Consejo romántico número 124. Para que no muera la Magia...

Las palabras “romanticismo” y “cursi” a menudo suelen conjugarse en la misma frase cuando ésta está construida por alguien que tiene nombre de varón. Generalmente, las mujeres y los hombres tenemos diferentes criterios respecto de lo que es cursi y romántico. Lo que para el varón suele ser cursi, para ellas resulta ser un detalle muy romántico. Por ejemplo, algo que a las chicas les fascina es el acto de la conquista, aunque se quejan de que cada vez resulta más raro sentirse conquistada por un chico en estos tiempos que corren donde los hombres románticos escasean cada vez más. No obstante, todavía el varón se suele presentar como un conquistador cuando quiere seducir a una mujer que le atrae.

El hombre, cuando conoce a una chica que le gusta suele posicionarse en el extremo cariñoso, tierno, dulce, simpático, despliega todos sus encantos, se vuelve respetuoso, delicado, detallista... Pero en cuanto la “presa ha caído” en sus garras, ese hombre romántico que le enviaba flores y le recordaba a cada momento cuánto la amaba, desaparece y todas las atenciones que constantemente le dispensaba desaparecen con él. En esta fase comienza a sentir mucho más interés por su trabajo, por el fútbol, por la tele, por sus amigos, por otras mujeres... porque ya está seguro de su victoria; piensa que ya tiene garantizada a su mujer, que está dispuesta a hacer lo que él quiera para que la relación continúe. Es aquí donde el conocimiento por parte de la mujer del sencillo mecanismo mental del hombre puede ayudarla a mejorar la situación. La mujer nunca debe permitir que su hombre se sienta totalmente seguro de su Amor. Para su chico, el romanticismo sólo fue una táctica para conquistarla. Por eso, si ella quiere que él siga siendo romántico debe aprender a conservar el control sobre la situación: ella debe mantener una actitud sutil de vacilación e incertidumbre. Por ejemplo, romper una cita sin una explicación lógica y coherente; o salir de casa y al volver dar una explicación absurda o inverosímil de lo que se hizo cuando estuvo fuera; o llegar tarde del trabajo sin avisar... Estás tácticas dan un resultado extraordinario. Éstos son sólo ejemplos. Cada mujer sabe dónde y cuándo hay que apretar y, dónde y cuándo hay que soltar, para que su hombre reaccione como ella desea. Pero... la incertidumbre hará que el chico no se sienta seguro y se preocupe por reconquistarla cada día. Se sentirá motivado a retomar los detalles románticos que ya había descuidado cuando creía que tenía todo ganado. Cuando un varón siente que existe el riesgo de perder su conquista, se vuelve más cuidadoso de su aspecto físico: se viste mejor, se cuida el cabello, se afeita más apurado, se ponen el mejor perfume...

Ojo, no estoy diciendo que las mujeres deban “ponerles los cuernos” a sus parejas masculinas para recuperar la Magia. Eso jamás. Sólo defiendo la idea de introducir un poco de incertidumbre y de duda en el statu quo masculino. Porque de esta manera conseguirán que se ve vuelvan unos románticos “empalagosos”, capaces de hacer sentir a su mujer como la más maravillosa del universo. Pero aquí, como en todo, la virtud está en la justa medida, es decir, tampoco se trata de tener al hombre en constante duda, porque podemos romper el punto de equilibrio, y la relación acabaría rompiéndose.

Me duele decir todo esto, pero... chica, si quieres que perdure el Romanticismo en tu pareja, no le permitas sentirse totalmente seguro de ti y de tu Amor. Es duro, pero eficaz.

Hasta mañana que volveré con más consejos románticos, y muchas gracias.

Ya sólo faltan 26 días para el primer Fin de Semana Romántico (pincha aquí).