lunes, 28 de julio de 2008

Consejo romántico número 208. Más vale tarde que nunca...

Pues si... siempre hay una primera vez... Y ayer fue la primera vez que falté a mi cita diaria con todas vosotras y con todos vosotros.

¿Ha sido por desidia? No. ¿Ha sido por descuido? No, claro que no. ¿Ha sido por holgazanería? No, eso nunca. ¿Entonces por qué ha sido? Fue porque estuve de viaje (como el sábado, aunque ese día no fallé) y no me pude llevar mi ordenador. Y a pesar de que busqué encarecidamente un ordenador público donde poder escribir mi sugerencia romántica, me resulto imposible lograrlo. Pero bueno, en vez de quejarme, hoy tendré sesión doble y ya está. Siempre y cuando cuente con tu aprobación y tu disculpa.

Es curioso, pero el título del consejo romántico número 207 (el anterior a éste), que sólo pretendía ser un juego de palabras, parece que ha sido un presagio de lo que iba a suceder ayer. Por eso, el título de la sugerencia de hoy es muy parecido al título del consejo anterior.

Y ahora paso a narrarte lo que me hubiera gustado contarte ayer. Como recordarás, alguna que otra vez hemos hablado sobre lo gratificante y romántico que resulta ser prepararle a la pareja un relajante baño caliente, o bien, dárnoslo junto a ella. Por ejemplo, de esto hemos hablado el pasado domingo 24 de febrero (consejo romántico número 54) y el viernes 4 de julio de 2008 (consejo romántico número 185). Pues bien, ahora que estamos en verano la cosa cambia drásticamente... Apetece cualquier cosa menos un baño espumoso con agua caliente. Sin embargo, ¿qué te parece prepararle a la pareja un barreño con agua fresquita y sales minerales aromáticas para relajar y mejorar la circulación sanguínea de sus pies, esa parte del cuerpo, a veces tan descuidada (según los podólogos...)? Y si ya quieres rizar el rizo... puedes acabar con un relajante masaje en sus pies.

Hasta mañana, que es hoy mismo, ya que hoy hay sesión doble.

Gracias por tu comprensión.

No hay comentarios: