jueves, 13 de marzo de 2008

Consejo romántico número 72. Un café, por favor...

Las estadísticas sobre las parejas me aterrorizan... ¿Sabes que cada día se rompen en España unos 500 matrimonios, lo que supone que cada poco más de 3 minutos se rompe uno?

Y me pregunto yo: ¿entonces, cuántas parejas se rompen en total cada día, si incluimos las relaciones de noviazgo? No quiero ni pararme a pensarlo...

Supongo que una de las causas de tanta ruptura es que se le dedica muy poco tiempo a la relación. Con un modo de vida como el actual las parejas no suelen desayunar ni comer juntos por la incompatibilidad de los horarios de trabajo; y por la noche, es difícil charlar después de una dura jornada de trabajo porque el cansancio y el sueño acaban por imponerse; y como no, la dichosa televisión... Luego, los fines de semana, cada uno tiene que dedicar parte del tiempo de ocio a todo aquello que no ha podido hacer durante el resto de la semana: los hobbies particulares, las tareas de la casa, el trabajo pendiente, las compras, las visitas a (y de) los familiares... En fin, ya sólo nos quedan las vacaciones. Sin embargo, generalmente, las parejas apenas se dedican una o dos semanas al año para disfrutar de unas vacaciones de verdad.

Conclusión: es difícil mantener viva la Magia del Amor cuando el trabajo y otras “obligaciones” nos dejan tan poco tiempo que dedicar a la relación de pareja.

Pues bien, todo esto que acabo de decir no es más que una excusa que algunas y algunos arguyen para justificar lo que está pasando.

Esta no es la primera vez que digo que tiempo hay suficiente para todo. Que otra cosa no, pero tiempo, lo que se dice tiempo, todo el mundo tiene el mismo: 3.600 segundos cada día. La clave no está en cuánto tiempo hay, sino en cómo se usa ese tiempo.

Es suficiente con reservar sólo algunos minutos cada día a la pareja, como también se le reserva a la tele, a la copa con los amigos, a los hobbies, a leer la prensa deportiva, a leer las revistas de moda... Debemos avivar continuamente la relación con lo que tantas veces he repetido: los pequeños detalles cotidianos y diarios. Tenemos que recuperar el Romanticismo.

¿Necesitas algunas sugerencias? Pues... desde el día 1 de enero, cada día te he dado una diferente. No obstante, como te prometí aquel mismo día, cada noche te dejaré una nueva. El secreto está en que no sólo la leas, lo cual me enorgullece, sino en que además la pongas en práctica de forma inmediata. ¿Que no?

Y como hoy no va a ser menos... ¡Ahí va otra sugerencia romántica!

Levantaros juntos, independientemente de quién empiece a trabajar antes. Además, levantaros con buen humor. Es muy importante empezar el día con buen humor.

Eso de: “yo no soy persona hasta que no ha pasado una hora”, no es más que una absurda creencia, que como todas las creencias, se acaban cumpliendo. Cambia ese pensamiento por el de: “Jaaaalllll, no puedo, no puedo, no puedo... Cobarde...”. Verás qué diferencia...

Y no os levantéis con la hora pegada al culete, así, además, podréis desayunar juntos. ¿Recuerdas el pedazo de desayuno que preparamos el pasado viernes 29 de febrero (consejo romántico número 59)? Pues aunque era tan rico, no es necesario tanto despliegue. Un zumito natural, unas tostadas, cereales, café, leche y poco más son suficientes. Y para ello no necesitas más de 15 minutos. Te lo digo yo que cada día dedico un cuarto de hora a desayunar y me zampo un banquete...

Una breve charla por la mañana con la persona amada servirá para afrontar con más ganas el largo día que queda por delante. No subestimes el poder de desayunar junto a tu pareja. Tiene más vitaminas que todo lo demás.

Como puedes comprobar, el Romanticismo es sencillo si se quiere... Pequeños detalles pueden dar grandes resultados.

Hasta mañana y muchas gracias por seguir ahí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que razón tienes Manu. Los fines de semana siempre tenemos cosas pendientes y dejamos la relación un poco de lado.
Voy a tomar nota y haber de donde quito tiempo para dedicarselo a el.
Buen finde