando te digo que prefiero cualquier otra cosa que sentir eso.

Y la buena noticia es que sólo depende de dos personas, de vosotros dos. No esperéis a que las cosas sucedan por sí mismas. Provocad que las buenas sucedan ya, y evitad que nunca se produzcan las malas... Sólo depende de vosotros dos.

¿Te he hablado alguna vez de los “Fines de Semana Románticos”?

Estoy trabajando en un proyecto que me tiene apasionado. Quiero ayudar a mantener y a aumentar la Magia del Amor. Ya sé que estoy loco. Lo malo es que me encanta estarlo...

A este proyecto le llamo “Tu Mejor Versión”, y quienes han leído mi libro saben por qué se llama así. Tu mejor versión es un evento para parejas que se desarrolla durante un fin de semana. Será un acontecimiento muy intensivo, muy romántico e inolvidable para aquellas parejas que participen en él.

En estos fines de semana románticos, además de pasarlo muy muy muy bien junto a la persona amada, se aprenderán todas esas cosas que nadie te enseñó, que algunas y algunos aprenden con el paso del tiempo, pero que cuando por fin lo han aprendido, ya no les queda tiempo suficiente para vivirlo, o ya no tienen al lado a la persona con la que les gustaría disfrutarlo...

Yo sé que el Amor tiene Magia, y yo he aprendido muchos de sus trucos, y los quiero compartir con los demás. Quiero ayudar a las parejas a aprender lo que hay que saber para que la relación mejore y hagan que la Magia del Amor se mantenga de por vida. Quiero logra que la gente no tenga que aprender a base de palos. Quiero hacer que lo aprendan en sólo un fin de semana. En el fin de semana que será el primero del resto de sus vidas juntos...

Quiero eliminar esa idea falsa de que el enamoramiento y la pasión caducan con el tiempo. Y quiero cambiar esa idea de que amar y estar en pareja es algo complicado.

Estar enamorada o enamorado y ser correspondida o correspondido es lo mejor de la vida. Y disfrutarlo es fácil y delicioso cuando se quiere y se sabe cómo. Yo sé cómo hacerlo y, además, lo quiero compartir contigo. Todavía se pueden hacer cosas que nunca se te ocurrió para lograr que tú y la persona que amas seáis la pareja más especial del mundo.

Yo sigo trabajando en ello, y te mantendré informada o informado.

Hasta mañana, y gracias por seguir ahí...

miércoles, 19 de marzo de 2008

Consejo romántico número 78. Lo importante es lo importante...

Hoy he estado hablando con otro buen amigo sobre la falta de tiempo para ser detallista con su mujer. Una vez más le he dicho eso que siempre digo: que el problema no es la falta de tiempo, que tiempo tenemos todo el que hay, es decir, 24 horas cada día; que el problema está en cómo se use ese tiempo.

La regla de oro para emplear el tiempo de forma eficaz es tener claras nuestras prioridades. Es decir, hay que tener claro qué debemos hacer y en qué orden. Las prioridades se ven afectadas por dos factores que están enfrentados: la IMPORTANCIA de las cosas, que está relacionada con el valor que implican esas cosas; y la URGENCIA con la que tenemos que hacer las cosas, que está condicionada por el factor tiempo.

- Las cosas urgentes son aquellas que tienen un tiempo límite para hacerse. Por ejemplo, tener que comprar un regalo la mañana del día en que la pareja cumple años, tener que ir de compras porque el frigo está vacío, acostarse en la cama directamente para dormir porque mañana hay que madrugar, salir pitando por las mañanas sin desayunar juntos y sin dialogar porque hay que entrar puntual en el trabajo...

- Las cosas importantes son las que tienen una relación directa con nuestros valores, con lo que nos hace felices, están relacionados con los aspectos importante de la vida a largo plazo. Por ejemplo, dedicar más tiempo a la pareja, dialogar sobre el sexo, sobre la relación, aprender a afrontar los conflictos de pareja de forma amorosa, planear juntos el futuro...

Se sabe que, desgraciadamente, una pareja normal suele dedicar más tiempo cada día a los asuntos urgentes que a los que son realmente importantes.

Ya sé que en la vida real existen algunas exigencias que afectan y distorsionan nuestras prioridades. Por eso no estoy aconsejando una actitud rebelde, pero sí aconsejo adoptar una actitud que cuestione nuestras prioridades. Debemos ser exigentes y dedicar el tiempo necesario a lo que realmente es importante para nuestras vidas. Cuando se está con la pareja se tiene el derecho a no atender el teléfono, a evitar las visitas, a apagar la televisión, a tomarnos un día de descanso... Nada es tan importante como para que no pueda esperar hasta mañana.

Otra tendencia muy común es la de anteponer ciertas actividades y dejar otras (importantes) para después. Un después que nunca llega.

¿Sabes que si ahora no le das un beso a tu pareja, podrás darles infinitos más, pero ese que no le diste ya no lo podrás dar jamás...?

Antes de continuar, déjame que te haga una pregunta: ¿qué puedes hacer que no estés haciendo ahora y que si lo hicieras regularmente, representaría una tremenda diferencia positiva en tu vida romántica?

Por favor, no sigas adelante, contesta a esta pregunta. Es más, escribe las respuestas en un papel. No sigas leyendo sin antes contestar a esta pregunta, y una vez que le hayas dedicado unos minutos a responder, sigue leyendo.

Y mientras reflexionas te pongo esta preciosa canción. Es el Adagio de Albinoni, cantado por Lara Fabian en italiano. Ya te puse otra versión de esta misma canción el sábado 2 de febrero, pero en aquella ocasión era en ingles, ¿recuerdas?



¿Qué has contestado? Esas cosas que podrías hacer, ¿son urgentes o importantes?

Algunas personas habrán respondido: hablar más con mi pareja, demostrarle a diario lo que siento por ella, salir más a menudo juntos para disfrutar de nuestra relación, adelgazar para volver a gustarle tanto como al principio, dejar de fumar como mi pareja desea, colaborar de forma equitativa en las tareas de la casa, tener detalles amorosos con mi pareja, centrarme más en mi pareja a la hora de hacer el amor, y muchas otras cosas.

Estas cosas son importantes pero no urgentes y, precisamente, por no ser urgentes no las estamos haciendo todavía ni cada día. Pensamos que siempre habrá tiempo para retomarlas. Pero... es necesario hacer las cosas importantes antes de que se conviertan también en urgentes, porque a veces, en vez de urgentes se vuelven imposibles, porque ya es tarde...

¿Recuerdas algo que te dije el pasado 16 de enero en el consejo romántico número 15?

TRÁTALA, TRÁTALO, EN CADA MOMENTO, COMO SI TE ACABARA DE DAR LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD...

Esto es lo más importante de todo, y no lo debes dejar para mañana. Mi consejo romántico de hoy es simple: Hazlo hoy mismo, ahora mismo, ¡ya! Mañana a lo peor ya es tarde o imposible. Sé de qué te hablo.

Hasta mañana. Gracias.

martes, 18 de marzo de 2008

Consejo romántico número 77. Mañana no es San Valentín...

Mañana es 19 de marzo. Mañana no es el día de San Valentín. Y precisamente por eso, qué te parece si celebráis que estáis enamorados. Celebrad mañana que es vuestro particular día de las dos personas enamoradas más importantes del mundo.

¿Y qué podéis hacer? Pues... a estas alturas no me vale esa pregunta. En este blog tienes 76 sugerencias. Cualquiera de ellas, o varias juntas, te pueden valer. Pero lo importante es que mañana, precisamente porque estáis enamorados debéis celebrarlo... Además, pasado mañana es festivo, y la mayoría no trabaja, así que no hay excusa que valga.

Y si, encima, él es padre... que no se te olvide felicitarle. Pero el regalo que le hagas que sea mejor por el día de los enamorados, es decir, regálale algo porque es el hombre al que amas, no por ser papá, ¿vale?

Y a ti, papá, ¿por qué no le haces un regalo a la mamá? Ella no lo espera, y precisamente ahí reside el romanticismo: en la sorpresa.

Bueno, no os doy más ideas, porque el día de mañana sólo tiene 24 horas... Hasta mañana, y feliz día de los enamorados, de los papás y de las mamás también, ¿qué no?

Gracias.

lunes, 17 de marzo de 2008

Consejo romántico número 76. Hablar, hablar y hablar...

Un buen amigo mío me ha contado hoy que desde que se fue a vivir con su novia, ha disminuido de forma drástica la frecuencia con la que mantenían relaciones sexuales. Y claro, como no podría ser de otra manera me ha preguntado que por qué pasa esto, como si yo fuera Súper-Manu, el que todo lo sabe...

Súper-Manu... el que todo lo sabe... suena bien, ¿verdad?

Pues no, no soy Súper-Manu ni lo sé todo, pero... soy Manu, el que siempre piensa y no se rinde a la primera, ni a la segunda, ni nunca... Así que le dije a mi amigo: “no soy adivino y no puedo darte una respuesta así, sin más, sin tener más información”. Y me puse a preguntarle cosas y, lógicamente, preguntando, preguntando, hallé la respuesta.

Después de irse a vivir junto a su novia, mi querido amigo seguía manteniendo su demanda biológica mientras que su chica parecía haberse acomodado y se había vuelto perezosa. Pero no era sólo por culpa de ella, sino que la culpa había sido de los dos. Principalmente de él, y luego de ella por no haberle puesto remedio a tiempo.

¿Y qué pasó?, te preguntarás... Pues muy sencillo. Como todo el mundo sabe, generalmente, la mujer se rige sexualmente por el juego de la seducción, la pasión, la sorpresa, el misterio..., cosas que, como no le pusieron remedio, se perdió entre ellos dos con la convivencia diaria. No entiendo por qué, pero sucedió así.

Además, mi amigo, también se queja de que a su chica empezó a interesarle más las tareas de la casa que el sexo. Pero lo que mi amigo no sabía es que esto sucedió debido al injusto reparto de las tareas domésticas que ambos establecieron. Ella tenía una doble jornada: trabajaba fuera y en casa; por lo que al llegar la noche estaba totalmente agotada.

La solución, lógicamente, parece muy sencilla. Deben sentarse para tres cosas: para hablar, para hablar y para hablar.

Deben pactar un reparto equitativo de las tareas de la casa, porque curiosamente, éste es uno de los asuntos que mayores fricciones e incluso rupturas provoca en las parejas. Lo adecuado es que desde antes de convivir juntos, quede pactado (y de forma justa) el reparto de las tareas del hogar.

Al principio, de la convivencia, a ella le hacía tanta ilusión planchar sus camisas, pero... al cabo de un tiempito (no muy largo) empezó a estar harta de recoger su ropa sucia y de limpiar siempre sola la casa.

También hay mujeres (conozco a más de una) que cometen el error de hacer siempre ellas las cosas por no tener la casa desordenada y sucia. Así, sus parejas (en el caso de que sean hombres) no llegan a darse cuenta de que las tareas no se hacen solas.

Otro error es aceptar un reparto injusto a favor del varón porque no sabe hacer nada, como si ellas hubieran nacido sabiendo...

A veces, la solución más sencilla es que si ambos trabajan fuera y se lo pueden permitir, que contraten a alguien. Aunque siempre habrá cosas que también deben ser repartidas y que no las debe hacer ella sólo por ser mujer.

Y para recuperar la pasión: hablar sobre el sexo, ver películas eróticas, preparar encuentros morbosos y especiales, acariciarse mientras ven la tele, o mejor aún, acariciarse sin ver la tela (la tele “agilipolla” bastante), ducharse juntos y jabonarse el uno al otro, y hacer el amor todas las noches, ya que cuanto más se haga más predisposición habrá a seguir haciéndolo.

Joder, para no ser Super-Manu... no está tan mal, ¿qué no?

