miércoles, 13 de agosto de 2008

Consejo romántico número 219. Cuidado con las decisiones que tomas...

La diferencia que existe entre los resultados obtenidos por dos personas diferentes ante una misma situación, se debe a aquello que hizo de manera distinta una persona con respecto a lo que hizo la otra. Es decir, acciones diferentes producen resultados diferentes. Por eso, si haces lo que has hecho siempre, obtendrás siempre lo que has obtenido hasta ahora. Si lo que estás haciendo no te funciona, está claro, lo mejor es que hagas otra cosa diferente. ¿Qué cosa...? No sé, pero diferente.

De manera que, si quieres mejorar tu relación amorosa debes hacerte cargo del control de todas tus acciones en la pareja, no sólo de vez en cuando, sino de lo que hagas siempre.

Pero... ¿qué es lo que precede a nuestras acciones? ¿Quién es la madre de una acción? La respuesta es la decisión. Todo aquello que hacemos viene precedido por una decisión. Son nuestras propias decisiones, y no las circunstancias de nuestra vida, las que configuran nuestro destino. O sea, las decisiones que estás tomando ahora mismo, no sólo configurará tu vida de hoy, sino también aquello que será tu vida en los próximos años.

Cuando contemplas retrospectivamente los últimos años de tu vida, ¿no te da la impresión de que alguna decisión que hubieras tomado distinta a la que tomaste en su momento hubiera cambiado tu vida por completo, tanto para bien como para mal?

Decía José Ortega y Gasset que: “Yo soy yo y mis circunstancias”. Pienso que esta frase célebre está incompleta. Yo la remataría diciendo: “Yo soy yo, mis circunstancias y las decisiones que tomo”.

Si no tomas la decisión de ser quien quieres ser, vivir como quieres vivir y tener la relación de pareja que quieres tener, entonces, ya has tomado una decisión: la de déjate dirigir por las circunstancias en vez de crear tu propio futuro.

Estar interesado en una cosa no es lo mismo que estar comprometido con ella. Cuando alguien dice: “Me gustaría que mi relación de pareja marchara mejor”, o “Me gustaría ser más feliz en casa”, con esta clase de afirmaciones no indican que se hayan comprometido, sólo denotan una preferencia, o sea, será lo mismo que decir: “Me gustaría que esto ocurriera pero si no tuviera que hacer nada para que sucediera”. El que dice esto, lógicamente, ni siquiera tiene la fe para emprender ninguna acción. Y es que estar comprometido es mucho más que verse implicado.

La mayoría de la gente está implicada más que comprometida. Y esta es la razón por la que no consiguen lo que quieren. En este instante, podemos tomar una decisión, la que sea. Y si realmente decidimos hacerlo, es decir, si nos comprometemos en hacerlo, podremos conseguirla. De manera que, si no nos gusta algún aspecto de nuestra relación de pareja, debemos tomar ahora mismo la decisión de cambiarlo. Igual que si no nos gusta nuestro trabajo, debemos buscar otro. Y si deseamos estar mejor físicamente, debemos empezar desde ahora.

Cualquier decisión que tomemos y con la que nos comprometamos, cambiará nuestras vidas. Ten en cuenta que la historia se ha configurado por las decisiones y el compromiso de algunas cuantas personas.

Hasta mañana, que volveré con otra sugerencia romántica. ¡Ah!, te recuerdo que estoy centrado en los fines de semana para singles. Así que coméntalo con las personas de tu entorno que no tengan pareja. Pronto os daré muchos más detalles, aunque ya os puedo adelantar que el primero se desarrollará a principios de septiembre.

Gracias.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sabias palabras las de Ortega y Gasset y sabias palabras las de Manu.
Con tu permiso Manu, yo añadiría otra frasecilla al consejo de hoy que también creo que sirve para ilustrar un poquito la idea que nos das:
"Eres TÚ quien DECIDE tu DESTINO y no el azar"
Os deseo un buen día a tod@s.