lunes, 28 de enero de 2008

Consejo romántico número 27. ¡Vaya capullo!

Miguel iba cada sábado a las 13,30h a recogerla a la oficina. Siempre la esperaba en la puerta. Pero esta vez fue diferente, él entró hasta el fondo, hasta su puesto de trabajo. Allí estaba ella, tan hermosa como siempre para los ojos de Miguel. Por respeto a sus compañeros, ella sólo le dio un beso inocente en los labios. Esta vez se reprimió y no se lo comió a besos como suele suceder cada vez que se encuentran. Dan envidia, siempre se saludan como si llevaran sólo dos meses de noviazgo y, sin embargo, ya son siete años los que llevan juntos, de los cuales, cinco conviviendo.

Él llevaba las manos detrás de su cuerpo como ocultando algo; y cuando se besaron le entregó una rosa de un color rojo muy intenso, pero que no estaba abierta, era un capullo firme y terso. Mayte se sonrojó cuando se percató de que sus compis la miraban...

Cuando ella cogió su bolso e hizo el ademán de salir de allí llevándose la preciosa flor, él la paró y le dijo: “Mi amor, me gustaría que la dejaras aquí dentro de un vaso con agua, para que cuando el lunes por la mañana llegues y la veas, sea yo lo primero que te venga a la mente”.

Ella le contestó: “Cielo, es preciosa y me la quiero llevar para casa. Sabes que no necesito nada para pensar en ti...”.

“Insisto cariño, por favor, déjala aquí, te lo ruego...”, dijo él de forma convincente, y ella aceptó.

Pasaron un fin de semana de lo más romántico, porque los dos se aman locamente y son unos campeones del romanticismo... Y el lunes por la mañana, cuando ella llegó a la oficina con pocas ganas de trabajar después de ese delicioso fin de semana que pasaron juntos, lo primero que hizo fue irse para la rosa, que ya estaba abierta y florecida. La cogió, y con los ojos cerrados la olió. Pero... algo de tacto diferente al de un pétalo le hizo cosquillas en la nariz, y ella extrañada miró rápidamente la flor, que como por arte de magia contenía un trozo de papel en su interior. Ella lo sacó y leyó: “Buenos días princesa. Te deseo una maravillosa semana de trabajo, y cuídate mucho mientras yo no esté a tu lado para cuidarte...”.

Ella se emocionó, pero... ni te imaginas como aquel simple gesto de Miguel la hizo cargarse de energías para afrontar la dura semana de trabajo que le esperaba...

Hasta mañana, y gracias por estar ahí.

5 comentarios:

sueñi dijo...

Hola de nuevo, este consejo aún esta fresquito!!, bonita idea la de la rosa, y si soy yo quien la regalo ? tiene el mismo efecto?. Probaremos ya te contareeeee jejjeje Un maravilloso beso

Anónimo dijo...

El estar lejos fisicamente de la persona que amamos no es un problema mayor para poder hacerles sentir lo cerca que estamos de ellas, por eso me ha encantado esta historia tan bonita que me ha hecho sentir eso...aunque estemos lejos siempre nos cuidaremos uno del otro...
Gracias una vez más.Un besito

Anónimo dijo...

Ahyyyyy!!! Que bonito... una vez más me sorprendes.Esta historia me va hacer levantarme cada lunes esperando alguien me alegre la semana .... Un besito

Anónimo dijo...

¡¡¿Tas tontoooo?!!
Uych, perdona ...pero es que me ha salido del alma...
¿Es que se puede hacer llorar de esa forma tan dulce a una personita que te está leyendo?
GRACIAAAAAS

Anónimo dijo...

Como siempre ingenioso. Este consejo lo tomo para mi, lo hare realidad proximamente. Un beso.