Hasta mañana, que volveré con más súper-consejos románticos. Gracias.

domingo, 16 de marzo de 2008

Consejo romántico número 75. Luchar contra el aburrimiento y la monotonía II.

En el consejo 19 del día 20 de enero ya hablé sobre la monotonía y el aburrimiento. Y comencé diciendo que el aburrimiento y la rutina son los mayores enemigos de la Pasión y el Romanticismo.

Las personas esclavas de la costumbre son las que hacen siempre las cosas de la misma manera. Y esto limita mucho a la hora de buscar nuevas ideas.

Déjame que te haga una pregunta absurda: ¿os acostáis cada noche en el mismo lado de la cama? Seguramente es así. Déjame que te siga preguntando: ¿qué sentido tiene que tú te acuestes siempre en el mismo lado y tu pareja en el otro? El único sentido que tiene es el de satisfacer la costumbre de los dos.

Los hábitos nos facilitan la vida e incluso en algunos casos son muy útiles, como por ejemplo, acordarse cada día de cepillarse los dientes después de cada comida y antes de acostarse. Pero a la hora de ser creativos, los hábitos y las costumbres son grandes enemigos de nuestro cerebro.

Para mantener nuestra mente en forma y aumentar nuestra creatividad debemos cambiar de vez en cuando algunos de nuestros hábitos rutinarios, porque aunque sean esas pequeñas cosas que nos hacen la vida más cómoda, también hacen que no tengamos que pensar. Y para ser creativos hay que pensar; y a pensar se aprende pensando. Por eso, cambiar algunas costumbres nos fortalecerá el músculo del pensamiento...

Mi consejo romántico de hoy es jugar cada noche a acostarse dónde primero se nos ocurra, porque además de ser divertido, nos recordará cada día que debemos huir de la rutina. Cuidado, tampoco consiste en acostarse cada noche alternativamente en un lado, porque entonces, habríamos cambiado una costumbre por otra...

Te recuerdo que en mi libro “Cómo mejorar tu relación de pareja” te cuento en un capítulo completo cómo luchar contra el aburrimiento y la monotonía, y te doy muchas ideas sobre cosas que hacer para combatir la rutina. Además, también incluyo algunas técnicas y trucos para pensar de forma creativa.

Hasta mañana. Gracias.

sábado, 15 de marzo de 2008

Consejo romántico número 74. Céntrate...

Los halagos... ¿A quién no le gusta los halagos?

En cada conversación con tu pareja debes halagarla, si es que no lo haces. Tómate unos segundos en cada conversación para halagar sus ojos, su cabello, sus labios, el color de su piel, sus senos... Ríndele culto a los senos de tu chica. Sean como sean son preciosos. Los pechos de una mujer siempre son divinos, ¿que no?

Halágala o halágalo en medio del diálogo, como si la interrumpieras o lo interrumpieras, y luego, retoma la conversación con preguntas simpáticas del tipo: “¿qué me decías...?”

Y ten cuidado a la hora de halagar a la persona que amas. Alguna que otra vez he podido presenciar a algún hombre decirle a su mujer, que está estrenando un vestido nuevo, alguna frase del tipo: “Qué vestido más bonito llevas”. Ella, lógicamente, le sonríe y no le vuelve a dirigir la palabra durante toda la noche.

¿Qué ha pasado, si aparentemente el hombre del ejemplo se ha dado cuenta de que ella lleva algo nuevo, lo cual es poco usual...? Pues... que ella no se ha sentido especial, él sólo se ha fijado en el vestido, no en ella. Lo correcto hubiera sido que le hubiera dicho: “Qué bien te sienta ese vestido nuevo, cariño”. Así, además de haberse percatado de la nueva prenda, él se ha centrado en su mujer y consigue que se sienta especial porque el vestido le sienta bien, es ideal para ella. Es como si, independientemente de cómo sea el vestido, la chica lo hace especialmente bonito. La clave está en centrarse en la persona, no en lo demás: maquillaje, ropa, perfume, coche...

Hasta mañana, y gracias por seguir ahí.

Por cierto, ¿te he pedido alguna vez que me dejes algún comentario...?

viernes, 14 de marzo de 2008

Consejo romántico número 73. Chocolate para adultos...

Tanto si le gusta el chocolate como si no, este pequeño detalle puede ser genial...

¡Regálale un huevo Kinder!

Sí, un huevo Kinder. Le quitas el envoltorio a uno con mucho cuidado, sacas el huevo de chocolate y con el máximo esmero lo abres, con cuidado de no romper las dos mitades de chocolate. A continuación, extraes la cápsula de plástico de su interior, la abres y sacas la sorpresa. Pero ahora no te pongas a montarlo y a jugar con ella... Mejor introduce alguna notita escrita de tu puño y letra, con alguna frase de Amor o con una expresión de lo que sientes por tu pareja. Luego vuelves a unir las dos partes del huevo, y con ese talento que te caracteriza y con mucho primor envuelves nuevamente el huevo. A continuación, es conveniente que lo metas unos minutos en el congelador para que ambas piezas de chocolate se suelden bien. ¡Y ya está!

Ya tienes un huevo Kinder romántico para tu pareja. Un detalle romántico, rápido, barato y... ¿diferente?

Hasta mañana. Te espero aquí con nuevos detalles románticos.

Por favor, déjame algún comentario…

Gracias.

jueves, 13 de marzo de 2008

Consejo romántico número 72. Un café, por favor...

Las estadísticas sobre las parejas me aterrorizan... ¿Sabes que cada día se rompen en España unos 500 matrimonios, lo que supone que cada poco más de 3 minutos se rompe uno?

Y me pregunto yo: ¿entonces, cuántas parejas se rompen en total cada día, si incluimos las relaciones de noviazgo? No quiero ni pararme a pensarlo...

