miércoles, 13 de febrero de 2008

Consejo romántico número 43. ¿La guerra de los qué...?

Esta mañana he estado en el centro de Sevilla, en la famosa calle Sierpes. Y en una de las calles cercanas había una librería en la que entré para comprar alguna novela. Hubo una cuya portada y título me captó la atención. Le eché un vistazo a la contraportada y parecía bastante interesante. Pero... al final, en el último párrafo hablaba de la “guerra de sexos”. ¡Oh, no! Otra tópica novela. Lógicamente, la solté de forma veloz.

Odio el concepto “guerra de sexos”. Vale que se use como reclamo en el título de una divertida comedia romántica, o como enunciado para el debate de un programa de televisión, o para un chiste sexista. Pero, a estas alturas de la vida ha quedado ya muy claro que no existe ninguna guerra de sexos.

Ojo, precisamente lo que más me gusta de las mujeres es todo lo que las diferencia (psicológica y físicamente) de nosotros los hombres. Pero de ahí, a una guerra...

Y lo malo no es sólo el concepto, sino que en el fondo, tras él se esconde una forma de pensar que lleva a establecer estereotipos. Por eso, no debe extrañar que existan todavía personas que traten a su pareja como a “todas las mujeres” o como a “todos los hombres”. Pasando por alto el hecho de que realmente son personas únicas y diferentes a las demás. Lo cual es lo que nos hizo elegirla a ella y no a otra.

Además, esta forma estereotipada de pensar bloquea la comunicación en la pareja, reduce la complicidad y se convierte en una barrera para el Romanticismo y la Magia.

Pero... aunque el romanticismo no entiende de sexo, ni de edad, ni de nada, sigo pensando que hay detalles más adecuados para ellas y otros que lo son para ellos. No obstante, me acaba de venir a la cabeza uno que vale para todos...

¿Tu pareja tiene una mascota a la que adora?

Una vez descubrí que la persona que tiene algún animalito de compañía agradece tanto un detalle que tengas con ella como con su mascota. Cuando le hagas un regalo a la persona que amas, acuérdate también de su mascota. Notarás que el agradecimiento se duplica. ¿No te lo crees? Haz la prueba.

Por favor, déjame algún comentario, ¿vale? Gracias. Mañana volveré con más consejos románticos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo tengo 2 blancas gatitas persas y es cierto que quienes tenemos animales les adoramos, por eso pienso que tienes razón Manu. A mi es que se me cae la baba con mis gatitas jejejeje.