sábado, 26 de enero de 2008

Consejo romántico número 25. Una receta riquísima...

En mi libro “Cómo mejorar tu relación de pareja”, en uno de los capítulos hablo sobre los ingredientes o los requisitos de la relación “perfecta”. Para mí, estos elementos son cuatro: Amor, pasión sexual, romanticismo y compromiso.

Todas las parejas reúnen, en mayor o menor cuantía, estos cuatro ingredientes. Y la estabilidad de la relación depende de la existencia o carencia de cada uno de ellos. La relación es como una mesa de cuatro patas, en la que si alguna de las cuatro (Amor, pasión sexual, romanticismo y compromiso) falta o está coja, la estabilidad de la relación como la de la mesa, es inconsistente.

Cualquier otro ingrediente que se te ocurra, está incluido dentro de alguno de estos cuatro, los cuales se desarrollan con mucho detalle en el libro. Pero hoy, lo que me apetece es hacer una deliciosa receta con estos elementos.

Este plato es para dos personas que conformen una pareja.

Ingredientes:

-
Infinitos kilos de Amor
- Infinitos litros de pasión sexual
- Infinitas tazas de romanticismo
- Infinitas cucharadas de compromiso

Preparación:

Se mezclan todos os ingredientes en cualquier orden, batiéndolos con entusiasmo. Permitir que queden algunos grumos de tamaño medio. Si no se dejan algunos tropezones y la mezcla es demasiado homogénea, el plato resulta demasiado aburrido. En cambio, si los grumos son muy grandes, los problemas serán más difíciles de digerir. Calentar a fuego lento, pero sin dejar que hierva.

Sazonar a gusto. Además, se le deben añadir algunas gotas de atracción, sensualidad, morbo, compatibilidad, honestidad, sentido del humor, compasión, consideración, respeto, cooperación, juegos, creatividad, complicidad, detalles, comunicación y cualquier otro componente que pueda dar un sabor exquisito al plato.

Presentación:

Esta receta da para 100 años o más. Dividir en 100 años y servir templado y en un solo plato para compartir. Subdividir cada año en 365 porciones y sazonar cada día de forma individual. Tomar a lo largo del día: un bocado cada instante.

Es importante advertir de que cada jornada puede tener un sabor diferente. Y esto es normal: algunos días son más dulces, otros son más agrios (en esas ocasiones debemos ponerle una dosis extra de dulzura), otros días sabe más suave, aunque en otros sabe más duro y difícil (es nuestra responsabilidad tomar este plato de forma más delicada durante esos días). También hay jornadas en las que nos sabrá más picante mientras que en otras es más difícil de tragar. Sin embargo, cada día es exactamente el alimento que se necesita.

¡Jo, qué hambre me ha entrado...! Me voy a cenar. Hasta mañana, y gracias.

3 comentarios:

hadas dijo...

Esto de estar fuera y no leerte cada dia lo echaba de menos cielo...Me encantan todos los consejos de estos dias, me encanta leerlo, si es verdad nos tienes enganchadas, aunque me encanta que sea así, eso significa que Manu Moreno es muy especial...Chicas aún hay hombres así...
Gracias por escribir estas cosas tan bonitas...

Violet dijo...

Hello...Lo qué he leído hoy me ha encantado, solo puedo decirte: Continua así y no nos dejes ni un solo día de escribir,un besazo y muchas gracias cielín.

Anónimo dijo...

Sencillamente genial. Me ha sorprendio tu simil. Reconozco que pocas cosas me sorprenden a diario pero este articulo me parece de lo mas imaginativo. Me ha encantado.