Supongo que una de las causas de tanta ruptura es que se le dedica muy poco tiempo a la relación. Con un modo de vida como el actual las parejas no suelen desayunar ni comer juntos por la incompatibilidad de los horarios de trabajo; y por la noche, es difícil charlar después de una dura jornada de trabajo porque el cansancio y el sueño acaban por imponerse; y como no, la dichosa televisión... Luego, los fines de semana, cada uno tiene que dedicar parte del tiempo de ocio a todo aquello que no ha podido hacer durante el resto de la semana: los hobbies particulares, las tareas de la casa, el trabajo pendiente, las compras, las visitas a (y de) los familiares... En fin, ya sólo nos quedan las vacaciones. Sin embargo, generalmente, las parejas apenas se dedican una o dos semanas al año para disfrutar de unas vacaciones de verdad.

Conclusión: es difícil mantener viva la Magia del Amor cuando el trabajo y otras “obligaciones” nos dejan tan poco tiempo que dedicar a la relación de pareja.

Pues bien, todo esto que acabo de decir no es más que una excusa que algunas y algunos arguyen para justificar lo que está pasando.

Esta no es la primera vez que digo que tiempo hay suficiente para todo. Que otra cosa no, pero tiempo, lo que se dice tiempo, todo el mundo tiene el mismo: 3.600 segundos cada día. La clave no está en cuánto tiempo hay, sino en cómo se usa ese tiempo.

Es suficiente con reservar sólo algunos minutos cada día a la pareja, como también se le reserva a la tele, a la copa con los amigos, a los hobbies, a leer la prensa deportiva, a leer las revistas de moda... Debemos avivar continuamente la relación con lo que tantas veces he repetido: los pequeños detalles cotidianos y diarios. Tenemos que recuperar el Romanticismo.

¿Necesitas algunas sugerencias? Pues... desde el día 1 de enero, cada día te he dado una diferente. No obstante, como te prometí aquel mismo día, cada noche te dejaré una nueva. El secreto está en que no sólo la leas, lo cual me enorgullece, sino en que además la pongas en práctica de forma inmediata. ¿Que no?

Y como hoy no va a ser menos... ¡Ahí va otra sugerencia romántica!

Levantaros juntos, independientemente de quién empiece a trabajar antes. Además, levantaros con buen humor. Es muy importante empezar el día con buen humor.

Eso de: “yo no soy persona hasta que no ha pasado una hora”, no es más que una absurda creencia, que como todas las creencias, se acaban cumpliendo. Cambia ese pensamiento por el de: “Jaaaalllll, no puedo, no puedo, no puedo... Cobarde...”. Verás qué diferencia...

Y no os levantéis con la hora pegada al culete, así, además, podréis desayunar juntos. ¿Recuerdas el pedazo de desayuno que preparamos el pasado viernes 29 de febrero (consejo romántico número 59)? Pues aunque era tan rico, no es necesario tanto despliegue. Un zumito natural, unas tostadas, cereales, café, leche y poco más son suficientes. Y para ello no necesitas más de 15 minutos. Te lo digo yo que cada día dedico un cuarto de hora a desayunar y me zampo un banquete...

Una breve charla por la mañana con la persona amada servirá para afrontar con más ganas el largo día que queda por delante. No subestimes el poder de desayunar junto a tu pareja. Tiene más vitaminas que todo lo demás.

Como puedes comprobar, el Romanticismo es sencillo si se quiere... Pequeños detalles pueden dar grandes resultados.

Hasta mañana y muchas gracias por seguir ahí.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Consejo romántico número 71. No será un sueño...

Ayer martes 11 de marzo, se incorporó una nueva lectora al blog. Se llama Silvia y es muy simpática. Me escribió un correo electrónico en el que me decía precisamente eso, que ayer por casualidad se cruzó con este blog y no pudo aguantar la tentación de leerlo entero, aprovechando la ausencia de su jefe. También me dijo que los consejos les parecen fabulosos y me agradecía que los compartiera con todas y todos.

Aprovecho para darle las gracias por sus amables palabras.

Asimismo, me pidió que le diera un consejo. En concreto, me preguntó que qué puede hacer para que su pareja la recuerde aun más cuando se va de viaje. Ella suele pulverizar su perfume en la maleta, para que cuando su marido (con el cuál lleva sólo 40 días de casada) la abra, sienta su aroma. Qué lindo, ¿verdad?

Pero... podemos rizar más el rizo.

¿Te imaginas comprar un peluche y ponerle una nota de Amor que diga algo así: “Esta noche, cuando te sientas sola (o solo) abrázame. No será un sueño... Me habré transformado para ti en un osito de peluche”?

Ya sólo falta mandarlo por mensajero al hotel en el que se vaya a alojar tu pareja. Acuérdate de avisar a la recepción para que estén esperando el paquete y lo dejen encima de la cama de la habitación que le habrán asignado.

No creas que es complicado, porque entonces no lo harás. Para el personal de un hotel esto no es nada dificultoso. Además, estarán encantados de ayudarte para que tu pareja se lleve un buen recuerdo de su estancia en el hotel. Y una agencia de mensajería tampoco cobra mucho dinero por mandar un peluche a otra ciudad.

Recibo varios correos electrónicos todos los días de las lectoras del blog (muy pocos de los lectores), los cuales respondo lo antes posible. Hoy me ha llegado el primer correo en el que se me pide expresamente que hable sobre un tema concreto. Si tú también quieres que hable sobre un asunto que te interese, por favor, no dudes en pedírmelo. Estaré encantado de complacerte.

Ya sabes que mi correo es: mpuntomoreno@gmail.com.

Hasta mañana, y muuuuuchas gracias.

martes, 11 de marzo de 2008

Consejo romántico número 70. Sudad la camiseta juntos...

Al principio de una relación, cada uno de los miembros de la pareja tiende a sacar la mejor versión de sí misma o sí mismo, en todos los aspectos. Sin embargo, una vez que la pareja se ha consolidado se empiezan a descuidar algunos aspectos, como por ejemplo, la apariencia física y el vestuario.

Al comienzo de la relación hasta nos privamos del exceso de comida para cuidar la línea y eliminar esos dos kilillos que sobran. Sin embargo, pasado un tiempo, algunas personas dejan de hacer ejercicio, desatienden la alimentación, se despreocupan de los más de 5 o 10 kilos de más, descuidan su forma de vestir...

