sábado, 5 de julio de 2008

Consejo romántico número 186. Por fin llegaron las vacaciones de verano. Pero... ¿esto es bueno o malo?

Ayer viernes arrancó la primera fase de la operación salida de verano. Mucha gente se dispone a viajar en este fin de semana con destino a las costas de nuestro país.

Las vacaciones de verano son un tiempo para descansar, para olvidarse de las rutinas y del estrés de un año entero de trabajo y de colegio, y para recargar las pilas para el próximo curso.

Que las vacaciones son para descansar es algo obvio. Pero sabemos por experiencia que, muchas veces, todo aquello que se da por obvio no se suele cumplir. No es tan evidente que aquellas mujeres que a la vez son pareja y madre descansen durante las vacaciones del verano. Es muy habitual que estas mujeres tengan que seguir con sus obligaciones diarias: hacer las labores del hogar; hacer los desayunos, las comidas y las cenas; cuidar a las hijas y a los hijos... En cambio, el varón sí suele usar el periodo estival para descansar: leer la prensa, montar en bici, nadar, tomar el sol...

Bueno, en estos tiempos que corren parece que el párrafo anterior está un poco desfasado en el tiempo. Si eres varón y piensas esto... ¡enhorabuena! Si eres mujer y lo anterior ya no te incumbe... ¡Felicidades! Sin embargo, estoy seguro de que hay muchas mujeres que sí se sienten muy aludidas en el párrafo que antecede a éste. Y mientras esta injusta situación se siga produciendo, no será extraño que una de cada tres parejas se separen tras las vacaciones de verano...

Durante el resto del año, muchos conflictos de pareja son debidos al cansancio o al agotamiento producido por la vida estresante y acelerada que se suele llevar a diario. Por eso, es muy importante aprovechar las vacaciones de verano para hacer más vida en pareja: dedicar más tiempo a dialogar, a hacer más cosas juntos, a hacer más el Amor... Ya que durante el resto del año andamos muy justos de tiempo y los horarios no son del todo compatibles. Lo importante es que al final del verano hayamos aprovechado el tiempo, nos hayamos divertido, disfrutado y descansado. Pero para que esto sea posible, es necesario que se dé en todos los miembros de la familia, y principalmente en la pareja.

Es importante tener en cuenta que las vacaciones de verano pueden ser el momento perfecto para redescubrir a la pareja y reforzar la relación. Pero también pueden ser el detonante para acelerar la ruptura de la pareja. Por eso, mi consejo romántico de hoy trata de lo primero, y os lanzo algunas ideas sencillas para evitar los conflictos y reforzar la relación amorosa durante el verano:

- ajustar vuestras expectativas sobre las vacaciones. Unas vacaciones son perfectas según lo que entendáis vosotros por vacaciones perfectas, no lo que entiendan los demás;

- planificar vuestras las vacaciones, tratando de llegar a acuerdos sobre las actividades a desarrollar. Y hay que saber que “sacrificarse por el otro” no funciona nunca. Lo que sí funciona es buscar la satisfacción del otro sin renunciar al propio bienestar. Hay que negociar eficazmente, buscando que no haya ni un vencedor ni un vencido, respetando las preferencias de cada uno;

- incluir a vuestros hijos en la planificación de las vacaciones, teniendo en cuenta sus preferencias y necesidades. Dejar que participen en los acuerdos, si es que tienen edad para participar;

- cultivar durante las vacaciones un clima de tolerancia y de comprensión. Para ello es necesario ser flexibles. Y recuerda: el comportamiento se contagia, es decir, si te comportas de forma desagradable, conseguirás que tu pareja se comporte de la misma manera;

- buscar momentos para desarrollar actividades en solitario. No es necesario hacerlo todo juntos; lo importante es que el tiempo compartido sea maravilloso y no la cantidad de horas que se pasen juntos.

- hacer un reparto equitativo y justo de las tareas obligadas: domésticas, cuidado de los hijos...;

- derrochar sentido del humor y reír juntos;

- aprovechar los conflictos vacacionales para aprender a convivir;

- aprovechar las vacaciones para mejorar la comunicación en la pareja;

- y sobre todo, al final del verano hay que recordar los momentos agradables por encima de los problemáticos.

Hasta mañana, y felices vacaciones. Gracias queridas amigas y amigos.

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