sábado, 16 de agosto de 2008

Consejo romántico número 222. Clavelitos, clavelitos, clavelitos de mi corazón...

Todo estaba perfectamente ideado y calculado. Las agujas del reloj estaban a punto de llegar de forma simultanea al lugar acordado: la pequeña a las diez y la grande a las doce. Una pareja de novios paseaba por el centro de la ciudad, acompañada por unos familiares y amigos. Los enamorados cruzaban sus miradas, cogidos de la mano.

De pronto, la aparente calma de la plaza por la que caminaban se interrumpió. Comenzaron a sonar unos instrumentos de cuerda. Y frente a la estatua que presidía el parque de la plaza se podía apreciar a una pequeña comitiva de unos diez cantantes que empezaron a amenizar la noche. Todos se quedaron paralizados delante de la plaza.

"Aún no es el momento", dijo uno de los músicos. Así que volvieron sobre sus propios pasos ocultándose tras los arbustos que había delante de la estatua. Seguidamente, desde la espalda del grupo de amigos, aparecieron una veintena de tunos cantando sus románticas serenatas.

Había llegado por fin el momento clave. Lentamente se fueron acercando a la pareja. Ella, boquiabierta y con los ojos como platos. Él, con una expresión de lo más pícara y a la vez tierna, abrazó dulcemente a su chica. Ella arqueó las cejas como preguntándose qué era todo aquello que estaba pasando, pero pronto sonrió dándose cuenta de que ése sería el momento más especial y bonito de toda su vida.

Una treintena de tunos en total comenzó a rodearlos en círculo cantando “Clavelitos”, ante la sorpresa de las personas que curioseaban por el lugar. El rostro de la chica era digno de ver. Te emocionabas sólo con mirar su cara y la preciosa sonrisa que mostraba mientras escuchaba y observaba a los tunos que le brindaban esta clásica canción.

Tras la primera serenata, algunos tunos colocaron sus capas sobre el suelo de la plaza formando un círculo alrededor de la pareja de enamorados. Mientras estos bailaban al son de la música, no dejaban de besarse ni de abrazarse.

La chica no pudo contener sus lágrimas y empezó a llorar al poco de comenzar la segunda canción. Además, la fecha que el novio había elegido para la pedida de mano fue muy especial. Decidió declararle su Amor justo el día en que se cumplía dos años desde que se conocieron, allí en esa misma plaza.

Al final de la actuación de los tunos, los familiares y los amigos de la emocionada pareja de enamorados se acercaron a ellos dos para felicitarlos. Seguidamente, y en un ambiente muy íntimo, uno de los amigos llegó con varias botellas de cava para brindar por la gran noticia de la próxima boda.

En fin, toda una original declaración de amor, que quedará grabada para siempre en el corazón de la joven prometida, que se llama Mayte. Él se llama Miguel.

Hasta mañana. Muchas gracias.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Mocita dame un clavel, dame un clavel de tu boca..." Qué bonitooo... Yo también quiero! Me encantan las canciones de tuna y me sé un montón de letras. La pena es que hay gente que ve esto de la tuna un poco obsoleto y algunas están desapareciendo. En Zaragoza la de medicina que era la de más solera ya ni existe, sólo queda decente la de derecho.

Carla, me solidarizo contigo, yo tambíén tengo los exámenes a la vuelta de la esquina...

Un besito para tod@s!

Carla dijo...

Hola amoressss!!!

Bueno yo no me sé casi ninguna canción de tuna, lo que no quita por otra parte que me haya encantado la idea de Miguel a.K.a Manu !! Madre mia me hacen eso a mi y me da algo alli en medio de la plaza...

Mariajooo!!!! Venga que ya está esto casi!! Yo tengo el primero el 25 de agosto....(uughhhh!) y el último el 5 de septiembre. Y luego las tope vacas que me voy a pegar....harán historia!!! MUCHOS BESITOS GUAPISIMA!

Besitos a Manu & co también vale? MUA!

Carli