Esta es una de las señales inequívocas de que la relación está estancada e inmersa en la monotonía.

Hay una forma de salir de aquí y de volver a los comienzos: ¿por qué no empezáis a hacer deporte juntos? Os podéis apuntar en un gimnasio. Además de ser muy romántico y divertido es muy saludable para cada uno y para la relación. Asimismo, mejora la actitud y el entusiasmo. ¡Créeme!

No importa qué tipo de deporte practiquéis, pero debéis sudar, a ser posible, cada día y al menos durante 45 minutos. ¡Ojo!, antes de comenzar, si no estáis acostumbrados a hacer deporte, deberíais consultar al médico.

Con el ejercicio físico el cuerpo libera hormonas y otras combinaciones químicas que provocan el bienestar físico y mental. Os veréis fortalecidos física y mentalmente, lo que os hará más atractivos y os convertirá nuevamente en las personas de la que una vez os enamorasteis mutuamente.

Hacer deporte es tan importante que incluso me atrevo a afirmar, sin riesgo de equivocarme, que la relación de pareja no será la misma con la práctica de deporte que sin ella. Haced la prueba...

Existen tantas posibilidades: levantar pesas, correr, aeróbic, spinning, natación, ciclismo, squash... Además, si combináis varias disciplinas será más divertido y lo haréis más a gusto.

Y si ya hacéis deporte habitualmente, incrementad alguna variable durante el entrenamiento: ejercitaros de forma más intensa, durante más tiempo cada día, durante más días a la semana...

Gracias y hasta mañana, que volveré con más consejos románticos.

P.D.: ¿me dejas tu comentario...? Gracias otra vez.

lunes, 10 de marzo de 2008

Consejo romántico número 69. ¿Te has preguntado alguna vez...?

A veces, estamos sometidos a las urgencias del día a día, y eso no nos deja pararnos a reflexionar sobre lo verdaderamente importante de nuestras vidas. Por eso, en este momento te invito a que te concedas el privilegio de pensar en lo más importante: en tu relación de pareja. Independientemente de cómo sea tu relación, déjame que te diga que siempre es mejorable, siempre es perfectible... La clave está en que te pares a examinar a fondo qué está pasando, qué haces, cómo lo haces, qué puedes hacer mejor, cómo lo puedes hacer mejor y qué pasaría entonces.

Sin pretender ser exhaustivo, déjame que te sugiera algunas preguntas que te puedes hacer (que te debes hacer) para mejorar vuestra relación amorosa. Contéstalas de forma sincera, con la mente abierta y con actitud positiva. Piensa que gran parte de lo que sucede y de lo que sucederá depende y dependerá en gran medida de ti y sólo de ti, lo cual es maravilloso.

Mi consejo de hoy es: reflexiona por favor la respuesta a estas preguntas. Y hazte las tuyas propias. Seguro que con tu aportación mejorarás grandemente esta lista.

- ¿Cómo puedo conseguir demostrarle más Amor, aún si cabe?

- ¿Qué tipo de necesidad creo que tiene mi pareja y que yo no estoy satisfaciendo en la actualidad?

- ¿Cómo puedo conseguir más tiempo libre para estar con ella?

- ¿Qué nuevos detalles amorosos y románticos puedo tener?

- ¿Cómo puedo volverme indispensable para mi pareja?

- ¿Cómo puedo atender mejor sus quejas y cómo puedo evitar que vuelva a tenerlas?

- ¿Cómo puedo mejorar mi forma de comunicarme con ella?

- ¿Cómo puedo mejorar nuestras relaciones íntimas en cuanto a calidad y en cuanto a cantidad?

- ¿Cómo puedo animar a mi pareja para que busque conmigo activamente nuevas formas de mantener la Magia de nuestro Amor?

- ¿Cómo puedo mejorar mi imagen para ella?

- ¿De qué manera puedo comportarme mejor?

- ¿Cómo puedo darle más Amor?

- ¿Cómo puedo ser más romántica o romántico?

Ni que decir tiene que este esfuerzo debe hacerlo los dos, al unísono. Si sólo uno de los miembros se esfuerza en mejorar la relación, pasará como en una barca con dos remos, en la que sólo se rema con uno de ellos: la barca (la relación) dará vueltas sin rumbo...

Hasta mañana.

Por cierto, déjame que te enseñe un video-promocional de mi libro. Por favor, cuéntame qué te parece.

Gracias.


domingo, 9 de marzo de 2008

Consejo romántico número 68. Tragarse el orgullo...

Hoy, las españolas y los españoles, tenemos que sentirnos orgullosas y orgullosos, porque hemos acudido masivamente a las urnas para ejercer nuestro derecho de manifestar nuestras convicciones políticas de forma libre y democrática. Y hoy, las españolas y los españoles, también les hemos dicho a nuestros políticos que tienen que tenderse mutuamente la mano y que deben dejar el orgullo personal al lado por el bien del colectivo.

Algo parecido a lo que les sucede a los dirigentes de los dos principales partidos políticos de nuestro país les pasa también a algunas parejas, es decir, a veces, ambos se frenan y se quedan esperando a que sea el otro o la otra quien mueva la primera ficha. En estos casos, es importante tener en cuenta que hacer el primer movimiento no significa ceder, sino todo lo contrario, denota tener mucha seguridad en sí mismo, más amor y más disposición a arriesgarse en pro de la pareja. Y esto, en absoluto es una señal de debilidad.

Si en este momento estáis enfadados por algo que haya ocurrido recientemente, no esperes a esta noche para veros y solucionarlo. Llámala o llámalo ahora mismo y queda con ella o con él dentro de un rato para solucionar este malestar entre ambos. No seas perezosa o perezoso y llama ahora mismo. El orgullo... para los negocios, no para la persona que tanto amas. Tragarse el orgullo es un bonito detalle romántico. ¿Que no?

