martes, 10 de junio de 2008

Consejo romántico número 161. Déjà vu

El término “déjà vu” o paramnesia define la experiencia de sentir que se ha experimentado con anterioridad una situación aparentemente nueva. Por otro lado, “déjà vu” es un thriller de ciencia-ficción dirigido por Tony Scott y protagonizada por Denzel Washington, en el año 2006, y en el que se contaba precisamente la definición anterior.

Pero... si lo pensamos bien, la mayoría de la gente está inmersa en un eterno déjà vu. Déjame explicarme.

Cuántas veces oímos frases como:

- “mañana tengo otra reunión”;

- “por fin llegó el viernes”;

- “¡me cachis!, otra vez es lunes”;

- “me he vuelto a equivocar”;

- “otra vez he ganado peso”;

- ...

Todas estas frases denotan claramente que estamos inmersas e inmersos en una espiral constante. Igual que la semana acaba en domingo y da comienzo al lunes; igual que después de la primavera llega el verano; igual que todo lo que sube... baja; nuestras vidas también son repetitivas...

Como ya dijimos el pasado jueves 8 de mayo en el consejo romántico número 128, algunos hábitos son necesarios y beneficiosos, puesto que nos facilitan la vida. Pero en la relación de pareja, donde la creatividad es tan importante, los hábitos son enemigos muy peligrosos porque son adversarios de la creatividad. Las rutinas en la relación de pareja producen desgastes emocionales

Todas y todos estamos preparados sicológicamente para aceptar las repeticiones de nuestra vida cotidiana: ducharnos una vez al día, comer unas cinco veces cada día, trabajar... Sin embargo, la cosa se complica y puede llegar a dominarnos cuando comprobamos que nuestros días se repiten sin muchas diferencias. Nos levantamos a la misma hora; desayunamos lo mismo; trabajamos en el mismo sitio, con los mismos compañeros; volvemos a casa por el mismo camino; vemos otra vez la tele y a la misma hora; dormimos en el mismo lado de la cama para volver a levantarnos a la misma hora; y vuelta a empezar...

Por cierto, sobre lo de dormir en el mismo lado de la cama ya hemos hablado el pasado domingo 16 de marzo en el consejo romántico número 75...

Debemos lograr salir de la esquizofrénica espiral en la que estamos metidas y metidos. Además, debemos hacerlo de la mejor manera: en pareja.

Y algo que podemos hacer en pareja, y que nos ayudará a luchar contra la rutina, es redecorar la casa. Esto es, cambiar la decoración de la casa: cambiar el mobiliario y los accesorios (me refiero a cambiarlos de sitio), cambiar el “paisaje” que se ve desde el sofá (no mudándose de casa, sino reorientándolo), reestructurar los armarios (limpiarlos y vaciarlos de cosas inútiles e inservibles)... Todo esto y más, nos ayudará a pasar una tarde agradable con la pareja, y encima, introduciremos cambios en nuestra casa, los cuales nos incitarán a cambiar de actitud...

Ante todo cambiar, cambiar y cambiar.

De todos modos, hay algo que no cambiará, y es que mañana volveré otra vez con otra sugerencia romántica, ¿que no?

Hasta mañana y muchas gracias.

3 comentarios:

Carla dijo...

Manu!!!

Como siempre tu y tus ideas hacen que me vaya a dormir feliz...

muchos besitos y gracias!!!

carla

Anónimo dijo...

Tengo la extraña sensación de que éste no ha sido el primer consejo romántico que leo... es como si cada día leyera uno... Jejejeje!
Si queréis una idea para cambiar la distribución de la casa, orientad el cabezal de la cama hacia el norte; estás más relajado y evitas los dolores de cabeza. No creo que esto tenga base científica, pero por probar... Muakis!

Anónimo dijo...

Hola Manu.
Ya te he dejado algun comentario que otro y en este caso me siento identificada porque soy decoradora de interiores.
Me encanta la idea que hoy propones, porque es cierto que influye mucho a la hora de convivir con tu pareja.
Soy de las que piensa que los muebles como la ropa pasan de moda. Y hoy en dia hay muchas gangas e incluso muebles de baratillos que se pueden reciclar y dar un toque original al hogar.
No hace falta tener una gran cartera para permitirse hacer algunos cambios.
Cambiar las flores del florero del centro de mesa por un poco de agua de color, ya es un cambio distinto y poco costoso.
El color de las paredes tambien es bueno cambiarlo, no todos los meses pero si cada 6 meses o cada x tiempo. Y porque no una vez lo pones a tu gusto y la proxima al de tu pareja. Y si pintais ustedes mismos os lo pasareis genial. Influye mucho la comunicación en las labores de redeecorar.
Un simple cambio de lugar para el sofás cambiará mucho la manera de ver las cosas (nunca mejor dicho, ya que se ven desde otra perspectiva)y puede incluso ayudarte la orientación para que tu pareja se sienta más comoda o cerca de otra estancia en la que tu estás más tiempo.
Manu gracias por el blog y los consejos tan maravillosos que nos ofreces, y perdona que me haya extendido tanto con este tema.
Un beso