jueves, 28 de febrero de 2008

Consejo romántico número 58. Sin manos...

El pasado viernes 22 de febrero, en el consejo romántico número 52, te hable un poco (sólo un poco) sobre sexo. Y decíamos que cuando hacer el amor se volvía algo rutinario significaba que ya se había dejado de hacer y de descubrir cosas nuevas.

Pues bien, el lunes 25, una chica encantadora y muy amable me ha escrito un correo electrónico preguntándome que a qué me refiero con cosas nuevas porque aunque ella es muy creativa no se le ocurren ya más cosas que hacer.

Lógicamente, le he contestado pero sin pretender hacerle un tratado sobre sexología ni un recetario con nuevas prácticas (porque tampoco soy quien para hacerlo...). Simplemente me limité a recomendarle que la próxima vez hicieran el amor sin manos, cada uno con sus manos atadas, por ejemplo, con el cordón del albornoz.

Hoy he recibido nuevamente un correo de esta chica tan amable, y me ha contado que ha sido fantástico, que ha descubierto unas sensaciones nuevas provocadas por las nuevas cosas que han tenido que realizar los dos.

Hacer el amor con las manos atadas, sin poder usarlas, es algo parecido a hacer el amor con los ojos vendados, porque las referencias varían y las caricias adquieren una nueva significación, y producen sensaciones inesperadas más perceptibles al tacto. De esta manera, las dos personas tienen que expresar su excitación y prestar atención a las reacciones de la pareja de otra manera.

También se puede intentar sin atar las manos, pero la costumbre nos hará sucumbir a la tentación. Para evitarlo, lo mejor es maniatarse. A lo mejor no es necesario usar unas esposas de fantasía para añadir un toque picante a la situación, ¿o sí? Yo que sé.

Lo que sí es preciso es comenzar con suavidad, con otro ritmo y elegir unas posturas estables para mantener así el equilibrio y, poco a poco...

Aunque con las manos libres también se debe usar todas las partes del cuerpo, ahora más que nunca es inevitable... Ahora hay que usar todo excepto las manos: la boca, la lengua, los pies, la barbilla, la nariz, los brazos, las piernas...

Esta técnica nos ayudará a aprender a expresarnos y a comunicarnos mejor aún con nuestra pareja. La falta de las manos para guiaros mutuamente nos incitará a expresar oralmente nuestros deseos y nuestras sensaciones.

Probadlo, y entenderéis que es eso del séptimo cielo...

Hasta mañana. Y por favor, dejadme algún comentario y votad en la encuesta. Me hará feliz...

Gracias.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Juro que jamas he creido en los astros, pero cada vez que leo tus propuestas recuerdo a un escorpio que conozco que me proponia parecidas cosas a las que tu cuentas. El tio mas romantico que he conocido jamas y sobre todo el mas imaginativo. Me sorprendia constantemente. Un dia me dijo al oido- tengo una sorpresa para ti. Tu solo dejate llevar por lo que yo haga. Saco unos grilletes (autenticos , es policia) me los puso en la espalda para que no puediera tocarlo a el. Despues se aseguro de que no pudiera ver nada y me puso una venda en los ojos. Me tumbo boca abajo en la cama y me dijo- ahora agudiza tus sentidos y dejate hacer lo que yo quiera. -No intentes forzar tus manos o te apretaran mas las esposas y te haran daño. Me deje llevar y fue la experiencia mas excitante que he vivido nunca. Al que no lo haya probado lo aconsejo.