Buenas noches y hasta mañana.

Gracias.

sábado, 8 de marzo de 2008

Consejo romántico número 67. Amar en igualdad, con confianza, en libertad...

En el consejo romántico de ayer viernes hablábamos sobre la “igualdad” en la pareja, y decíamos que la relación de pareja debía ser una relación justa, donde ninguno es más que el otro, donde ninguno puede obligar al otro a hacer algo ni a dejar de hacerlo. Y es que como decíamos ayer, “Amar a una persona no es poseerla”.

Asimismo, acabábamos introduciendo otro ingrediente esencial para la relación de pareja y para el romanticismo, la “confianza”, pero ahí nos quedamos. Por eso, hoy quiero hablar de la confianza en la persona amada.

Ni que decir tiene que hay que fiarse de que nuestra pareja respeta el compromiso que adquirió con nosotros, al igual que nosotros mismos debemos respetar ese compromiso. En una relación amorosa las dos personas deben respetar a la otra por decisión propia, no por imposición, evitando llevar a cabo actos que la dañen.

Si nuestra pareja nos ama no necesitamos saber dónde está en cada momento ni necesitamos conocer todas las cosas que hace. Más bien, debemos apoyar su autonomía e independencia.

No poseer a la pareja demuestra que respetamos uno de los valores más importantes del ser humano: la libertad.

Las personas que limitan la libertad de su pareja denotan:

- falta de confianza en sí mismas y en la persona amada;

- no están seguras del Amor que sienten ni del Amor que la otra persona siente por ellas.

Si alguien está dificultando la libertad de su pareja, debe preguntarse lo siguiente:

- ¿por qué quiero que ella haga lo que yo deseo?;

- ¿por qué necesito saber qué hace, cuándo, con quién y por qué lo hace?;

- ¿realmente me siento bien imponiéndole mi forma de pensar?;

- ¿lo que me atrajo de mi pareja al principio no era precisamente lo que la hacía diferente a mí?;

- ¿acaso yo soy perfecta o perfecto para juzgar a nadie?;

- ¿confío en el Amor que siente por mí?;

- ¿tengo miedo de que conozca a alguien mejor que yo si le doy la libertad que se merece?;

- ¿debe sentirse feliz sólo cuando está conmigo?;

- ¿no será que soy una persona insegura y dependiente?

Y si alguien nota que su pareja está limitando su libertad, debería preguntarse lo siguiente:

- ¿no es tu libertad lo más preciado que tienes?;

- ¿no crees que eres demasiado valiosa o valioso para que alguien te coarte tu libertad?;

- ¿por qué tiene tu pareja tanto miedo de perderte?;

- ¿por qué permites que te impongan otra forma de ser o de pensar?;

- ¿no son tus propios intereses tan importantes como los de tu pareja?

En una relación de Amor verdadero los dos, ante todo, son iguales. Y como tales, los dos son igual de importantes. Se tienen absoluta confianza, comparten sus pensamientos, sus aficiones y se alegran por los logros de cada uno.

En una relación donde las dos personas son iguales, el Amor dura para siempre.

Nunca exijas nada a tu pareja. No tienes ningún derecho sobre ella o sobre él. Simplemente agradécele su compañía y las cosas que hace por ti. Aprecia los momentos que pasáis juntos y a gusto. Si prefiere hacer algo diferente a lo que tú quieres hacer, no te molestes. Respeta su decisión porque respetas su libertad.

Cada mañana, cuando te levantes, piensa: hoy no haré nada que le obligue para que se quede conmigo. Mientras yo le deje la puerta abierta voy a saber que está ahí porque se quiere quedar conmigo; porque si se quisiera ir, ya se habría ido.

Como sabes, soy un acérrimo defensor y promotor del romanticismo, pero… sin igualdad y/o sin confianza, no puede haber romanticismo.

Hasta mañana y gracias.

Por cierto, hoy no te voy a pedir que me contestes a la pregunta que os planteé el pasado lunes 3 de marzo, en el consejo romántico número 62. Pero lo que sí te voy a rogar es que me dejes algún comentario en el blog...

viernes, 7 de marzo de 2008

Consejo romántico número 66. Amar no es poseer. Amar es...

Una chica que conozco y aprecio me decía esta mañana que su novio es muy posesivo con ella y que no le permite hacer casi nada. Él cree que Amarla es poseerla, pero ella no le pertenece...

Uno de los ingredientes esenciales la relación romántica de pareja es la “igualdad”. Tus intereses son tan importantes como los de tu pareja. El Amor debe ser una relación justa, donde ninguno es más importante que el otro, donde no debe haber exigencias, donde ninguno puede obligar al otro a hacer algo ni a dejar de hacerlo.

Amar no es poseer.

En cambio, Amar si es:

- respetar su genuina forma de ser, de pensar y de actuar;

- respetar sus deseos, sus necesidades, sus expectativas y sus sueños;

- no imponerle las ideas propias ni los propios puntos de vista;

- confiar en la pareja;

- respetar y fomentar sus hobbies, sus aficiones y sus intereses particulares;

- disfrutar de las actividades que le gustan a la persona amada;

- permitirle soñar sus metas y ayudarle a convertirlas en realidad;

- dejar que disfrute de sus propias habilidades;

- aceptar sus decisiones;

- respetar sus amistades sin importar el sexo y compartirlas, y permitir y fomentar que se relacione con ellas;

- no creer que la pareja es un derecho adquirido que nunca podrá abandonarnos aunque no merezcamos estar con ella;

- saber que ambos pueden vivir separados, aunque han decidido vivir juntos;

- ...

La “confianza” es otro de los ingredientes del Amor de pareja, y esencial para el romanticismo, pero... de la confianza hablaremos mañana.

Me despido por hoy, pero no sin antes agradeceros nuevamente los interesantes correos electrónicos que me habéis enviado y en los que respondíais a la pregunta que os planteé el pasado lunes 3 de marzo, en el consejo romántico número 62.

Si todavía no te has animado a contestarme, te ruego que leas el consejo número 62 y me respondas a la pregunta que allí dejé formulada. Como siempre, puedes mandarme tu respuesta a mi correo personal mpuntomoreno@gmail.com.

Hasta mañana, y gracias una vez más.

jueves, 6 de marzo de 2008

Consejo romántico número 65. ¿Te acuerdas...?

Sí, lo confieso. A veces puedo llegar a rozar la cursilería con algunos consejos románticos. Por eso, hoy voy a ser más... ¿directo?

El romanticismo, como tantas veces he dicho, y como seguiré diciendo, reside en los pequeños detalles y en los pequeños gestos de Amor. Y como casi siempre, éste es un mensaje dirigido principalmente a los varones, que generalmente somos más descuidados que las chicas para este tipo de cosas. Repito: generalmente...

¿Y cuáles pueden ser algunos de esos pequeños detalles, que aunque pequeños encierran una fuerte carga romántica?

Pues son infinitos. Por ejemplo:

- cambia el rollo de papel higiénico del váter cuando se acaba;

- no mees fuera del váter. ¿O se dice orinar?;

- seca el brocal si has salpicado un poco;

- recoge lo que has usado y limpiar lo que ensucies;

- no dejes los calzoncillos tirados por el suelo, esperando a que se vayan solos a la cesta de la ropa. Es más, ¿por qué no recoges durante un tiempo la ropa de ella?;

- limpia el lavabo después de afeitarte;

- aféitate cada día para no rasparle la carita;

- no te tires pedos en la cama, como tampoco lo hacías al principio de la relación, ¿recuerdas?;

¿Sigo...? No, lo dejaré por hoy, no vaya a ser que pierda mi imagen de cursi por la de macarra...

Hasta mañana y gracias.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Consejo romántico número 64. Fulanita, Menganito...

Hay gente que se lamenta de que no tiene memoria para los nombres, que los olvida muy fácilmente, y que por eso nunca recuerda cómo se llaman las personas que han conocido recientemente. Yo pienso que no hay nadie con vacío de memoria para los nombres. Es más, pienso que todo el mundo tiene memoria suficiente, lo que pasa a veces, es que en cuanto un dato se nos atasca, nos rendimos y no seguimos buscando en el disco duro de nuestra cabeza. Y así, pasamos el tiempo creyendo que no tenemos memoria...

¿Por qué se olvidan entonces los nombres?

En muchas ocasiones, cuando conocemos a alguien, no prestamos la suficiente atención cuando nos dice cómo se llama y por eso no lo recordamos pasados unos minutos. Siempre que tenemos enfrente a alguien que acabamos de conocer, nos distraemos tratando de agradarle y de que nos vea bien, nos retocamos el pelo, la ropa... y sonreímos. Durante estos primeros instantes prestamos más atención a muchas otras cosas en vez de atender a su nombre.

Para cualquiera, su propio nombre es una de las palabras más importantes y más dulces que puede escuchar. Sin embargo, hay personas a las que no les gusta su nombre de pila y prefieren que la llamen por algún apodo o diminutivo. Cada cual tiene derecho de escoger su propia identidad. Por eso, llama a la gente como a ella le gusta que la llamen.

Si quieres influir en alguien o que cualquier persona tome en cuenta lo que dices o simplemente quieres comunicarte mejor, es importante que conozcas el nombre de las personas con las que te rodeas (o su apodo) y que lo pronuncies a menudo, pero sin pasarte...

Te recomiendo que cuando conozcas a alguien prestes atención a su nombre. Y cuando te lo diga, mírala o míralo a los ojos para concentrar tus sentidos de la vista y del oído; y repítelo mentalmente al menos 3 veces. Luego, pronúncialo varias veces durante la conversación. Te aseguro que jamás olvidarás el nombre de esa persona.

Yo, particularmente, me siento muy bien cuando alguien me habla llamándome por mi nombre, consigue que me sienta importante, apreciado, considerado. Y me gusta incluso sabiendo que algunas y algunos lo hacen precisamente para agradarme, porque pretenden venderme algo...

Y hablando de romanticismo... ¿Sabes cuándo me gusta escuchar mi nombre más que en ninguna otra ocasión? Pues sí, cuando estoy haciendo el Amor. En ese momento, mi nombre suena mejor que nunca. Me hace sentir de una manera muy especial. Por eso, mi consejo romántico de hoy es: pronuncia su nombre muy a menudo mientras hagáis el Amor. Tanto si tu pareja sabe esto, como si no, también le encantará que lo hagas...

Hasta mañana, y gracias.

Por cierto, ¿me has contestado ya por correo electrónico a la pregunta que os lancé anteayer? Por favor, si no lo has hecho todavía, te ruego que me contestes enviándome una correo a mpuntomoreno@gmail.com

Nos vemos mañana aquí mismo.

martes, 4 de marzo de 2008

Consejo romántico número 63. Caliente, caliente...

Antes que nada, quiero agradeceros sinceramente todos los correos electrónicos que me habéis mandado respondiéndome a la pregunta que os plateé ayer, lunes 3 de marzo al final del consejo romántico número 62. Y aprovecho para animaros a las que todavía no lo habéis hecho. Y digo “las”, porque tal y como me temía, todas (repito, TODAS) las respuestas que he recibido iban firmadas con nombre de chica...

Algunas de vosotras me han preguntado también, lo cual me halaga mucho, que si realmente soy así como aparento o simplemente es una fachada lo que muestro en este blog. Tengo que decir en mi favor que efectivamente soy muy romántico, pero no porque venga así de serie, sino porque realmente quiero ser así. La vida te sonríe cuando eres romántico y tienes una actitud romántica.

Así que, si hasta ahora os he parecido algo... ¿cursi?, a ver que os parezco tras el consejo romántico de hoy, porque... ¿sabes qué me gusta hacer y siempre haré? Cuando me meto en la cama unos minutos antes que mi pareja, siempre le dejo a ella el lado calentito; es decir, el lado de la cama en el que he estado esperándola. Y cuando a media noche ella se levanta a beber o a hacer un pis, siempre me voy para su lado y me coloco allí para mantenérselo calentito.

