Él estaba arreglando la moto en el garaje. Las manos las tenía llenas de grasa, y justo cuando ella entraba para preguntarle que a qué hora iban a salir para dar un paseo, él estaba limpiándose las manos con un trapo que antes era blanco y que ahora estaba casi negro...
Ella, bastante fastidiada por lo que acababa de ver, no esperó a que él le respondiera a su pregunta y se fue a casa de nuevo para acabar de preparar la comida.
Cuando el chico terminó con la moto, subió a casa para lavarse las manos, y al pasar al lado de su chica, intentó darle un beso pero ella se apartó. Él, aparentemente, no entendía nada de lo que estaba pasando. Sin embargo, ella parecía tener un motivo bien claro para que su actitud cambiara tan repentinamente...
Entre los dos pusieron la mesa al unísono, aunque ella parecía muy enfadada y no participaba de las conversaciones que él trataba de sacar. Se sentaron a comer. El ambiente se podía cortar con un cuchillo. Y cuando ella no pudo aguantarse más, estalló diciendo: “Lo has vuelto a hacer...”. A lo que él contestó: “¿Qué he vuelto a hacer? No entiendo nada, cariño”. Y ella repuso: “No me llames cariño. La semana pasada te cargaste una de mis toallas preferidas para sacarle brillo al dichoso tubo de escape de la moto; y hoy he visto que te estabas limpiando las manos con una de las camisetas que me gusta usar para dormir”. El chico bajó la mirada y dijo: “Lo siento, cielo, no me he dado cuenta”.
Ella se levantó de la mesa bruscamente y dijo mientras se dirigía al cuarto de baño: “Si me quisieras pensarías más en mí y te darías cuenta de las cosas”.
Ella estuvo unos veinte minutos en el aseo, y a él le dio tiempo suficiente para quitar la mesa y recoger la cocina. Y justo cuando se iba a sentar en el sofá para esperarla, ella salió, se dirigió a la cama y se acostó. Notó un bulto extraño debajo de la almohada, así que se incorporó y miró que era aquello. Y cuál sería su sorpresa cuando comprobó que el bulto aquél era un camisón de raso negro con una nota que decía: “Mi Amor, por las noches me despierto sólo para mirarte y siempre pienso que eres demasiado bonita para dormir con una simple camiseta, así que...”.
En fin, a veces las cosas no son como parecen...
Hasta mañana, y gracias.
Ella, bastante fastidiada por lo que acababa de ver, no esperó a que él le respondiera a su pregunta y se fue a casa de nuevo para acabar de preparar la comida.
Cuando el chico terminó con la moto, subió a casa para lavarse las manos, y al pasar al lado de su chica, intentó darle un beso pero ella se apartó. Él, aparentemente, no entendía nada de lo que estaba pasando. Sin embargo, ella parecía tener un motivo bien claro para que su actitud cambiara tan repentinamente...
Entre los dos pusieron la mesa al unísono, aunque ella parecía muy enfadada y no participaba de las conversaciones que él trataba de sacar. Se sentaron a comer. El ambiente se podía cortar con un cuchillo. Y cuando ella no pudo aguantarse más, estalló diciendo: “Lo has vuelto a hacer...”. A lo que él contestó: “¿Qué he vuelto a hacer? No entiendo nada, cariño”. Y ella repuso: “No me llames cariño. La semana pasada te cargaste una de mis toallas preferidas para sacarle brillo al dichoso tubo de escape de la moto; y hoy he visto que te estabas limpiando las manos con una de las camisetas que me gusta usar para dormir”. El chico bajó la mirada y dijo: “Lo siento, cielo, no me he dado cuenta”.
Ella se levantó de la mesa bruscamente y dijo mientras se dirigía al cuarto de baño: “Si me quisieras pensarías más en mí y te darías cuenta de las cosas”.
Ella estuvo unos veinte minutos en el aseo, y a él le dio tiempo suficiente para quitar la mesa y recoger la cocina. Y justo cuando se iba a sentar en el sofá para esperarla, ella salió, se dirigió a la cama y se acostó. Notó un bulto extraño debajo de la almohada, así que se incorporó y miró que era aquello. Y cuál sería su sorpresa cuando comprobó que el bulto aquél era un camisón de raso negro con una nota que decía: “Mi Amor, por las noches me despierto sólo para mirarte y siempre pienso que eres demasiado bonita para dormir con una simple camiseta, así que...”.
En fin, a veces las cosas no son como parecen...
Hasta mañana, y gracias.
3 comentarios:
Uhhhh!! Como me identifico yo con esto jejejej.
Buenos dias romantic@s ... ya esta aqui el finde .... bueno Manu que me identifico mucho con el caracter y la postura de esta chica porque ami me paso algo muy parecido. Metí la pata hasta el fondo cuando vi que en el coche habia unos preciosos bambús que le había comprado a su madre, mi asombro fue uhhhuuu!! y me dijo que eran para su madre, imaginate mi cara ... pensé que era broma, pero cuando fuimos a su casa y se lo dio a su madre ... no me lo creia!!
Me llevé todo el camino a casa discutiendo, porque hay que ver lo poco detallista que eres, despues dices que ... porque ... así todo el camino. Y el me decia; pero si despues no cuidas las plantas, te aburres... y yo mas replicaba, pero los bambus me gustan ojuuuuu.
Imaguinaros!! Pues mi sorpresa fue cuando abrí la puerta de casa y vi la maceta de bambús con un peluche grandote agarrandola .... la cara se me caia al suelo. Dios!! Cuanto sermon le habia echado yo jejejejej.
Así que en este consejo estoy convencida que mucha gente se reflejará.
Bueno no me enrrollo más jejejej.
Besitos
Ah!! Aun tengo esa maceta de bambús que riego como cada mañana me lavo la cara jejejeje.
Hola people!!
Bueno, hoy tengo que darle la razón a él (al chico del consejo)...porque alguien que se enfada y dice cosas tipo "si me quisieras pensarías más en mi" por una simple camiseta (que ok, puedes enfadarte porque no vamos a negar que da rabia, pero no creo que sea para tanto) no se merece a un chico asi. Así que por mucho que la quieras...dejale las cosas claras porque no tiene razón para tratarte así. ¡Y encima le regalas un camisón con estas palabras tan bonitas! Uuuuy. Como decimos por aqui, no anem bé!
Muchos besitos rom@nticos, ya sabeis que os quiero!
Carli
P.S Mariajo, guapa, MUCHA SUERTE con el examen de hoy!
Besitos para ti tambien Noche!
Como suele decirse, el movimiento y las acciones se demuestran andando. Ha sido muy bonita la forma que ha tenido ese chico de pedir disculpas y demostrar que está arrepentido y que no volverá a ocurrir. Seguro que ese chico era Miguel... jejeje.
Regina, siento si en algún momento te has sentido molesta con nuestros comentarios, pero aunque parezca mentira y no nos conozcamos de nada, este blog une. Pero sí, quizás los cometarios deberían ser menos personalizados. Aceptas las disculpas?
Manu, un beso enorme y para tí y para todos los lectores.
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