sábado, 5 de abril de 2008

Consejo romántico número 95. El Romanticismo está hasta en las piedras...

Se conocieron un 1 de julio en el aparcamiento del hospital Severo Ochoa. Y siete años después, casualmente, pasaron con el coche por el lado del hospital. Mayte le dijo a Miguel: “¿Te acuerdas del día en que nos conocimos ahí en el aparcamiento?”. Miguel sonrió mientras la miraba dulcemente, y dio la vuelta en la rotonda de la avenida de Orellana, para dirigirse hacia el aparcamiento del hospital.

Él recordaba perfectamente dónde aparcó aquel día su flamante coche negro, y se dirigió exactamente hacia ese mismo lugar, pero lamentablemente alguien había ocupado aquella plaza de parking, por eso, tuvo que estacionar a unos metros de allí.

Se bajaron del coche y simularon el encuentro de aquel maravilloso 1 de julio a las 15,00h. Casualmente, mientras caminaban por el lugar, el divisó una bonita piedra que había en el suelo y se agachó a cogerla. Era muy blanca, redondeada y muy lisa. Mientras se la mostraba a Mayte le dijo: “Mira princesa, qué piedra más bonita. Seguro que aquél día estaba aquí también, con nosotros... La guardaré como un recuerdo especial de aquel día en el que volví a nacer”. Ella sonrió y lo abrazó fuertemente.

Esto ocurrió una tarde de junio, siete años después de que se conocieran. Miguel se guardó la piedra blanca en el bolsillo, y Mayte casi se olvidó de ella. Pero... él la llevó a un joyero para que le grabara un mensaje de Amor. Exactamente decía: “Siempre, siempre te amaré, Mayte”.

El 1 de julio de ese año, cuando cumplieron el octavo aniversario, durante la romántica cena que tuvieron aquella noche, él se sacó de su chaqueta un pequeño paquetito envuelto en un brillante papel de regalo. Se lo entregó a ella, y cuando lo abrió comprobó que se trataba del colgante en que se había transformado la bonita piedra redonda. Imagínate lo feliz que la hizo con una simple piedra. Era la joya más preciada que jamás ella había poseído.

Hasta mañana queridas y queridos lectores. Volveré mañana con más consejos románticos. Y si deseas ponerte en contacto conmigo, no lo dudes, usa el formulario que hay debajo de mi foto. ¡Ah!, y por favor, vota en la encuesta.

Gracias.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Son los detalles mas pequeños que resultan ser los mas grandes y memorables.

sueñi dijo...

Las cosas más simples a veces suponen el mayor de los regalos, y pueden llegarnos al corazón mejos que la más cara de las joyas.
Lo más maravilloso, es que te hagan sentir que eres como un diamante en bruto sin necesidad de regalarte uno, simplemente poque sus ojos brillen con más destellos cuando te mira.
Besitos a tod@s

Anónimo dijo...

Ahyyyyy!! Que bonito, pues casi me emociono y todo jejejeje. Me encantan tus consejos, pero las historias de Mayte y Miguel hacen que tu consejo se vean más reales, claro que eso está en nosotros .... un besito

Anónimo dijo...

Esa piedrecilla es para guardarla como el más preciado tesoro, tiene más valor que el diamante de más kilates de la joyería donde Miguel la llevó a grabar.Seguro que cuando Mayte la toque, la lleve encima, notará el calorcito de Miguel. Besitos para tí, Manu,y para tod@s tus lectoras y lectores. A ver si todos aprendemos un poquito.

Jenny Cambara dijo...

Que hermoso!!!! y me encanta el detalle!! asi que creo que uno de estos dias lo pondre en practik!! Gracias Manu!

Sandra dijo...

Hola Manu, no puedo dejar de leer tus consejos. Me encanta tu blog y me hace muy feliz saber que todavia hay personas a las que de verdad les importa el romanticismo. Me gustaría poder ponerme en contacto contigo, pero a través del correo que diste en consejos anteriores no puedo. De todos modos muchas gracias por todo, sigue así.