La carita con la que ella entra en la cama merece mucho la pena. Si no lo habéis hecho nunca, probadlo. Es genial.

Hasta mañana. Y por favor, contéstame a la pregunta que te hice ayer. Puedes mandarme un correo electrónico a esta dirección: mpuntomoreno@gmail.com. Gracias por adelantado.

lunes, 3 de marzo de 2008

Consejo romántico número 62. Préstale atención...

Estoy muy sensibilizado con todo lo que tiene que ver con el Amor. Por eso, me capta la atención todo lo relacionado con el romanticismo y las parejas. Hace unos días, estuve cenando con un cliente en un restaurante, y como la conversación me aburría mucho, no pude evitar estar pendiente de una pareja que había a la izquierda de la mesa en la que mi cliente y yo nos encontrábamos sentados...

Espero que ese señor (mi cliente) no esté leyendo esto; aunque presumiblemente no lo hará, porque denotaba ser muy machista y nada romántico.

A pesar de que yo aparentaba estar escuchándolo, realmente estuve tratando de adivinar la cuota de Magia que todavía pudiera existir en aquella pareja. Es curioso que parecían estar menos interesados el uno en el otro que yo en mi respetable cliente.

Casi no se dirigieron la palabra ni la mirada. Parecían dos desconocidos que compartían la misma mesa. A mitad de la cena, el varón se levantó, posiblemente para ir al baño, y me llamó mucho la atención que ni siquiera le advirtiera a su chica que se ausentaría durante un momento. Simplemente se levantó y punto.

Lo correcto hubiera sido que cuando él se hubiera puesto de pié se hubiera acercado a ella, le hubiera tocado el brazo, la hubiera acariciado y acercándose al oído como si le fuese a contar un secreto le hubiera dicho algo del estilo: “Mi amor, voy al baño. Vuelvo en cinco minutos”, y al finalizar la hubiera besado. Por supuesto, ni que decir tiene, que al volver del baño la hubiera tocado de nuevo, la habría besado y le diría: “Te he echado de menos cariño...”.

Pero bueno, esto surge de forma espontánea cuando la Magia del Amor sigue vigente... No permitamos que la Magia se agote. Sólo depende de nosotros mismos.

Hasta mañana, que volveré con más consejos románticos.

Por cierto, antes de marcharme, me gustaría que me mandaras un correo electrónico a mpuntomoreno@gmail.com y me contaras qué es para ti un fin de semana romántico y qué debe haber obligatoriamente en cualquier fin de semana romántico.

Por favor, tu opinión me merece mucho respeto, y esto sólo te llevará dos minutos, no más. Por eso, te ruego que me contestes.

Qué es para ti un fin de semana romántico y qué NO debe falta en ese fin de semana romántico.

Gracias y hasta mañana.

domingo, 2 de marzo de 2008

Consejo romántico número 61. Buenas noches.

Mira la hora que es, casi media noche. He llegado por los pelos. Ya casi estarás a punto de irte a la cama, porque probablemente mañana lunes tengas que madrugar. Seguro que estás con tu pareja charlando, no viendo la tele. Y seguro que ella está a punto de quedarse dormida... qué rica.

¿Qué te parece si la coges en brazos cuando se duerma, la llevas al dormitorio suavemente sin despertarla, la reposas dulcemente sobre la cama, la desnudas muy despacio y delicadamente y la tapas? ¡Ah!, y no se te olvide darle un delicioso beso en la frente.

Mañana cuando se despierte, seguro que te cuenta que soñó contigo y que tú eras un príncipe azul...

Buenas noches y hasta mañana. Hoy ha sido corto pero muy dulce, ¿verdad?

Gracias.

sábado, 1 de marzo de 2008

Consejo romántico número 60. Ja ja ja...

A las mujeres les gustan (o por lo menos eso nos hacen creer) más que los hombres guapos, los que son atractivos e interesantes. Menos mal que es así… Pero la cualidad más importante que tiene un hombre atractivo e interesante es que la sabe hacer reír.

La risa de una mujer... Cuánto darías por la risa de la mujer, de tu mujer, ¿verdad?

Ayer ya lo decíamos: es indispensable que el varón sepa hacer reír a su chica. Y esto debemos tomárnoslo como un simpático reto personal. Después de todo, reír es bueno para la salud, así que hacer reír es hacer algo sano por la pareja.

Pero muchas mujeres se quejan de que su hombre ya no es tan simpático ni tan expresivo ni tan seductor ni tan salado como al principio. Es curioso, pero al comienzo de la relación los hombres sacamos al humorista que llevamos dentro. Sin embargo, pasado un tiempito, nos sale el político: serio, reservado, seco, agrio…

¿Y cómo podemos hacer reír a nuestra mujer después de tanto que hace que la conocemos? Ufff, vaya pregunta… La buena noticia es que tú sabes mejor que nadie cómo lograrlo.

Hacer reír, y especialmente a una mujer, es un arte que se adquiere con esfuerzo, con paciencia, con intuición, con mucho sentido del humor y con mucho sentido común. A veces, el estado de ánimo o la actitud inicial de alguno de los dos o de los dos, hace difícil el reto. Por eso, conviene no empeñarse en hacer reír a toda costa. En estos casos es mejor retirarse a tiempo que perder una batalla. Tenemos toda la vida para volver a ser como al principio.

Procura hacerla reír siempre. Pero sobre todo cuando ella esté triste o de bajón. No es tan difícil conseguirlo cuando se tiene el objetivo presente en cada momento. Haz que hable y escúchala atentamente; y tú mismo te darás cuenta de qué debes decir y cómo debes decirlo para resultar simpático. Pero cuidado, no tengas prisa en decir chorradas para provocar la risa... No peques de graciosillo. Y recuerda que el alcohol NO ayuda.

Hasta mañana, que volveré con nuevos consejos románticos.

Gracias.